Colectivos como Muévete y Aguante Renca Bike reiteran exigencia de compromisos y necesidad de más inversión del nivel nacional.
Como una oportunidad perdida han calificado colectivos ciudadanos en favor de la movilidad sostenible y activa (caminata y bici), la falta de avance de cicloinfraestructura, ya sea temporal o permanente, especialmente en comunas distintas a las del centro de la capital chilena, durante la crisis sanitaria por coronavirus, en medio de las restricciones al transporte público y en una oleada de ciudades del mundo que aprovecharon para avanzar en este sentido.
“Santiago piensa en la posibilidad de que la bicicleta es una buena respuesta para los centros, pero no se piensa en el impacto local que puede tener en los territorios periféricos”, advierte Pablo Arriagada, integrante del colectivo Muévete e integrante de la Mesa de Movilidad de Renca.
En la actualidad, la mayor parte de las cicloinfraestructuras o ciclosendas de Santiago Metropolitano, están concentradas en Santiago (más de 50 kilómetros) y en comunas como Las Condes (más de 30 km.), Providencia, Ñuñoa; municipalidades que gracias a sus recursos tienen mayor capacidad de gestión.
Otra es la situación en las comunas periféricas en las que son muy pocos los kilómetros de bicisendas o no los hay y los recursos para inversión en movilidad activa son escasos.
De allí que Arriagada, insista en que un desarrollo más equitativo, requiera de la intervención del nivel nacional en favor del territorio metropolitano, tanto en lo financiero como en la gobernanza y el fomento de la cooperación entre comunas.
“Las administraciones son independientes y no existe una alcaldía mayor”, destacó Arriagada al explicar que cada municipio responde a lo local y no integrando territorios.
A esto se suma, indicó, la lenta reacción del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, “una respuesta que fuera más proactiva, promoviendo acciones de alcance metropolitano, no limitadas a los territorios locales”
Renca: un logro de cinco kilómetros, una buena práctica
Una Mesa de Movilidad muy abierta como dice Rocío Andrade, asesora urbana de la municipalidad, ha sido el secreto de uno de los hitos de la movilidad activa de la comuna de Renca, en el noroccidente de Santiago.
Se trata de una ciclosenda temporal de cinco kilómetros de extensión, implementada hace dos semanas y que tiene felices a los habitantes del territorio que ya la usan masivamente por ser una zona con importante porcentaje de usuarios de bici: 7 %.
Este tramo en las vías Calle José Miguel Infante y Conde, es el primero de un sueño de los actores del territorio: una red de cerca de 50 kilómetros en esta comuna rodeada de avenidas y con calles estrechas y que quiere no solo implementar esa malla interna sino conectarse con las comunas del centro y el oriente.
La comunidad, las organizaciones ciudadanas, la municipalidad y la academia -con el CEDEUS (Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de las universidades Católica de Chile y de Concepción)-, hacen parte de la Mesa que ha logrado integrar las visiones de todos para éxitos como los del tramo en mención.
“Como administración local, la municipalidad de Renca se ha propuesto promover la movilidad sostenible”, recalcó Andrade quien indicó que Santiago es una ciudad desigual.
“A Renca le toca estar en un sector donde no llegan ni los mismos servicios, ni las mismas inversiones que hay en otros sectores de la ciudad. A nosotros nos interesan lo posible revertir esa injusticia”.
Una de esas organizaciones que integra la Mesa de Movilidad y trabaja por la movilidad sostenible en Renca, es Aguante Renca Bike. El contador David Gómez es su vocero. Destaca la importancia de este tramo en Renca y la satisfacción por ello.
Sin embargo, recordó que han venido protestando en Santiago en distintas jornadas en la Plaza Italia o ‘Dignidad’, justamente por los reclamos sociales chilenos y por “la promesa que nos hizo el presidente de contar con 800 kilómetros de ciclosendas”.
Y justamente esos recursos que podrían provenir del nivel nacional son los que podrían impulsar la movilidad sostenible en Santiago metropolitano.
La asesora urbana de Renca, Rocía Andrade, explicó que los recursos en las municipalidades son el primer reto para proyectos de cicloinfraestructura. “Tenemos que postularnos a proyectos externos”.
Sin embargo, advierte, otro reto es que esas postulaciones les requiere cumplir con las normas de diseño vial de Chile que, se queja, “tienen una visión carrocentrista”.
Por superar estos retos, “es que valoramos mucho el tramo de Renca porque con distintos tipos de alianzas se logra hacer una implementación para una comunidad, bicisenda que no es cara, pero sí es muy valiosa para esta movilidad local”, dijo el integrante del colectivo Muévete, Pablo Arriagada.
Mientras los ciudadanos esperan llamar la atención de las autoridades y los recursos nacionales, de la voluntad política a nivel metropolitano -hace poco enviaron una carta los niveles nacional y metropolitano-; Arriagada espera que se avance en proyectos como la Alameda Providencia que tendría 17 kilómetros.
Otra bicisenda clave sería la llamada Gran Avenida que conectaría el territorio de sur a norte aportando desarrollo a las comunidades de otras comunas que, como advirtió, Arriagada, tienen en la bici una herramienta de trabajo, la posibilidad para las mujeres de hacer sus viajes de cuidado y hacer de Santiago un territorio más equitativo, sustentable y aportando en la lucha contra el cambio climático y la crisis sanitaria.