Allí son llamados femicidios y una de sus víctimas más recientes fue Brenda Micaela Gordillo quien murió calcinada y desmembrada. Así está la situación según dos expertas.
Pese a la larga lista de acciones y medidas tomadas en Argentina por el Estado para prevenir y castigar el feminicidio, el Día Internacional de la Mujer a conmemorarse este domingo, no será sino una jornada triste para recordar a todas las víctimas de este flagelo latinoamericano que, en los tres primeros días de marzo ya generaba seis muertes, macabro promedio de una cada doce horas.
Brenda Micaela Gordillo de 24 años; una niña de 10 años -el posible victimario es un hermano de su padrastro-; Agustina Atencio de 17 años; Jordana Rivero de 28 años; Octavia Colque de 39 años y Mónica Ramos de 61 años; son las mujeres que integran el reporte entregado por el Observatorio MuMaLa – Mujeres de la Matria Latinoamericana ‘Mujeres, Disidencia, Derechos’ que, a su vez, hace parte del Movimiento Universitario.
“Este es un hecho que pasa no solamente en Argentina sino en Latinoamérica. Tenemos sociedades patriarcales, están enraizadas en nuestra cultura y es el fondo sobre el cual se prestan, se dan y se desarrollan muchas manifestaciones de violencia. En el caso de los femicidios tienen su máxima expresión, son la más aguda, pero entendemos que hay un caldo de cultivo que tiene que ver con que se viene perpetuando una sociedad machista”, dice a LA Network, Silvia Amelia Ferreyra, integrante de MuMaLa.
La defensora de los derechos de las mujeres indica que ese promedio de 12 horas para marzo resulta preocupante ya que entre el 1 de enero y el 26 de febrero se registraron en Argentina 43 femicidios -en este país se denomina feminicidio a la muerte violenta de mujeres, pero por razones distintas a las de la violencia de género o diversidad sexual; es decir un promedio una víctima cada 32 horas.
Según las cifras de MuMaLa, el 68 % de esas muertes ocurrió a manos de victimarios relacionados sentimentalmente con la mujer: la pareja (42 %) o la expareja (26 %). Además, el 34 % de las muertes fueron en la vivienda compartida con el victimario.
Por esta causa y los femicidios de marzo, la organización ha reclamado la declaratoria al gobierno de la ‘Emergencia Nacional en Violencia de Género’ con la que exigen medidas como dispositivos electrónicos de localización para agresores, registros oficiales de violencias y femicidios, casas de protección y recursos para destinar al fomento de la autonomía o independencia de las mujeres afectadas por las violencias; entre otras medidas.
“Uno de los temas más importantes es el de los dispositivos electrónicos para los hombres con orden de restricción pues hasta ahora se les había dado a las mujeres un botón de pánico que muchas veces no se activa porque está justamente en poder de la víctima de femicidio, necesitamos que las fuerzas de seguridad sepan si el agresor está violando la restricción”, advirtió Ferreyra.
Agregó que es urgente en Argentina desarrollar una política de desarme ya que, si bien el arma más utilizada en los femicidios es el arma blanca con 26-27 %, el arma de fuego ha venido aumentado su porcentaje de participación alcanzado ya cerca de un 25 %. Ferreyra indica que la mayoría de esas armas son ‘legales’ (con permiso) y una advertencia adicional: cerca del 7 % de los femicidios los cometen miembros o agentes de las fuerzas de seguridad.
En diálogo con LA Network, Ada Beatriz Rico, presidenta de la Casa del Encuentro, organización dedicada a la asistencia, orientación, asesoría a las mujeres en situación de violencia, además de coordinar el Observatorio de Femicidios en Argentina; declaró que durante 2019 el promedio fue de una víctima cada 29 horas, una cifra que agregó, es más o menos estable en la última década. “Pero este 2020 en forma lamentable ha habido un alto índice de femicidios. Hablamos de que, hasta hoy 7 de marzo, estamos registrando 68 femicidios y travesticidios, esto implica en promedio una persona asesinada por la violencia sexista cada 22 horas”.
Para Rico, las normas establecidas en los últimos años representan muchos avances como la cadena perpetua para autores de femicidio, el Plan de Acción para Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las mujeres; pero que no han sido suficientes para disminuir los índices.
La experta argumenta que una vez definido que la causa de esta expresión de la violencia es la cultura machista que predomina en Argentina, es necesario que las autoridades argentinas sigan trabajando y profundizando en las políticas públicas de prevención, pero sobre todo implementadas de manera sostenida.
Una de esas políticas para contrarrestar esa cultura machista que “considera la mujer como un objeto que le pertenece y con el que puede hacer lo que quiere”, es la Ley de Educación Sexual dice Rico. “Tenemos que trabajar con los jóvenes con los padres para que realmente comprendan, tomen conciencia y a través de la prevención bajar estos indicadores”.
Según el Informe de MuMaLa, ’10 años de femicidios 2010-2019’, en total durante ese periodo se registraron en Argentina un total de 2.749 víctimas, un dato que justo hoy cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, deja un sabor extremadamente amargo que tal vez sea la excusa, no para conmemorar, sino para seguir luchando.