Planificación Ecológica de las Áreas Verdes Urbanas

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Eduardo Torres Lara
10 enero, 2024 - Ciudadanía Sostenible

Las ciudades son los principales asentamientos humanos albergando el 56 % de la población, esta aglomeración  urbana trae consigo una constante presión a los sistemas naturales que componen el medio físico de nuestro hábitat. Usualmente las ciudades se analizan bajo una mirada espacial, es decir la forma física de ellas, paisajística, arquitectónica o cultural, entre otras. Sin embargo la mirada ecológica de la ciudad muchas veces queda sometida a segundo plano. 

Según Desprent las ciudades primero son un espacio ecológico, luego social (V, Desprent. 2022), de aquí lo relevante de volver a mirar a la naturaleza como parte de nuestro hábitat, no como un lugar salvaje que debe ser urbanizado.

Las ciudades son nuestro nicho ecológico, son el espacio que nosotros hemos creado y seguimos reproduciendo. No solo para nosotros, también lo compartimos con una infinidad de otros seres vivos.  Lamentablemente la urbanización es un proceso que destruye hábitats naturales, provocando la muerte o migración de especies locales. Sumado a esto, el diseño de las ciudades fragmenta hábitats como humedales o praderas, disminuyendo la movilidad de las especies. 

Para lograr ciudades sanas es imprescindible aplicar una mirada ecológica en la planificación urbana, sobre todo en el diseño de las áreas verdes. Estos espacios públicos tradicionalmente son diseñados bajo una mirada paisajística, esto en el mejor de los casos, cumplir con los estándares mínimos, es decir, un poco de césped, algunos escaños y si es factible juegos infantiles. Las áreas verdes, planificadas bajo un buen diseño, tienen la capacidad de responder de forma sustentable como un nicho ecológico a diversas especies, en especial a aquellas consideradas polinizadoras, también de actuar para la mitigación y adaptación al cambio climático, como la reducción de la temperatura, gestión sustentable del agua.

Un diseño adecuado debe responder como mínimo a lo siguiente:

1.- Planificación ecológica: vegetación acorde al contexto territorial, considerando la pluviometría duración de la estación seca, vientos. Creación de hábitats diversos, disponibilidad de agua, vegetación de diversa altura y frondosidad. 

2.- Conectividad entre las áreas verdes: Formar corredores verdes, los que sirven para la movilidad peatonal como para la movilidad de otras especies. 

3.- Plan de financiamiento: Las administraciones locales deben incluir en el presupuesto anual glosas para la construcción, reparación y mantención de estos espacios.

4.- Educación: La participación de la comunidad es fundamental para la preservación de estos espacios públicos, actividades de vinculación como la observación de aves permiten fomentar el valor de estos espacios y de quienes los habitan.

Es posible mantener ciudades sanas y resilientes, para esto debemos implementar diversas estrategias que permitan un equilibrio entre el medio construido y el natural, en donde la preservación de la biodiversidad sea un eje central en la planificación urbana. Necesitamos áreas verdes, pero ya no basta con sumar superficie clasificada como tal, necesitamos que estos espacios públicos respondan  a estándares ecológicos adecuados a su contexto territorial.