¿Por qué ciudades?

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Juan Pablo López Cortés

No dimensionamos la responsabilidad y la importancia que tienen las ciudades en el futuro de los humanos.

San Diego, Estados Unidos

Actualmente no hay un dato exacto sobre cuantas ciudades pueden existir en el mundo, normalmente no nos preguntamos por qué nuestros antepasados eligieron consolidar territorios y formar poblaciones, ni mucho menos nos imaginamos cómo sería el mundo si no existieran las ciudades. No dimensionamos la responsabilidad y la importancia que tienen estás en el futuro de los humanos.

La ciencia nos cuenta que hace más de 2 millones de años los antepasados humanos caminaban por la sabana africana recolectando y cazando, pero solamente hasta hace 10 mil años tomaron la decisión de dedicar la mayor parte de su tiempo a “manipular la vida de unas cuantas especies de animales y plantas” (Harari, 2014).

Y esparcidos por todo el planeta los humanos iniciaron una transición traumática que muchos la conocen como la revolución agrícola. La agricultura surgió y los pobladores de las diferentes regiones empezaron a domesticar sus alimentos. Ahora los humanos no solamente habían cambiado su horario sino también su dieta, ya que dedicaban sus esfuerzos en mantener unas especies específicas.

Para muchos es considerado como un gran salto de la humanidad ya que llevó a los humanos a desarrollar nuevas capacidades, a entender la naturaleza y a dominar técnicas que le permitieron por ejemplo expandir el trigo. Sin embargo, para otros fue un verdadero autoengaño que sumió a la humanidad en una esclavizante costumbre de trabajo e inseguridad.

Sin importar con cual idea estemos de acuerdo, sí podemos tener en cuenta los hechos siguientes: El cuerpo de los humanos evolucionó para hacer estas nuevas tareas, ya no era necesario trepar árboles pues las labores diarias habían cambiado; Ahora el alimento era abundante aunque podríamos decir que no muy variado, ya que las especies de plantas y animales que se domesticaron eran considerablemente reducidas a las que se acostumbran cazar; y lo más importante la población se multiplicó, ya no existían los peligros de un cazador y los tiempos de ocio eran utilizados en la procreación.

Rápidamente las poblaciones de humanos pasaron de estar compuestas por cien cazadores a tener mil pobladores abastecidos por la agricultura. Este crecimiento exponencial de las bocas que alimentar demandaba no solamente un aumento de trabajo para los agricultores, sino también una modificación drástica del paisaje que debía irse adecuando a las nuevas prácticas agrícolas.

Aunque para esta transición fueron necesarios varios miles de años, hoy de manera dramática hacemos parte de las consecuencias de este proceso. Ya somos 7 mil millones de pobladores en el planeta tierra y el 53% de nosotros vive en las ciudades consumiendo casi el 60% de la energía del mundo.

Para dimensionar lo anterior, imagínense que en el territorio que hoy conocemos como Medellín hace 60 años vivían 700 mil personas, hoy somos 3.5 millones contando nuestra Área Metropolitana, y seguiremos aumentando el número, aunque el territorio seguirá siendo el mismo.

Pero para poner el panorama más dramático aún, pensemos que por cada kilómetro cuadrado de Medellín viven aproximadamente 6.500 personas, un número muy importante que pierde su escala cuando hacemos el mismo ejercicio en ciudades como Mumbay en la India, donde en el mismo kilómetro cuadrado se acomodan 28.515 personas.

El rol de las ciudades es cada vez más importante para la preservación de nuestra raza y la obligación es transformarlas todos los días en territorios más humanos, debemos reconstruir los tejidos sociales y proporcionar espacios de encuentro y convivencia. Ciudades sostenibles, habitables ciudades para la vida.

Trabajos citados

Harari, Y. N. (2014). De Animales a dioses. Barcelona: Penguin Random House.