¿Te imaginas un sistema de transporte público sin señales?
Los usuarios que realizan viajes diariamente sabrían qué hacer o donde ir, pero los turistas o visitantes estarían totalmente perdidos, así como cualquiera que intentara llegar a algún sitio por primera vez.
Ya se han desarrollado algunas aplicaciones inteligentes dedicadas a ayudar a los más desorientados, pero en una gran ciudad, con flujos masivos de personas y diversos modos de transporte, un sistema sólo basado en éstas se volvería imposible de manejar. Esta misma situación se presenta cuando la señalización es deficiente o simplemente no es accesible para todos.
Es por eso que los sistemas de transporte del mundo trabajan por mejorar y simplificar su señalética de manera continua, como en el caso del Metropolitano , el bus de transporte rápido (BRT, por sus siglas en inglés) de la ciudad de Lima.
Poul Knudsen, gerente comercial del Instituto ProTransporte, autoridad del Metropolitano, nos contó su experiencia implementando una nueva señalética en el sistema.
Explicó que la señalética implementada en las estaciones del sistema ha consistido en un mantenimiento integral y en el cambio de la línea gráfica de una manera progresiva. Este cambio ha comenzado en las estaciones donde hay mayor concentración de usuarios y en aquellas en las que se están haciendo mejoras en infraestructura. Asegura que los usuarios han tomado positivamente los cambios realizados y que, según sondeos que han realizado, los consultados señalaron que la señalética colocada es más amigable, fácil de entender y que les ayuda a tomar decisiones para realizar su viaje.
Pero ¿cómo se consigue una señalética eficiente, que permita ubicar, orientar y transmitir reglas a todos los viajeros, especialmente a los de movilidad reducida? Cumpliendo 5 importantes atributos:
- Una señalética es útil solo si es visible, es decir identificable rápidamente entre todos los signos presentes en el entorno. Esa necesidad conduce a aislar y agrupar los paneles de señalética, a quitar todos los elementos que podrían ocultarla, especialmente la publicidad. Asimismo, los anuncios vocales deben ser identificables entre todos los sonidos y la señalética táctil entre los elementos que se pueden tocar. La referencia es el viajero en movimiento: por eso, se ponen los elementos de señalética en posición perpendicular al flujo, superándolo para ser visibles por todos, y las comunicaciones comerciales encuadran el flujo, con una posición lateral, baja y paralela.
- Una vez que ha identificado la señalética hace falta que el viajero pueda leerla: esa legibilidad sería imposible con una luz insuficiente o excesiva, con paneles o caracteres demasiado pequeños, o bien con un contraste insuficiente entre el panel y sus indicaciones. Por eso se debe elegir una asociación adecuada de colores, idealmente letras claras (blanco o amarillo) y fondo oscuro (negro o azul marino), o al revés. Asimismo, los anuncios sonoros necesitan ser distintamente audibles y las indicaciones táctiles ser de tamaño apropiado.
- La tercera exigencia es bastante evidente, pero de las más difíciles: el mensaje debe ser comprensible para todos. Esa exigencia implica varias condiciones de forma: el mensaje debe ser: corto, es decir priorizado, pero completo: los destinos principales deben aparecer destacados, pero los secundarios deben estar también. claro, es decir no demasiado técnico, sino directivo básico para ser entendido rápidamente por todos, incluso personas iletradas o de lengua extranjera, a fin de que no haya agrupamientos de gente al nivel de cada panel u otro elemento de orientación.
En algunos casos, indicaciones de duración y mapas de ubicación al lado del camino, posiblemente interactivos y accesibles, pueden completar útilmente la señalética clásica. Hace falta establecer estándares, que creen una regularidad en el mensaje y faciliten la comprensión. Una de las normas principales es la de los pictogramas, que completan eficientemente mensajes escritos en varios idiomas. Otra es de los colores utilizados, que tienen que ser pocos y coherentes con los códigos internacionales (por ejemplo, el verde se puede usar para indicar salidas, el rojo para una prohibición o un peligro).
- Naturalmente, las indicaciones tienen que ser coherentes con el entorno, realizables en el sitio en el cual está ubicado el panel, que responden a las necesidades presentes del usuario. Por eso es necesario darlas progresivamente, según el avance del camino, cada a su tiempo. Así, Poul Knudsen nos indicó que la antigua señalética de Lima solía dar información de los servicios desde que el usuario llegaba a la estación, sin darle la oportunidad de saber si realmente le servía para llegar a su destino. A su juicio, la nueva señalética supera a la anterior porque, por ejemplo, lo primero que se ha colocado es la información de los destinos para que el usuario sepa si el sistema lo lleva a donde se dirige. Una vez que el usuario ha optado por usar el servicio, el siguiente paso ha sido darle la información de los servicios que puede usar para llegar a su destino; finalmente se la ha proveído información de cómo desplazarse dentro de las estaciones. Esa coherencia implica también el uso de señales armonizadas entre los diferentes soportes de comunicación (mapas, folletos, sitios internet, etc.)
- La quinta y última exigencia es ser dinámica: el camino construido por las señales tiene que ser continuo en el espacio y en el tiempo. Tiene que conducir a todos los usuarios a su destino, de manera determinista, con indicaciones homogéneas; eso puede implicar una repetición de indicaciones en caso un viajero se equivocara. La continuidad es también temporal, gracias a un mantenimiento adecuado y a una adaptación a cambios temporales o permanentes del entorno local.
Además de estas cinco características, la señalética fortalece la identidad visual de los diferentes sistemas de transporte del mundo. Cuéntanos, ¿cómo es la señalética de tu ciudad?
Columna escrita originalmente para Blogs del Banco Mundial. También tiene la autoría de Remi Moreau (Consultor de Transporte)