Aire Medellín, ciudadanía activa para respirar mejor

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LA Network
11 noviembre, 2017 - Alianzas y Comunidades

Desde la contingencia ambiental  por calidad del aire que vivió la ciudad colombiana en 2016, este grupo de ciudadanos levantaron su voz para pedir más acciones públicas frente al tema.

Alzaron su voz en 2016 para darle una cachetada en el orgullo a su ciudad: una que muchos consideraron necesaria, aunque otros, especialmente desde el sector público, los tildaran de exagerados.

Frente a la crisis de calidad del aire que vivieron Medellín y el Valle de Aburrá en marzo del año anterior, los primeros integrantes del Colectivo Ciudadano Aire Medellín decidieron llamar a la movilización ciudadana poniendo mascarillas o tapabocas a las esculturas del maestro Fernando Botero. Toda una irreverencia.

Aunque hubo reclamos, la acción llamó la atención, generó conciencia sobre lo que estaba viviendo la ciudad en ese momento y que este año también se ha repetido. En la grave situación -alerta roja-, llamó a las autoridades a tomar acciones que, aunque fueron drásticas y expertos pensaron necesarias, pronto fueron levantadas, entre ellas la restricción de pico y placa de tres días consecutivos para la gran mayoría de automotores, responsables de cerca del 80% de la contaminación del valle.

Para este colectivo las medidas no han sido todo lo estructurales que deberían ser para empezar a resolver un asunto que según estudios, genera 3.000 muertes anuales por enfermedades respiratorias y en el que es más que pertinente que la ciudadanía se movilice para participar, aportar y debatir. Eso es lo que han hecho durante este año estos ciudadanos.

“Nos ocupamos del tema del aire por la preocupación como ciudadanos, como activistas y el pensamiento de tratar de mejorar la ciudad un poco. En la crisis del año anterior decidí movilizarme y me encontré con un grupo de personas con la misma preocupación y que, tras integrar el colectivo, crearon también el movimiento Ciudadanos por el Aire”, dice Daniel Suárez Montoya, cofundador del colectivo.

En estos meses de trabajo colaborativo se han dedicado a hacer una apuesta propositiva con documentos en los que las ideas creativas apuntan a que la movilidad sostenible,  sea el marco de un aire más sano para Medellín y su área metropolitana.

“El año pasado cuando llegó la contingencia lo que logramos fue sacar un ‘pliego de peticiones’, un documento que entregamos antes y durante la construcción del Plan de Desarrollo”, recordó Suárez. Dentro de ese documento se incluyó lo que Aire Medellín llama “medidas sencillas” para promover la movilidad sostenible y otras más mediáticas, como intervenciones artísticas y las famosas máscaras. Pidieron más impulso al sistema público de bicicletas; inversión y preservación de zonas verdes, un tema crítico para el colectivo y, en ese momento, concluir y promover los planes de Contingencia y Descontaminación.

Daniel Suárez, vocero de Aire Medellín

“Buscábamos generar presión a la Administración, solicitar una transformación, un cambio frente a la situación. Exigimos esos planes ese año pero solo los presentaron en este 2017, hay que pensar en la vida”, dijo el vocero.

Pese a ello, el trabajo ha continuado, uniendo más ciudadanos, más información, generando cualificación a través de expertos que se han unido al Movimiento Ciudadanos por el Aire; sumando fuerzas con colectivos ambientales, de ciclistas urbanos también para que la voz que reclama acciones gubernamentales tenga más eco, más potencia.

“Uno de los puntos que personalmente me tiene contento es que gracias a lo que hemos venido haciendo, los ciudadanos se han ido levantando.  Tienen conciencia de lo que viene sucediendo, que cuando ven que el cielo está nublado ya saben la diferencia: no es que vaya a llover sino que hay una bruma de contaminación”, destacó el activista.

De hecho, previo a la última crisis ambiental del pasado mes, Aire Medellín y Ciudadanos por el Aire ya tenían listo un documento con 700 puntos o acciones para que la Administración y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (la autoridad ambiental) implementen, no de manera reactiva sino preventiva.

“Desde febrero advertimos que se implementara el plan de contingencia, antes de que llegara la crisis y no fuimos escuchados pero al menos la ciudadanía sí escuchó”, recalcó Daniel Suárez con total convencimiento de que informar a la ciudadanía, activarla, es la clave de los cambios de la ciudad.

Por ello, este año los integrantes de Aire Medellín  irán con su voz a los barrios a compartir y transferir información a cada ciudadano. A contarles cómo se contamina la ciudad; a activarlos con conciencia que como ciudadanos tienen el poder de decidir y exigir; a decirles que en sus 700 propuestas están pedir un día sin carro semanal; a exigir más promoción de tecnologías eléctricas en la movilidad privada y pública: carros, buses, motos. A pedir su apoyo para reclamar ya los 80 kilómetros de ciclorrutas que están contemplados en el Plan de Desarrollo de la ciudad.

“Hace mucha, mucha falta de decisión en las autoridades. Decretar una alerta naranja es un ‘canto a la bandera’,  los expertos científicos ya dijeron por qué mantener el pico y placa; escuchar un secretario de gobierno decir que la gente no está enferma, es una demostración de la falta de compromiso. Están desestimando a los demás actores, en este caso, a la ciudadanía activa”, remató el vocero de Aire Medellín.