Quizá la gran pregunta hoy es por la usabilidad de las ideas, y quizá esa misma idea de pretender que la inteligencia colectiva de hoy responde a la incipiente lógica de la comunicación de masas, donde el receptor (es decir el mismo usuario) simplemente recibe el mensaje y se deja tocar. La pregunta entonces es por ese concepto que nace cuando el usuario y su comportamiento, terminan truncados por el balance que llega como un “la gente no hizo lo que queríamos” frente a portales web, aplicativos, campañas y demás servicios que se diseñan desde las agencias tradicionales.
¿Qué pasa entonces en los entornos sociales? ¿Hacia dónde repensamos la capacidad de creación colectiva? Posiblemente no haya una única respuesta y quizá la pregunta será cómo formulamos mejores retos para desatar precisamente esa creación.
La inteligencia colectiva supera las expectativas de lo planeado a través de lineas rectas o curvas, si el objetivo es claro y simple, se persigue y se logra y en ese sentido para el colectivo solo importa, “lo que funciona y ahorra, sea tiempo o dinero, al fin y al cabo el tiempo es dinero” Ahora la pregunta es ¿cómo logro generar un producto/servicio que cumpla con las expectativas de los usuarios? y las respuestas pueden ser a través de múltiples caminos pero todos sin duda llegarán a la imperiosa conclusión de que lo mas importante es escuchar. Hoy lo hacemos desde múltiples instancias pero la mas importante de ellas es desde una investigación en profundidad que considera todos los puntos de contacto y al fin de cuentas evalúa posibilidades como el “¿qué pasaría si…?”
Escuchar permite incluso hacerlo desde la observación, desde el tacto y por consiguiente desde el gusto, es un ejercicio completamente organoléptico que nos lleva a la gran consideración de pensar desde un diseño centrado en la humano. En este sentido “la experiencia del usuario” que muchas veces vemos y leemos acotado en un frío término como UX, por aquello de los estándares de la industria o anglicismos apropiados, no debe ser una preocupación llevada a menos si no por el contrario a lo mas. Merece un equipo de personas ocupadas del análisis del comportamiento de las personas y cómo éstas responden a los mensajes y a las disposiciones espaciales, tanto en escenarios virtuales como presenciales.
Lograr el objetivo comunicativo y comprender que la frase: “el usuario no sigue la ruta” no es un mal indicador, es una orden que nos están dando nuestros reales clientes, los clientes de mi cliente, es decir las personas para las cuales creamos.