En la pesca de la langosta, según datos del Instituto Nicaragüense de la Pesca y la Acuicultura (INPESCA), se emplean en la Región Autónoma Caribe Norte alrededor de 9 200 personas.
Un proceso de cooperación técnica entre México y Nicaragua, con el apoyo de la FAO, permitió que los pescadores de langosta del país centroamericano adoptaran métodos seguros de captura en la Región Autónoma Caribe Norte.
“Anteriormente la pesca de langosta se hacía con gancho, los buzos lo practicaban y tenían que sumergirse muy profundo, para lo que empleaban compresores de aire defectuosos que causaban muchos accidentes de buceo”, destaca Ercito Alberto Brooks, Líder Pescador en Cayos Diamond Spot.
El acuerdo, permitió que los buzos de Puerto Cabezas, Nicaragua, ya no arriesgaran más sus vidas al sumergirse a grandes profundidades para atrapar las langostas con las que mantiene a su familia; ahora con nuevas técnicas y dispositivos como las trampas plegables y refugios artificiales, que aprendieron de pescadores de Quintana Roo y Yucatán (México), pueden hacer buceo a pulmón, en aguas menos profundas y con menos riesgos.
En este proceso, 30 pescadores nicaragüenses trabajaron durante dos semanas con sus contrapartes mexicanos para aprender a armar y hacer funcionar dispositivos de agregación de langostas que pueden utilizarse en aguas menos profundas, así como las trampas plegables de uso local y fueron asesorados acerca de la selección de sitios para colocarlas.
Este intercambio de experiencias forma parte del Programa de Transformación Tecnológica de la Pesca de Langosta en el Caribe Norte de Nicaragua, que es implementado por el Instituto Nicaragüense de la Pesca y la Acuicultura (INPESCA). Según la entidad, en la Región Autónoma Caribe Norte alrededor de 9 200 personas se dedican a la pesca de langostas, de las cuales 2.390 son buzos.
