El académico mexicano Víctor Delgadillo Polanco, reflexionó sobre la percepción de los habitantes de 10 barrios del centro de la Ciudad de México y los impactos de 15 años de desarrollo inmobiliario.
“Quince años de desarrollo urbano intensivo han producido un paisaje urbano cada vez más exclusivo y excluyente en selectas áreas centrales de la Ciudad de México”.
Así vio el académico mexicano Víctor Delgadillo Polanco, profesor investigador de la Universidad Autónoma, el efecto de 15 años de procesos de construcción en el centro de Ciudad de México, específicamente en 10 de sus barrios, que vivieron grandes presiones inmobiliarias, las que exploró a través de una encuesta de percepción que realizó en 2014 y cuyos resultados publicados en 2016, muestran esta compleja cara de la megaciudad latinoamericana.
Los barrios de Alameda Sur, Concepción del Carmen, Doctores Guerrero, Los Ángeles, Nueva Granada, Polanco, Roma, Condesa, San Álvaro Vieja, Merced y Xoco, todos asentados en distintas delegaciones, han padecido, según Delgadillo, de procesos de gentrificación ocasionados bajo políticas públicas que habrían mostrado una imagen de buena intención para densificar la ciudad, evitando la expansión urbana y transformando el territorio con una mayor planificación, con una positiva mezcla de suelos y de poblaciones socioeconómicamente diversas pero que en realidad llevaron a “la creación de una ciudad cada vez más cara, exclusiva y excluyente, particularmente en ciertos barrios (colonias) atractivos y rentables para la inversión privada. Así, la ciudad compacta por los precios del suelo y la vivienda es un lujo que pocos pueden pagar”, señala el investigador.
Es bueno recordar que el término gentrificación se refiere al proceso de transformación de un espacio urbano deteriorado o en declive a partir de una nueva etapa de construcción y desarrollo inmobiliario, que provoca un aumento de los alquileres o del costo habitacional en estos espacios. Esto conlleva a que los residentes tradicionales abandonen el barrio y se trasladen, en muchos casos, a espacios más periféricos, lo que produce que este “nuevo espacio” termine por ser ocupado por clases sociales con mayor capacidad económica.
Un nuevo paisaje urbano en el centro
La encuesta de percepción que fue la base para el artículo ‘Ciudad de México, quince años de desarrollo urbano intensivo: la gentrificación percibida’, consultó a tres mil residentes de los sectores en cuestión y arrojó resultados que evidencian el avance en 15 años de esos procesos excluyentes.
Entre los resultados más destacados están que la mayor parte de los residentes no vivían en estos sectores, es decir son en gran parte nuevos habitantes: “más de la mitad de los encuestados (54.6 %) no vivían en el mismo barrio antes de ocupar la vivienda actual. En Xoco, Alameda Sur y San Álvaro este porcentaje es de más del 60 %”.
Por otra parte, los barrios de Roma, Condesa, Nueva Granada, Polanco y Xoco, fueron en ese momento considerados los de mayor transformación debido a la llegada de bares, locales comerciales, oficinas, vivienda nueva y vivienda en renta; evidentes características de un proceso de gentrificación en estos sectores que además lo confirman porcentajes como que el 74.4 % de los encuestados consideraron que había existido mucho y bastante incremento en los valores de la vivienda en las zonas encuestadas; el 66.6 % consideró que existía un encarecimiento de las rentas y el 66.5 % señaló que había un efecto negativo por la construcción de vivienda nueva.
“Quince años de ininterrumpidas políticas públicas de desarrollo urbano intensivo, con distintos nombres y énfasis, han producido un nuevo paisaje urbano, caro, exclusivo y excluyente para la mayoría de la población en selectas áreas centrales de la Ciudad de México. La preocupación por el cambio climático y el medio ambiente han sido la base para la promoción pública de negocios inmobiliarios, mientras que la ciudad compacta se ha convertido en un lujo al que sólo las clases medias y altas pueden acceder. Las áreas urbanas que selectivamente se han revalorizado o se pretenden transformar son zonas fabriles obsoletas, baldíos intraurbanos, barrios de clase media y colonias populares patrimonializadas y muy bien comunicadas, que han sido declaradas “decadentes””, indicó el profesor e investigador de la Universidad Autónoma en su artículo.
Para el profesor, esas políticas públicas, son una de las características habituales de la gentrificación en Latinoamérica, en la que el estado expresa un discurso de desarrollo urbano sustentable pero en realidad está poniendo la transformación del hábitat al servicio de intereses neoliberales y empresariales ya que en el momento de la investigación el académico expuso casos como el del campamento de las personas damnificadas por el histórico sismo de 1985 en la capital mexicana y que se intentó desplazar para adelantar proyectos inmobiliarios con nuevas torres de departamentos.
De hecho, la encuesta revela la percepción de los residentes sobre los desplazamientos ocasionados en el periodo analizado: el 60.2 % expuso la llegada de nuevos vecinos; el 59.5 % consideró que estos eran más jóvenes; el 31.5 % indicó que esos nuevos habitantes sí tenían más recursos que ellos y el 42.5 % dijo que efectivamente había desaparición de pequeños comercios.
Finalmente, el profesor Delgadillo Polanco, concluyó que, curiosamente y pese a los cambios de gobierno en la capital mexicana, hasta ese momento (2016), consideró particularmente estables las políticas públicas que han generado esos procesos, gracias a que se presentan con un discurso de “izquierda” contrariamente a sus resultados claramente neoliberales.