A propósito de la publicación de ‘La tragedia ambiental de América Latina y El Caribe’ liderado por la CEPAL y un grupo de 21 expertos, LA Network dialogó con el exministro colombiano de Medio Ambiente. Estas son sus reflexiones.
El debate sobre cuál puede o debe ser el modelo de desarrollo para salvar a América Latina y El Caribe de un desastre ya en proceso, pasa -esto sí obligatoriamente-, por la ubicación del sistema ambiental en la más alta jerarquía política, principalmente sobre lo económico, sistema que, para el autor, experto y exministro colombiano del Medio Ambiente, Manuel Rodríguez Becerra, “ya sobrepasó los límites de la biosfera”.
Ese es justamente el objetivo –estimular el debate- del libro La tragedia ambiental de América Latina y el Caribe, publicado por la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y que invitó a un grupo de 21 expertos latinoamericanos para compilar sus reflexiones sobre un asunto mundial, pero con enfoque regional.
“El tema que está en discusión en el mundo hoy en día es reconocer la segunda Ley de la Termodinámica que básicamente dice que un subsistema no puede crecer más allá de lo que el sistema al que hace parte se lo permite. Es decir, el sistema mayor impone los límites a los subsistemas y en este caso la biosfera impone unos límites al crecimiento económico y a la organización social. Estamos claramente anclados, seguimos en el mundo un modelo de desarrollo que le da la prioridad al crecimiento económico y sigue sin reconocer esos límites que impone la biosfera”, dice el exministro colombiano.
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Rodríguez Becerra, quien fuese el primer ministro en la cartera ambiental de Colombia, integra ese grupo de expertos invitados por la CEPAL y que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas llamó “los pensadores fundacionales del desarrollo sostenible”, por ser pioneros en advertir el rumbo equivocado de la región y además en reflexionar durante más de cuatro décadas sobre ello.
Para Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión, la región recorre el camino inexorable del “deterioro” pese a los esfuerzos que la directiva señala, realizan los gobierno creando una complejidad en la que se suman los efectos negativos del cambio climático.
Al experto colombiano quien publicara en 2019 el libro Nuestro planeta, nuestro futuro’, en el que analiza la situación ambiental de sus país desde una perspectiva histórica; le parece que el texto hace un ejercicio sincero en el que no aspira a tener la verdad sobre la solución para Latinoamérica, una región rica en biodiversidad pero que en su camino de desarrollo optó -voluntariamente o no-, el modelo netamente extractivista que depreda sus recursos más allá de un límite sensato, la sostenibilidad.
Rodríguez Becerra fue claro en afirmar que ese extractivismo no es solo el del sector energético-minero sino también del agroindustrial que, a un costo muy alto para las selvas y bosques del continente, tampoco deja réditos alimentarios en la región y cita específicamente los casos de Argentina y Brasil con sus cultivos de grano para exportación (124 millones de toneladas para la cosecha 2019-20 según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca argentino para soya, trigo y maíz).
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Lamentó el ‘pensador fundacional’ de la CEPAL que, así como el petróleo, el carbón, el hierro, y en el caso citado de los productos agroindustriales “no destinados ni siquiera para alimentación sino para el pienso del ganado vacuno en China”; no se realice ningún proceso de transformación para agregar valor al mercado.
Eso pensando en que ese sistema generara un retorno de la inversión sin afectar el medioambiente con impactos como la deforestación de las selvas para el aumento de la tierra de producción agrícola.
Ahora, el texto en el que participan además de Rodríguez Becerra destacadas figuras del ámbito científico e intelectual latinoamericano como el chileno Nicola Gligio -además editor del libro-; la científica cubana Gisela Alonso Domínguez y el también chileno, el economista Osvaldo Sunkel; se describe ese momento bisagra, político y comercial, para dar inicio al ‘deterioro inexorable’.
“Fue a partir de la década de 1980 cuando, con la adopción del modelo neoliberal, el libre comercio y la apertura de las economías regionales, se terminó prácticamente con la industrialización incipiente de la mayoría de las economías de América Latina y el Caribe. En mayor o menor grado, el modelo neoliberal fue adoptado en casi toda la región, pero con particular énfasis en los países con gobiernos dictatoriales del Cono Sur, que pudieron imponer el modelo sin mayor oposición”.
En concepto de Rodríguez Becerra, la transformación radical que requiere Latinoamérica es “imposible” debido a la dependencia de la región del modelo establecido.
“El futuro desarrollo de muchos países tiene que ver con el desarrollo del planeta. Tiene que ver con cómo generar un tipo de crecimiento económico que claramente satisfaga las necesidades de aquellas personas que están en la miseria, en la pobreza, pero además crear un tipo de desarrollo económico que evite los daños ambientales en el planeta y en Latinoamérica y El Caribe”.
Los ‘pensadores fundacionales del desarrollo sostenible’
Nicolo Gligo, Gisela Alonso, David Barkin, Antonio Brailovsky, Francisco Brzovic, Julio Carrizosa, Hernán Durán, Patricio Fernández, Gilberto Gallopín, José Leal, Margarita Marino de Botero, César Morales, Fernando Ortiz Monasterio, Daniel Panario, Walter Pengue, Manuel Rodríguez Becerra, Alejandro Rofman, René Saa, Héctor Sejenovich, Osvaldo Sunkel y José Villamil.
