Informe presentado desde Chile indicó que esta región tendrá una contracción económica del -5.2%. Integración: una de las claves de la recuperación.
Los efectos económicos de la pandemia por covid-19 en la región fueron analizados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), agencia de las Naciones Unidas que, en cabeza de su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, advirtió que mientras en los países centroamericanos la caída de la economía será de -2.3% y en El Caribe de -2.5%; Suramérica será las más afectada con una contracción del 5.2%.
Para la Cepal, la dependencia de los países del sur de la economía China, tan golpeada, es la causa principal de esa caída. Esto será más impactante para países como Argentina, Brasil, Chile y Perú que tienen un importante vínculo de exportación de productos como mineral de hierro, mineral de cobre, zinc, aluminio, soja, aceite de soja. “Las exportaciones regionales a China serían las que más disminuirían en 2020 (24,4%)”, explicó el Informe Especial Covid-19 Nº 2: ‘Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación’.
A ello se suma la vulnerabilidad de las economías regionales por basarse en la exportación de productos primarios, mucho más susceptibles a los cambios de precios.
“Los efectos del COVID-19 generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad”, declaró Bárcena en su presentación realizada desde la sede central del organismo regional en Santiago de Chile.
Según la Comisión, ya la región venía en una condición vulnerable ya que, tras la crisis económica de 2008, no había sido posible darle un buen impulso a la economía: antes de la misma se venía creciendo en un 6% pero durante la década 2010-2019 solo había alcanzado un bajísimo promedio de crecimiento del 0.2%. “Más aún, el período 2014-2019 fue el de menor crecimiento desde la década de 1950 (0,4%)”, indicó el informe, el segundo que presenta la Cepal durante la crisis y que abarcó datos con corte al 17 de abril.
Pero si ese era el panorama anterior a la pandemia, con la crisis sanitaria actual la situación se agrava, señala la Cepal. Según la organización, el efecto en la economía de Estados Unidos impactará a su vez a todos los países de la región, especialmente a México y los de Centroamérica, pues es cliente habitual de los productos primarios de todos los países. Si a ello se suman las afectaciones en las economías de China y Europa, se configura un escenario en el que, según la Organización Mundial de Comercio, y citado por el informe, el comercio mundial se vería reducido entre un 13 y un 32%, en este año.
Ahora, el informe advierte que este panorama incluye a aquellos productos de valor agregado que, desde la región, se producían para esas grandes economías.
“Será la causa de la mayor crisis económica y social de la región en décadas, con efectos muy negativos en el empleo, el combate a la pobreza y la reducción de la desigualdad”, advirtió el documento que recordó que, además, un tercio de los empleos mundiales están en riesgo.
A estos factores se debe agregar la disminución de las remesas que son en muchos países, la base para la satisfacción de necesidades básicas de quienes las reciben. En este sentido el informe señaló que tan solo este año, el envío de recursos a la región desde otros países se reduciría entre un 10 y un 15% y su normalización solo se podría alcanzar en un periodo de entre cuatro y ocho años.
Integración: recomendación para aliviar los efectos
Frente a la crítica situación, Bárcena señaló que lo que exige un contexto post covid-19 es una mayor integración regional. “Se trata de pensar el futuro de la región en una nueva geografía económica que nos haga menos dependientes de manufacturas importadas y que nos imaginemos cadenas de valor regionales”.
Agregó que el fortalecimiento de la capacidad productiva, la generación de sectores estratégicos (con integración tecnológica, comercial y productiva) y girar la mirada hacia el mercado interno que constituyen los 650 millones de habitantes de la región, podrían reducir la vulnerabilidad ante las “perturbaciones” externas.
En este sentido, sugirió Bárcena, un mercado de esta magnitud, sería el escenario ideal para el surgimiento y consolidación de nuevas empresas que se alimenten de un ecosistema de innovación y desarrollo tecnológico “compartido entre países y subregiones”.
Otro de los puntos cruciales de las recomendaciones frente al panorama que deberá enfrentar la región, fue la creación de un nuevo modelo o régimen de protección social que, en palabras de Bárcena, “si hoy lo tuviéramos, podríamos contar con un ingreso básico, la verdad, la ciudadanía estaría mucho menos tensa en esta situación tan difícil como la que estamos atravesando”.
Finalmente, la funcionaria de alto nivel de la ONU recomendó seguir los parámetros de la Agenda 2030 para “recorrer un mundo mejor post covid-19”.