El compostaje es una práctica muy beneficiosa que permite reciclar algunos residuos orgánicos y reducir los desechos.
El compost o compostaje se ha convertido en el mundo de la agroecología, en la herramienta fundamental para evitar la fertilización a través de agroquímicos, compuestos que no solo modifican la apariencia de los productos de manera irreal, sino que alteran sus compuestos y nutrientes siendo nocivos para el consumo humano.
En ese sentido, la Intendencia de Montevideo puso en marcha una estrategia para las instituciones educativas, por medio de la cual brinda vermicomposteras a centros educativos, así como capacita a niñas, niños y adolescentes para que aprendan a compostar.
El programa, puesto en marcha en el marco del desarrollo de la Expo Prado, cuenta además con un stand donde explicas al público cómo funciona el vermicompostaje -compostaje con lombrices- a pequeña escala, y se informa sobre cómo funciona la planta de tratamiento de residuos orgánicos-industriales en Montevideo y se hace entrega de compost de manera gratuita.
Así, los estudiantes conocen y aprenden sobre las labores que se realizan en esta planta de tratamiento de orgánicos, un espacio que para la capital uruguaya se convierte en una herramienta que ayuda a ser responsables con los residuos, al tiempo que permite obtener un biofertilizante natural que mejora la sanidad de las plantas y las condiciones.
El compostaje es una práctica muy beneficiosa para el medio ambiente y utiliza un conjunto de parámetros, bases y saberes, por medio de los cuales permite reciclar algunos residuos orgánicos y reducir los desechos que van al sitio de disposición final de residuos.
Por su parte, la otra técnica impulsada en Montevideo, el vermicompostaje, es una técnica de transformación de residuos orgánicos en biofertilizante (humus) por la acción del metabolismo de la lombriz en condiciones controladas. La vermicompostera utiliza restos de frutas y verduras, cáscaras, yerba usada, té y café, cáscaras de huevo, cáscaras de cítricos en poca cantidad, papeles y cartones sin tintas, residuos de áreas verdes, además de un poco de tierra o humus para comenzar a compostar materia orgánica.