La huella de carbono de Recife produjo emisiones del orden de tres millones de toneladas de CO2 para 2015.
Luego del estudio de huella de carbono e hídrica que el Banco de Desarrollo de América Latina – CAF realizó en la ciudad de Recife, Brasil, el Gobierno Municipal presentó un grupo de obras urbanas que apuntan a un desarrollo económico bajo en emisiones en el centro metropolitano de la ciudad capital del Estado de Pernambuco.
La iniciativa, piensa en mejorar las condiciones de esta zona de la ciudad, una de las más vulnerables al aumento del nivel del mar en la costa brasileña, debido a sus características físicas, niveles de erosión costera y alta densidad poblacional.
El plan de acción propuesto, prioriza proyectos de modernización del transporte y movilidad urbana, recuperación de espacios públicos, saneamiento de cuerpos de agua, gestión de residuos sólidos, generación eléctrica fotovoltaica y expansión de la cobertura boscosa de la ciudad.
Además, dentro de este grupo de proyectos presentados se encuentran el del Parque Capibaribe, el de Energía solar para la Sede de la Alcaldía y el Plan de Arborización. Igualmente, se plantearon opciones de acceso a financiamiento internacional verde, resaltando a la vez la importancia del fortalecimiento institucional necesario para establecer sistemas confiables de monitoreo, reporte y verificación.
Los estudios, que están enmarcados en una iniciativa conjunta entre el CAF y la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), representan una herramienta invaluable en la toma de decisiones de inversión del Municipio, y arrojaron que la huella de carbono de la ciudad produjo emisiones del orden de tres millones de toneladas de CO2 para 2015, siendo el sector transporte el más significativo con un aporte del 55%.
En Recife, también, los sectores de residuos aportan a las emisiones el 19,7%, en tanto que el comercio y las instituciones suman el 10,3%. De su lado, estas cifras están secundadas por el sector residencial con el 9,8%, y finalmente el sector industrial con el 5,2%.
Por otro lado, la huella hídrica de ese mismo año fue de 1.800 millones de metros cúbicos, donde el aporte del sector residencial resultó el más importante con el 87%, principalmente por el impacto generado por efluentes que no reciben un tratamiento adecuado.