Comenzó en Medellín la sexta versión de este festival de arte urbano y muralismo que irá más allá de la expresión política: encuentro ciudadano, identidad y renovación del espacio público serán sus claves este año.
“Este eslogan es la razón de ser de Pictopía porque las ciudades siempre han tratado de callar las sensaciones y las expresiones de muchas personas y los artistas lo que hacemos es hacerlo masivo en un muro. Inevitablemente lo van a ver todos: los que les guste y a los que les puede herir la susceptibilidad”.
Así define Tatiana ‘Tita’ Mejía, artista e integrante del Colectivo Cultural Galería Urbana, el espíritu de la sexta versión del Festival Pictopía 2018 de grafiti (del 21 al 30 de septiembre) que este año reunirá en Medellín y municipios de su área metropolitana a 31 artistas -15 internacionales, 6 nacionales y 10 locales-, para llenar la ciudad de color, de arte y transformar así distintos espacios públicos a través de sus expresiones, en un trabajo articulado con distintas organizaciones que quiere mover hacia otros imaginarios un asunto que muchas veces fue considerado, por decir lo menos, como ‘vandálico’.
“Hemos ganado muchísimo en este tiempo. Nosotros como Galería Urbana, la corporación que se encarga de la organización del festival, lo que hemos hecho y hacemos es una mediación entre los grafiteros y las entidades públicas o privadas a las que casi siempre se les ha llegado de otra manera”, expresa ‘Tita’.
Agrega que lo que se ha buscado es acogerse a los conductos regulares, que los procesos de acceso al espacio sean legales aunque para ellos -artistas y organizadores-, en esta expresión artística y social no hay nada de ilegal pues en esencia las definiciones cambian, evolucionan o se transforman y el grafiti no es menos que “esa forma contestataria de escribir en la calle”.
Y no solo contestataria o política sino transformadora de espacios públicos que se recuperan y revitalizan a través del muralismo y el grafiti; de construcción de la identidad de las ciudades latinoamericanas y además de su papel formativo de juventudes sensibilizadas ante el arte.
“Uno de los pilares de Pictopía es promover la des-estigmatización del grafiti como acto delictivo, y que estas entidades públicas no caigan en la prohibición como solución a una problemática sino, ofrecer un espacio cultural a los artistas emergentes. Para esto se propicia dentro del festival un espacio académico y práctico alrededor del arte urbano, para capacitar a los asistentes y participantes, creando así una galería de ciudad integral para todos”, precisa la organización.
Además, para fortalecer el proceso de formalización de este arte con su carácter tan democrático, encuentro entre la cultura y el espacio público, se tendrá un campo (foros) para el abordaje de la ‘Ley del Grafiti y de los Derechos de Autor’ para obras en la calle y que Mejía explica, se une a otro en el que se reflexionará sobre las distintas dimensiones y multiplicidad de facetas del arte contemporáneo colombiano: ‘Identidad en el arte’.
A esta programación se añade la realización de talleres teórico – prácticos para niños y adultos, así como un ‘Mercadillo de diseño’.
Respecto a los espacios que durante ocho días intervendrá Pictopía 2018, están entre otros la Comuna 13 (tradicional ya por su Graffitour) y donde se hará intercambio con otros colectivos; el barrio El Poblado, especialmente su parque; el municipio de Envigado en el sur del valle de Aburrá; aunque también se espera la ‘apertura’ de otros espacios a lo largo del área metropolitana.
Entre los más ilustres artistas invitados, explica ‘Tita’, se destacan Said Dokins y Jazor VRS de México y la catalana Marina Capdevila, entre los internacionales. Por la representación nacional está Sako Asko de Bogotá, a quien ella califica de “filósofo de la imagen” y quien tendrá el honor de diseñar el afiche del festival.
También llegarán artistas de México, Perú, El Salvador, Panamá y Ecuador, además de los nacionales que durante más de una semana generarán una explosión de arte, de color, de identidad, de voces y manos que unen a las ciudades de Latinoamérica en la tolerancia, la evolución y sus asuntos actuales, pues como afirma la diseñadora gráfica y experta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Emilia Aragón: “El auge del arte urbano latinoamericano, no sólo demuestra que estamos en un periodo de transición en la región, sino que también revela qué tipo de ciudades hemos construido. De cierta manera, las respuestas de las instituciones locales, ante este tipo de expresiones artísticas demuestran qué tan tolerantes somos”.
