El deterioro de la calidad de vida en Venezuela se puede evidenciar de muchísimas formas y en diversos aspectos de la cotidianidad en Caracas o cualquier otra ciudad venezolana. Largas colas son parte de la decoración urbana, donde se evidencia el desespero de una población que aspira obtener productos de la canasta básica o medicamentos para poder intentar sobrevivir en un país que cada vez muestra mayores colapsos y que se acerca vertiginosamente a convertirse en un estado fallido.
Uno de los aspectos que también ha evidenciados el gran descenso en la calidad de vida del venezolano ha sido en el deterioro constante y progresivo en la calidad de la prestación de servicios públicos, en especial el de agua potable. A pesar que el problema del agua potable ha sido histórico en Venezuela, desde el año 2014 se ha visto un empeoramiento importante en el servicio en Caracas y las grandes ciudades del país. Fue en ese momento, cuando oficialmente el gobierno a través de la prestadora de agua potable, Hidrocapital, estableció el “Cronograma de Abastecimiento” (irónico el nombre, ¿no?) como un cronograma que establecía los lugares y horarios donde se prestaría el servicio en la capital del país.
Inicialmente el plan establecía un máximo de un día de la semana donde cualquier sector de la ciudad estuviera sin servicio continuo de agua potable, lo que ya evidencia un golpe importante al cumplimiento del derecho humano de acceso al agua potable. Al transcurrir el tiempo, este plan se fue convirtiendo más severo hasta la situación actual donde los diferentes sectores de la capital reciben según el cronograma agua durante 4 días de la semana, 2 en horario diurno y dos en horario nocturno. A través de trabajos de seguimiento que realizamos en el Municipio Chacao durante el año 2017 pudimos evidenciar que ni siquiera en esas condiciones tan reducidas el plan estaba siendo cumplido, pudiendo constatar que urbanizaciones podían pasar entre una y dos semanas corridas sin recibir el vital líquido.
Ante la ausencia de agua, en el edificio donde residía tuvimos que recurrir a un plan propio de racionamiento de agua para poder administrar el agua que podían acumular los tanques de agua de nuestra residencia. Eso significaba que podía disponer de agua de 6am a 630am, de 1pm a 130pm y de 830pm a 9pm. ¿Qué ocurría si necesitaba despertarme más temprano para poder llegar a una reunión de trabajo? Me tocaba acumular agua en algún recipiente para poder asearme. Esta experiencia la tenía que vivir diariamente en la capital de un país petrolero, en una zona urbana cerca del centro financiero de la capital.
Este corto artículo funcionará como abreboca para que en próximas entregas pueda entrar a los detalles de porque Venezuela llego a esa situación en cuanto a la prestación de este servicio público tan importante y poder presentar ante uds, mis lectores, algunas propuestas para poder avanzar hacia la solución de la situación.