Pese a que muchas de las vacunas que existen para controlar enfermedades infecciosas ya están disponibles, su costo es tan elevado que resulta imposible distribuirlas entre la población más vulnerable de la región.
Por Agencia de Noticias U.N.
En el marco del Primer Congreso Internacional de Ciencia, Tecnología e Innovación realizado en la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), Karen Kibler, profesora del Centro para Enfermedades Infecciosas y Vacunas de la Universidad Estatal de Arizona, precisó que el desarrollo de nuevos antivirus es un gran reto para la comunidad científica por la gran cantidad de compañías interesadas en producirlos como modelo de negocio.
Paradójicamente, la posibilidad de vacunar a la población de manera masiva también debía verse como una alternativa que contribuya tanto a ahorrar una gran cantidad de recursos utilizados en costosos tratamientos de hospitalización, como a disminuir de manera considerable la tasa de mortalidad.
Para la profesora Kibler, “todos estamos de acuerdo en que para el caso de los países en desarrollo cada vacuna que se pueda desarrollar de manera exitosa salvará muchas vidas”.
Para Spiros Agathos, decano de la Escuela de Ciencias de la Vida e Ingeniería de la Universidad Yachay Tech (Ecuador), el intercambio de información y acopio de una enorme cantidad de datos sobre las investigaciones que se adelantan en países como Inglaterra, Estados Unidos, Australia o Canadá es una estrategia fundamental en procura de abaratar los costos.
Según Fernando Pío de la Hoz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), la experiencia ha demostrado que las vacunas marcan la diferencia en los niveles de salud de la población, y que cada dólar que se invirtiera tendría un retorno estimado en 15 dólares.
“No hay duda de que muchas de las vacunas que usamos, particularmente las más antiguas –Poliomielitis, Tuberculosis, Difteria, Bordetella, Pertussis y Hepatitis B–, todavía tienen un impacto importante”, destacó el docente a pesar de reconocer la importancia de desarrollar otras vacunas para hacer frente a nuevas enfermedades infecciosas.
En tal sentido llamó la atención sobre el caso de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH o HPV, por sus siglas en inglés), debido a que si bien se podrían usar otras herramientas preventivas, como las pruebas de cribado cervical para detectar cambios tempranos en las células del cuello uterino, la efectividad resulta mucho menor.
“Colombia y otros países de la región decidieron introducir esta nueva vacuna, pero como no se ha hecho de manera uniforme por su alto costo, incluso se han presentado casos en los que se ha llegado a cuestionar su efectividad”, precisó el docente.
De acuerdo con Franklin Prieto, experto en epidemiología, pese a la aparición de nuevos virus, la realidad demuestra que solo las personas con mayor poder adquisitivo podrán tener acceso a estas vacunas.
En tal sentido, llama la atención sobre el hecho de que si bien Colombia ha hecho un esfuerzo importante para incluir nuevas vacunas dentro del esquema de vacunación para los niños, los nuevos precios que impone el mercado no pueden ser asumidos por las entidades estatales.