Esta propuesta del urbanista colombo francés Carlos Moreno fue acogida por la alcaldesa de París (Francia), Anne Hidalgo y hoy es una referencia global en la manera de planificar la vida urbana en las ciudades, sobre todo luego de los estragos producidos por la pandemia del COVID. Moreno es el invitado especial este año al Smart City Expo Latam Congress en la ciudad de Mérida (México).
Carlos Moreno fue el invitado principal del Smart City Expo Latam Congress este año en la ciudad de Mérida, estado de Yucatán (México). Foto: Pilar Conesa
Ante el cambio climático y la necesidad imperiosa de modificar, antes que sea demasiado tarde, el modo de vida, de producción, de consumo, de desplazamiento en las ciudades, Carlos Moreno, urbanista y especialista en ciudades inteligentes, desarrolló la propuesta llamada la “Ciudad de 15 minutos” que hoy es referencia en todo el planeta.
La “Ciudad de los 15 minutos” surgió como un trabajo de investigación que Moreno lideró en Sorbona, tomando como enfoque la relación entre el espacio y el tiempo útil, el cronourbanismo. La pregunta que se abordó fue: ¿Cómo ofrecer a los residentes urbanos una ciudad serena, con más proximidad, menos estrés, menos horas de transporte y al mismo tiempo satisfacer sus funciones sociales urbanas esenciales? El reto era cómo avanzar no hacia la planificación urbana sino hacia la planificación de la vida urbana, para acceder más fácilmente a las seis funciones sociales urbanas esenciales que son: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar.
Carlos Moreno fue el invitado principal del Smart City Expo Latam Congress este año en la ciudad de Mérida, estado de Yucatán (México). LA Network dialogó con él allí para conocer cómo avanza la implementación de su modelo en el mundo y revisar las dificultades que se evidencian para que en América Latina se aplique de manera más intensiva.
¿Cómo avanza París en el propósito de aplicación de su propuesta de “Ciudad de los 15 minutos”?
París es la ciudad pionera. Hoy en día podemos decir ya que es un movimiento global, porque a nivel mundial ya hay muchas ciudades que están implementando este modelo; pero, en lo que respecta a París, la alcaldesa Anne Hidalgo ha sido muy clara sobre la importancia estratégica de este modelo y ha lanzado lo que llamamos “El pacto de la proximidad urbana”, que es una nueva manera, primero, de dirigir la ciudad: hay una transformación muy profunda en la manera de gestionar la ciudad en sí misma, para darle más transversalidad a los diferentes servicios, sacarlos de la verticalidad, y ofrecer programas de trabajo que permiten descentralizar acciones. Lo más importante, estratégicamente en estos momentos en París, es el nuevo Máster Plan Bioclimático (Plan Maestro), que va a ser votado en el 2023 por el Concejo Municipal y que va a darle toda una nueva perspectiva a la ciudad.
¿Y cuáles son los principales elementos de ese Plan?
El primero, es la resiliencia climática con respecto a la hoja de ruta 2030 – 2050. El segundo, es la relocalización del empleo y la revitalización de la economía. El tercero, es la ciudad de las proximidades, el big bang de la proximidad, con la “Ciudad de los 15 minutos” ofreciendo más servicios. El cuarto, es la participación ciudadana, con proyectos muy concretos que tenemos que retomar en los diferentes barrios, iniciativas locales que son apoyadas para regenerar no solamente la estética de la ciudad, sino igualmente las actividades económicas locales que son fuente de empleo. Y, por último, darle a la ciudad un carácter mucho más productivo para atraer empleo local y facilitarle a la juventud, igualmente, acciones a través de cosas como “La noche de la solidaridad”, “La noche de las ideas”, “El consejo municipal de jóvenes”, el concejo de las generaciones futuras, la academia del clima… que permiten identificar un segmento que son los jóvenes de 20 a 35 años, indispensables para que el chip se cambie y poder cambiar nuestro modo de funcionamiento.
¿Cuáles fueron los elementos que permitieron generar un cambio de mentalidad cultural en la sociedad parisina, para acometer todas estas transformaciones, que en principio eran rechazadas?
Creo que no es propio de París. Realmente todas las transformaciones urbanas de profundidad en el mundo: retomar los ríos, darle el espacio público a la gente y no a los carros, ofrecer espacios de peatonalización, hacer trabajos para crear corredores de bici protegidas… son situaciones que perturban profundamente la tradición a la que la gente está acostumbrada. En París, claro, hubo esta resistencia, pero finalmente ¿cuál fue el elemento fundamental de la aceptación?: la utilidad; porque cuando se declara en París en diciembre del 2018 una huelga muy violenta del transporte público durante el invierno, tenemos 1070 kilómetros de pista de bicicleta que la gente utiliza masivamente y convierte esta dificultad en una oportunidad. Segundo, la evidencia al cambio climático: nadie hoy en día pide que se reabra la autopista del río Sena, simplemente porque está inundada tres meses por año, por la lluvia y la crecida del río Sena; entonces, la evidencia es que el cambio climático ya impide que los vehículos funcionen como funcionaban hace 50 años. Y tercero, yo creo que la juventud con el movimiento mundial de Greta Thunberg creó una sensibilidad muy fuerte que hace que esta juventud de hoy en día, sea la primera defensora de la calidad de vida que ofrece una ciudad con menos autos, con más espacio público, con más resiliencia frente al clima, e igualmente con más capacidad para generar intervenciones.
Ante el cambio climático y la necesidad imperiosa de modificar, antes que sea demasiado tarde, el modo de vida, de producción, de consumo, de desplazamiento en las ciudades, Carlos Moreno, urbanista y especialista en ciudades inteligentes, desarrolló la propuesta llamada la “Ciudad de 15 minutos”
Fuera de Europa, donde es muy exitoso, ¿cómo está avanzando el modelo de la “Ciudad de los 15 minutos”?
Lo que hemos constatado es que se ha creado un movimiento global independiente de nosotros mismos, que ha hecho que toda esta conceptualización sea open source (acceso abierto), accesible a quien lo quiera y lo hemos traducido a múltiples lenguas. Y, finalmente, hemos observado un movimiento muy interesante ligado al COVID, porque el COVID creó un choque traumático en los gobiernos locales, de cómo hacer para poder ofrecer una actividad económica y social intensa, al mismo tiempo que no se puede generar socialización que no impide que el cambio climático esté allí presente, una ecuación un poco complicada. Entonces, muchos gobiernos locales apoyados por el C40, de la red de grandes ciudades por el clima, que impulsa este concepto con mucha fuerza, encontró a través de este concepto, no un modelo sino una fuente de inspiración; y lo que cambia con respecto a modelos como el Smart City, es que nosotros no somos un modelo sino una fuente de inspiración, una guía metodológica, un marco conceptual y muchas maneras de implementar en muchas ciudades en el mundo con su propia especificidad, y es lo que ha sido muy interesante en este proceso.
Por ejemplo…
Cuando el alcalde de Busan (Corea del Sur) te llama y de dice “yo quiero que vea lo que estoy haciendo en Busan”, nos toca a nosotros mismos cambiar nuestro chip porque en Busan se funciona diferente a lo que puede ser en Buenos Aires, o en Zúrich. Cuando Zúrich implementa la “Ciudad de los 15 minutos”, lo primero que hacen es crear un referendo para que la gente vote, porque en Suiza nada se hace sin referendo, entonces toca estructurar un plan que dice que vamos a crear 36 nuevas centralidades y vamos a darle una capacidad de radio de acción de un cuarto de hora cada uno y la gente tiene que votar; entonces, en Zúrich hay que explicar el proyecto en detalle y que la gente lo vote, antes de que se implemente. En Buenos Aires, es todo lo contrario, Buenos Aires es un núcleo estratégico donde Horacio Rodríguez Larreta, quien ha tomado totalmente consciencia de la importancia lo propone, y tiene la capacidad de implementarlo. Entonces, estamos frente a algo muy interesante que es una misma conceptualización, misma metodología, herramientas digitales, herramientas pedagógicas que han creado en una comunidad internacional y que ya cada cual puede aplicarlo localmente con la flexibilidad de una fuente de inspiración, más que un copiar y pegar.
Pareciera que América Latina va más lenta en la toma de consciencia sobre este tipo de modelo urbano, con excepción de Buenos Aires, ¿o qué otras ciudades ve usted en esta ruta?
Sí. En América Latina hay una dificultad que es la toma de consciencia de los gobiernos locales sobre la importancia de esta transformación. Buenos Aires está muy implicada en la red C40, Horacio Rodríguez Larreta es el vicepresidente y ha tomado a cargo; podríamos tomar Bogotá con Claudia López, que hace parte del C40 y que ha querido implementar la “Ciudad de los 15 minutos” en el marco del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y es su eje, pero en el caso de Bogotá no podría hablar de su implementación porque no he estado implicado, en Buenos Aires sí he estado implicado. Hay ciudades como Medellín que han tenido consciencia desde hace muchos años por lo que es una ciudad compacta y el interés de regenerar a economía local, la sociabilidad, pero sigue siendo muy carrocéntrica y ese es un elemento clave, y la discontinuidad de los alcaldes recientes ha retrasado más que avanzado. Entonces, en América Latina tenemos el problema fundamental del cambio de alcalde que retrasa lo que se había avanzado y eso es una constante, lo que nos genera cierta dificultad que es menos presente en Europa y que en Asia es más respetuosa. Más la dificultad en América Latina de la falta de diálogo; hay una cierta verticalidad del alcalde que a veces no da campo. Hay sociedades que son muy queridas como Cali, por ejemplo, que tiene un caos permanente de movilidad, pero hay una verticalidad de funcionamiento que da poco paso a implementar nuevas ideas, entonces sí hay una necesidad de reforzar la pedagogía y lo vamos a hacer con ONU Habitat, porque tenemos ya un acuerdo marco mundial, pero con ONU Habitat América Latina gracias a la dinámica del director Elkin Velásquez, hemos acordado darle un foco particular a América Latina para tratar de darle justamente un impulso mucho más eficaz, en un diálogo con los gobiernos locales que tal vez sea más abierto.