Promoviendo la reducción de emisiones a través de medidas de gestión de movilidad

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LA Network Ciudades
14 agosto, 2024 - Movilidad

Autor: Cristian Navas

El rápido crecimiento urbano y el aumento de vehículos privados en las ciudades de América Latina y el Caribe han generado problemas como la congestión del tráfico y la contaminación del aire. El sector del transporte, responsable del 39 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe, necesita políticas de transporte orientadas a la sostenibilidad. Esto implica promover modos de transporte más sostenibles, como el transporte público, las bicicletas y el paseo, que no solo reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también generan beneficios sociales como la inclusión social y la salud pública. Además, el transporte sostenible mejora la calidad de vida en las ciudades, lo que contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, especialmente el ODS11 sobre Ciudades y Comunidades Sostenibles.

Los gobiernos deben desempeñar un papel activo en la implementación de políticas de movilidad sostenible y asignar recursos adecuados para construir ciudades más equitativas, eficientes y sostenibles. Como parte del avance en el conocimiento sobre este tema, el BID está considerando evaluar el impacto de las medidas de movilidad en la reducción de emisiones locales, gases de efecto invernadero y forzantes climáticos en ciudades de América Latina y el Caribe.

El propósito de estas acciones es proporcionar evidencia técnica para la agenda climática del sector transporte y contribuir a la cuantificación del potencial de las medidas de gestión de la movilidad en la reducción de las emisiones del sector y, por lo tanto, a un mejor proceso de toma de decisiones respecto a la implementación de este tipo de medidas.

Identificación de Medidas de Gestión de Tránsito y Movilidad

Como parte del objetivo que el BID quiere desarrollar, se han identificado una variedad de medidas de gestión de la movilidad que pueden contribuir de manera efectiva a la reducción de emisiones en ciudades de América Latina y el Caribe.

A continuación, se presenta una revisión de estas medidas respecto a su impacto en emisiones globales y locales, lo que permite analizarlas desde una perspectiva ambiental.

  • Cambio modal: generar una transferencia de viajes entre modos de transporte, idealmente pasando de vehículos particulares a transporte público o viajes no motorizados. Por ejemplo, en esta categoría se incluyen acciones para mejorar el transporte público, como la implementación de pistas exclusivas para autobuses y la creación de infraestructura segregada para un sistema Bus Rapid Transit (BRT). Además, se sugiere una gestión más eficiente y controlada de los estacionamientos, con un enfoque en el centro urbano y áreas de carga, junto con la limitación del estacionamiento en la vía pública.
  • Cambio en flujo vehicular: generar una modificación en la cantidad de vehículos que circulan por una zona determinada, idealmente una reducción de la cantidad de vehículos por unidad de tiempo. En este ámbito, se proponen medidas como la restricción del tráfico de automóviles en el centro de las ciudades mediante Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), la promoción de carriles exclusivos para vehículos de alta ocupación y campañas de concienciación sobre seguridad vial.
  • Reducción de kilómetros totales: generar cambios que reduzcan la cantidad total de viajes realizados por los usuarios en toda la ciudad, idealmente sin traspasar estos viajes de una zona a otra dentro de la misma ciudad. Para abordar esta categoría, se contempla la integración del transporte con el desarrollo urbano, con la creación de zonas mixtas y de alta densidad alrededor de estaciones de transporte público.
  • Cambio tecnológico: generar cambios en la tecnología de propulsión de los vehículos motorizados, idealmente pasando de combustibles fósiles a tecnologías de cero o bajas emisiones. Se sugieren medidas como impuestos a vehículos y combustibles, normas de eficiencia energética vehicular y el despliegue de movilidad eléctrica con desarrollo de redes de recarga a nivel local.
  • Cambio en congestión: generar cambios que modifiquen el tiempo de viaje en las vías de una zona determinada, idealmente reduciendo el tiempo de traslado mediante optimización de los flujos vehiculares. Para gestionar la congestión vehicular, se proponen acciones como el ramp metering, carriles con diferentes velocidades permitidas de circulación y la implementación de sistemas inteligentes de transporte que empleen sensores y análisis de datos para gestionar el tráfico en tiempo real, así como la optimización de ciclos semafóricos adaptativos según las condiciones del tráfico.

Otro tema importante es abordar la eficacia comparativa de las distintas medidas de movilidad en su reducción de emisiones mediante una propuesta de análisis en dos componentes:

  1. Cuantitativamente, mediante herramientas disponibles para estimar emisiones derivadas de actividad vehicular o del transporte urbano en general, a partir de datos de movilidad propios del entorno urbano analizado. Esta propuesta orienta desarrollos posteriores en una ciudad real determinada o para un conjunto de éstas, y con datos reales acerca de sus características de nivel de actividad y tecnologías de transporte se hace posible estimar la magnitud del cambio esperado.
  2. Cualitativamente, mediante comparación de medidas con enfoques descritos para el cálculo de emisiones de GEI y contaminantes locales, según el tipo de cambio asociado (cambio en los vehículo-kilómetros, generalmente asociados a cambio en la estructura de viajes; o en los factores de emisión, generalmente asociados a tecnologías y cambios en las velocidades de circulación).

Finalmente, abordar la discusión sobre cómo maximizar los beneficios ambientales en la movilidad urbana mediante políticas integrales, colaboración intersectorial y el compromiso de actores clave.

Columna publicada originalmente en Blog del BID