Los árboles en las ciudades contribuyen a limpiar el aire, proveen sombra, atenúan las fuertes lluvias y sirven de hábitat para las aves. Además, incrementan el valor de las propiedades que están a su alrededor.
Más allá de un tema de paisajismo urbano, los árboles en las ciudades son fundamentales pues contribuyen a limpiar el aire, pero también al bienestar físico y emocional al contar con espacios que contribuyan al esparcimiento, la relajación y diversión en ciudades tan agitadas.
Las áreas verdes contribuyen a mejorar las condiciones ambientales mediante el aumento de la calidad del aire y la captura de carbono, pero también sirven para generar encuentro, y así combatir una problemática actual, la soledad.
Algunos estudios indican también que la facilidad de acceso a una zona verde actúa como inductor de los buenos hábitos y que las personas que viven en proximidad con la naturaleza tienen más posibilidades de realizar actividad física de forma continuada.
Sobre las zonas verdes, investigadores franceses acaban de presentar el primer análisis comparativo internacional de la satisfacción de los ciudadanos europeos con los espacios verdes públicos urbanos. Es un modelo multinivel que separa las dimensiones individuales y contextuales y que fue aplicado en 141.132 personas en 75 ciudades europeas. El estudio evidenció una gran diferencia de satisfacción según el tipo de espacio verde público considerado. Según los investigadores, quienes toman decisiones políticas deben considerar la especificidad de las preferencias de los habitantes y del perfil urbano y paisajístico de la ciudad.
No se trata, únicamente, de incrementar la siembra de árboles sino también de cuidar y mantener los existentes. Hay que preservar las zonas verdes y el arbolado urbano, ampliarlas si es el caso.
Es necesario que desarrollemos cada vez más el verde en las ciudades, con espacios más arborizados que haya un balance entre las infraestructuras físicas, el medio ambiente y la biodiversidad.