Reparar, compartir y regalar bicicletas. Eso hace con entusiasmo esta pequeña organización nacida en Santiago de Chile, que contará al mundo su experiencia en el FMB6 de Ciudad de México.
El chileno-canadiense Daniel Lanfranco Sagariz, estudiante de antropología en Toronto, debió explicar hace un par de años a los miembros de una cooperativa que le prestaban herramientas, por qué cada tanto aparecía con otra vieja bicicleta para reparar: “¿Te las estás robando?”, le preguntaron.
-No me las robo, solo las reciclo para compartirlas con la gente-, dijo.
De esa época, en que durante los rudos e intensos inviernos canadienses salía a las casas a recoger las oxidadas y claro, abandonadas bicicletas de los residentes de los barrios de su ciudad, surgió hace un año Foco Migrante, pequeña organización civil -pero gigante en el deseo de compartir-, que ahora desde Santiago de Chile, regala y presta bicicletas a quienes las necesiten, una experiencia que será presentada en el Foro Mundial de la Bicicleta en el panel “Esfuerzos colaborativos por la movilidad activa”.
“La idea nació en Canadá. El invierno es de menos 30 grados y la gente bota las bicicletas, las dejan abandonadas pues no son muy costosas y la gente tiene buena capacidad de dinero. Yo las arreglaba con esas herramientas prestadas y se las daba a mis amigos que las necesitaban”, relata Daniel.
Cuando regresó a Chile, compartió su idea con un amigo y una amiga del Departamento de Extranjería con quienes decidió replicar el modelo que ideó en territorio norteamericano. “Ella propuso dárselas a los inmigrantes”, continúo relatando el hoy antropólogo quien explicó que, además, como el transporte público de Santiago es de los más costosos de América Latina, pues mayor sería el impacto de su propósito de ayudar a través de la recuperación y entrega de bicicletas solo a quien dice “la necesito”.
Con este objetivo claro, se dieron a la tarea hace más de un año, de recolectar fondos para su iniciativa. Lo hicieron a través de una actividad tradicional chilena que llevaron consigo los inmigrantes italianos: los ñoquis.
“Se trata de preparar comida para vender y recolectar fondos. Cada quien pone su aporte debajo del plato. Antes era solo dinero y hoy es hasta tarjetas de crédito”, cuenta Daniel recordando emocionado los inicios de Foco Migrante. Una vez con algunos fondos, empezó la búsqueda de una oficina, una sede para su propósito.
Y ese espacio se los abrió el que dice Daniel, “es el colegio más antiguo de Santiago, el Miguel de Cervantes Saavedra”. Allí les cedieron la bodega que estaba llena de cosas abandonadas, que pronto fue adaptada como la primera sede.
Un sistema priorizado
Para entregar las bicicletas que llegan a través de los fondos, por donación de bicis completas o las que ellos arman a partir de partes que les regalan; los tres integrantes de la Organización estructuraron un sistema de priorización.
“Partimos de los inmigrantes, pero se las damos a quien más la necesite: niños, mujeres, trabajadores y público en general”, indica Daniel. A continuación, explica que, si dos mujeres necesitan una bicicleta, una para movilizarse y otra para trabajar, la prioridad será para la mujer que la requiere para obtener su sustento.
Sin embargo, la lista también se mueve según las conclusiones y además un enfoque como el de género en el que, sustentados en datos como que uno de cada cuatro ciclistas es mujer; que existe una brecha enorme en lo que gana una mujer frente a un hombre en el mismo empleo y que, debido al acoso callejero, las mujeres se apropian menos de la ciudad en las noches que los hombres; el empoderamiento femenino es un objetivo de Daniel y sus amigos.
“La bici es una herramienta que les da acceso a la ciudad. Las acosan en los paraderos de las micros y cuando andan en bicicleta esos problemas se obvian”, explicó Lafranco.
Pero no es solo esa la capacidad de Foco Migrante y haciendo honor a su nombre, Daniel cuenta la experiencia de un inmigrante haitiano que supo de ellos, los buscó y a pesar de las dificultades del lenguaje, pudo obtener su bicicleta y así movilizarse desde las periferias del gran Santiago en las que reside, logrando incorporarse activamente en la sociedad de la capital chilena.
Los niños, un foco de transformación
Uno de los grandes objetivos del trabajo de la Organización son los niños. Una de esas historias es la de Ágata, una pequeña estudiante que a diario debía caminar hasta 40 minutos en cada trayecto hacia y desde su colegio y cuya historia fue detectada por Foco Migrante para hacerla beneficiaria de una capacitación en manejo de la bici, conocimientos de mecánica y de seguridad vial y claro, de su propia bici.
Y más allá, Daniel explica que con el colegio en que tiene su sede, “el trato que hicimos con la Dirección del Colegio es que nosotros, a cambio de la oficina, diseñábamos un taller de mecánica básica para los niños con problemas de conducta”.
“Se trata de intervenir los casos de niños entre 8 y 12 años. Los niños desordenados que son muy inquietos, los que causan problemas, nosotros los acogemos y los ponemos a trabajar en un proyecto propio de armado de bicicleta. Al final, los niños se quedan con la experiencia de orden y disciplina; las habilidades mecánicas y las bicicletas”, anotó Daniel.
La salud de los niños de Santiago es otra de las preocupaciones de Foco Migrante según su fundador. Ello basado en los datos que señalan que el 20% de los niños chilenos está afectado por obesidad mórbida y el 50% con sobrepeso. “Los chilenos somos muy sedentarios y la bici es una forma de incentivar ese transporte activo”.
Desde el año anterior, Foco Migrante ya ha regalado 33 bicicletas y el objetivo este año será llegar a 100 bicis regaladas pues según Daniel Lanfranco, “para mí es mejor regarlas que prestarlas pues una bici más es un carro menos. Eso nos ayuda con un montón de problemas en el contexto urbano”.
Remató su historia con un dato que, al contrarrestar, lo hace tan feliz como compartir: “En un estudio Chile salió como uno de los países con más desconfianza frente a los chilenos mismos, más que de ciudadanos de otras nacionalidades, desconfían de los chilenos. Y yo trabajo desde la confianza: tú me dices que necesitas la bici y yo te creo”.
Daniel Lanfranco participará como ponente en el FMB6 en representación tanto de Foco Migrante como del Laboratorio de Cambio Social de Santiago, del que hace parte como investigador y que presentará sus proyectos de transformación urbana con enfoque de género; propuestas de tráfico clamado para los entornos de los colegios; talleres para niños y niñas; entre otras ideas.