El Plan permitiría mostrar que la xenofobia no es la única respuesta a la migración en los principales países de la región.
El Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica tiene ya el apoyo de 35 países y 18 agencias de las Naciones Unidas, además de un fondo de 100 millones de dólares para su primer año de existencia, informaron los miembros de esa estrategia en un evento de alto nivel llevado a cabo en Nueva York (EE.UU.).
La iniciativa surgió el año pasado tras la oleada de flujos migratorios masivos de los países del Triángulo Norte de Centroamérica hacia Estados Unidos, una nación que les cerró las puertas, dejando varados en México a miles de migrantes. Ese gran desplazamiento masivo hizo evidente un profundo problema de fondo: la desesperación causada por la falta de oportunidades para tener una vida digna.
Al respecto, la canciller de Guatemala, Sandra Jovel, afirmó que el Plan provee una base sobre la cual construir y se refirió a él como un trabajo en desarrollo para el cual se debe elaborar una hoja de ruta y acordar un mecanismo de gobernanza.
El Plan de Desarrollo Integral El Salvador-Guatemala-Honduras-México representa un nuevo paradigma, ya que aborda el fenómeno de la migración con un enfoque diferente cuyos pilares son el desarrollo sostenible y la cooperación regional.
El objetivo principal del Plan es que la migración nunca sea forzada, sino opcional, que la gente no deba abandonar su país ni su modo de vida debido a la pobreza y falta de opciones.