*Este blog fue preparado en colaboración con Guy Edwards, codirector y cofundador del Climate and Development Lab en la Universidad de Brown. Los autores agradecen a Lisa Viscidi por sus contribuciones desde el Diálogo Interamericano.
Los pasajeros a bordo de la nueva flota de buses eléctricos de Santiago de Chile harán historia.
La flota de autobuses eléctricos en Santiago de Chile será una de las más grandes fuera de China. Los 200 autobuses eléctricos serán adquiridos por la empresa Enel X y serán puestos en servicio por los operadores del sistema Transantiago. Este avance representará un importante paso adelante para la movilidad eléctrica en Chile, América Latina y el Caribe.
Como documentamos en el reporte Charging Ahead: The Growth of Electric Car and Bus Markets in Latin American Cities, Santiago de Chile no está sola. La ciudad colombiana de Medellín está preparando la compra de 55 autobuses eléctricos a batería el próximo año. Otras ciudades como Buenos Aires, São Paulo , Cali, Montevideo y San José buscan seguir su ejemplo.
¿Por qué las ciudades y los países están adoptando la movilidad eléctrica?
Los gobiernos locales y nacionales están adoptando la movilidad eléctrica principalmente para mejorar la calidad del aire y hacer frente al cambio climático. Los esfuerzos para fortalecer la seguridad energética mediante la reducción de las importaciones de combustibles fósiles, mejorar la competitividad de las flotas de vehículos y mejorar el transporte público también son factores importantes.
Si bien ha habido algunas mejoras en la calidad del aire, muchas ciudades de la región tienen niveles de contaminación muy por encima de los límites seguros establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Las estimaciones conservadoras sugieren que cada año 50 000 personas mueren prematuramente en la región debido a la contaminación del aire causada principalmente por el transporte.
El sector del transporte en América Latina y el Caribe es la fuente de más rápido crecimiento de emisiones relacionadas con la energía. Si la flota actual de autobuses y taxis en 22 ciudades latinoamericanas se reemplazara inmediatamente con vehículos eléctricos, la región podría ahorrar casi US $ 64 mil millones en combustible para 2030 y evitar la emisión de 300 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente.
Los formuladores de políticas públicas se dan cuenta que no hay tiempo que perder pues la región tiene una creciente tasa de motorización. Esto implica un escenario de mayores emisiones, uso de combustible y peor calidad del aire. También significa una mayor congestión vial que socava la productividad y el crecimiento económico.
El Grupo BID está trabajando con los gobiernos nacionales y locales de la región para liberar el potencial de los autobuses limpios a través del soporte técnico, el financiamiento, la gestión de riesgos y el acceso a créditos. El objetivo del proyecto es ayudar a los países y ciudades a superar las barreras que impiden una mayor adopción de autobuses eléctricos.
Si bien el costo total de propiedad se está reduciendo y, en algunos casos, los autobuses eléctricos pueden tener costos más bajos en su ciclo de vida, los elevados costos iniciales siguen siendo un obstáculo. Bloomberg New Energy Finance pronostica que los autobuses eléctricos en casi todas las configuraciones de carga tendrán un costo total de propiedad más bajo que los autobuses municipales convencionales para 2019. Sin embargo, los altos niveles de inversión aún representan un gran obstáculo para los gobiernos.
Los aranceles de importación diseñados para proteger la industria local favorecen las tecnologías más antiguas y los subsidios al diésel también pueden jugar un papel en que los autobuses convencionales sean más atractivos. Los operadores de autobuses también pueden percibir las nuevas tecnologías como empresas riesgosas ante las dudas de si los autobuses eléctricos -y las nuevas empresas fabricantes de buses- pueden ofrecer el mismo rendimiento, garantía y soporte que las flotas actuales.
Es posible que los esfuerzos locales para la renovación de flotas requieran hoy en día un esfuerzo mayor para alinear las condiciones de compra de nuevos autobuses con la movilidad eléctrica. Los sistemas de transporte público de América Latina han tendido a favorecer el uso de procesos de licitación abierta que priorizan las opciones de menor costo, lo que puede descalificar opciones más caras pero menos contaminantes como los autobuses eléctricos.
El potencial de electrificación del transporte público es inmenso
El transporte público tiene el potencial de encabezar la movilidad eléctrica en América Latina. Los autobuses eléctricos pueden democratizar la movilidad eléctrica en las ciudades de la región, donde los altos niveles de desigualdad colocan a los carros eléctricos fuera del alcance de la mayoría.
América Latina tiene algunas de las condiciones ideales para que los autobuses eléctricos ofrezcan sus mayores beneficios en términos de reducción de emisiones, dada la matriz de energía relativamente limpia de la región y el potencial para desarrollar más energía renovable. La región también tiene el mayor uso de autobuses por persona en el mundo.
América Latina tiene el mayor número de sistemas de transporte rápido de autobús (BRT, por sus siglas en inglés) con 62 en operación que mueve alrededor de 20 millones de pasajeros-km por día. Afortunadamente, las grandes inversiones realizadas en BRT pueden adaptarse con relativa facilidad a la adopción de vehículos eléctricos. Con algunos ajustes a la infraestructura y un mayor desarrollo en tipologías de buses articulados y biarticulados eléctricos, los BRT podrían ser la plataforma de lanzamiento para la electrificación de los sistemas de transporte.
Una de las principales prioridades es garantizar que el transporte público sea una alternativa cómoda, segura, eficiente y rentable. A menos que esto suceda, habrá una continua erosión en el uso del transporte público, un aumento en la congestión y una creciente insatisfacción con la movilidad urbana
La región está en una transición hacia una expansión masiva de autobuses eléctricos. Todo nos indica que las ciudades latinoamericanas son aptas para incorporar el transporte público eléctrico y el Grupo BID está listo para apoyarlas.