La deuda general de la UERJ alcanza los 112 millones de dólares.
Tres meses tuvieron que pasar desde la fecha pactada para el reinicio de clases, para que dicho propósito se hiciera efectivo en la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), la cual permaneció todo este tiempo a la espera de solucionar algunos inconvenientes propios de la crisis que vive el país latinoamericano, que la tenían sin poder avanzar en su periodo académico.
La institución, la segunda de educación superior más grande de Río de Janeiro (ciudad y estado), tenía pactada su fecha de comienzo de clases el pasado 17 de enero, pero los problemas ante la falta de pagos a los docentes y el descuido de las instalaciones, afectó a más de 32 mil estudiantes que allí se preparan.
Durante este periodo, fueron cinco las veces en las que la Universidad estuvo a punto de comenzar las clases, pero nunca existió un acuerdo pactado para que el Gobierno se hiciera cargo de los compromisos con los maestros que hoy, aun habiendo comenzado las clases, persisten.
Sin embargo, el punto clave para que la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) retomara sus labores este lunes, se presentó el pasado viernes cuando los directores de departamento de la institución, afirmaron que pese a la falta de pagos se había podido avanzar en labores de limpieza, mantenimiento y de nuevo volvió el servicio de seguridad al campus.
Pese a ello, la Universidad, que dependen económicamente de del Gobierno Estadual de Río, seguirá pendiente de resolver lo correspondiente a la normalización del calendario de pagos a los docentes y al personal administrativo, así como lo correspondiente a las ayudas para estudiantes becados.
Este centro de estudios superiores, el más grande del Estado y de la ciudad de Río, y una de las más importantes universidades del Brasil, viene presentando problemas con los pagos a contratistas desde hace ya dos años, situación que en los últimos meses se tornó inmanejable con una deuda general que alcanza los 112 millones de dólares, es decir, casi un tercio de su presupuesto a 2016 que era de 344 millones de dólares.
Este lunes, pese al anuncio, algunos estudiantes y docentes se hicieron presentes en manifestaciones públicas, situación que fue rechazada desde la Rectoría desde donde manifestaron, en nota pública, su voluntad por “reafirma la creencia de que el diálogo y la transparencia de la información constituyen la base para la consolidación de una universidad pública independiente”.