Con la inclusión del hecho metropolitano en una de las resoluciones adoptadas por la reciente Asamblea de ONU Habitat celebrada en Nairobi (Kenia), se reconoce por primera vez en los 50 años de historia de este organismo, la relevancia de las áreas metropolitanas y la gobernanza metropolitana en el desarrollo urbano actual.
Las áreas metropolitanas desempeñan un papel crucial en el mundo debido a su importancia económica, social y política. Las áreas metropolitanas son hoy los principales motores económicos de un país o región. Al concentrar una gran cantidad de personas, empresas, industrias, instituciones financieras y centros de innovación, generan empleo, riqueza y oportunidades económicas. Las áreas metropolitanas actúan como imanes para el comercio, la inversión y el desarrollo económico, atrayendo a empresas y emprendedores.
De acuerdo con datos de 2020 recogidos por ONU Habitat, por lo menos 2.600 millones de personas vivían en 1.934 metrópolis, que representan aproximadamente el 60 % de la población urbana mundial. 34 metrópolis han superado los 10 millones de habitantes; mientras que 51 tienen una población de 5 a 10 millones; 494 de 1 a 5 millones; y 1.355 de 300.000 a 1 millón.
Pero el futuro pinta aún más contundente en esta tendencia. La población metropolitana crecerá rápidamente en las próximas décadas. Las proyecciones de los especialistas indican que el número de personas que vivirá en metrópolis en 2035 aumentará a 3.400 millones. Ello significa que casi mil millones de personas se convertirán en nuevos habitantes metropolitanos durante la próxima década.
Es por esto por lo que la segunda sesión de la Asamblea de Naciones Unidas Habitat, el órgano legislativo más importante de la ONU en términos de desarrollo urbano sostenible, de ciudad y de territorio, llevada a cabo del 5 al 9 de junio en Nairobi (Kenia), incluyó por primera vez la gobernanza metropolitana y las escalas metropolitanas como fundamentales para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS y para lograr un desarrollo urbano más justo, más verde y más equilibrado.
Para Rafael Forero, coordinador de Asuntos Metropolitanos de ONU Habitat, con la inclusión de los temas metropolitanos en una de las resoluciones adoptadas por la Asamblea de las Naciones Unidas Habitat “se abren muchas posibilidades para las áreas metropolitanas y especialmente desde dos perspectivas: la primera, la transversalización de la gestión metropolitana en la política y en los planes urbanos nacionales; y la segunda, que las áreas metropolitanas, sus instituciones, tengan un papel más fuerte que jugar en este complejo ambiente de cooperación internacional”.
Esto significa una cooperación internacional desde dos dimensiones: la primera, el multilateralismo tradicional, que es la cooperación entre países, entre gobiernos nacionales; y la segunda dimensión, una cooperación que cada vez se está volviendo más común, pero también más eficaz, que es la diplomacia entre ciudades y entre áreas metropolitanas. Las áreas metropolitanas, las casi dos mil áreas metropolitanas existentes, concentran el 60 % de la población urbana global y eso es equivalente a un tercio de la humanidad, las instituciones metropolitanas, aumentan su rol, fortalecen su rol, en la territorialización de las agendas de desarrollo global, y en la búsqueda del desarrollo sostenible.
Agrega Forero que “creo que ya tenemos un instrumento premier que es la Nueva Agenda Urbana, la primera agenda global adoptada por los países, aprobada por los gobiernos nacionales, pero realmente formulada y acordada por las áreas metropolitanas. Con esta resolución podremos sacar mucho más jugo y acelerar la implementación de la Nueva Agenda Urbana y, específicamente, de su dimensión metropolitana, y podremos seguir fortaleciendo el rol de las instituciones metropolitanas en el desarrollo urbano sostenible.
Si bien las áreas metropolitanas ofrecen numerosas oportunidades, también enfrentan desafíos significativos, como la congestión del tráfico, la escasez de viviendas asequibles, la desigualdad socioeconómica y los problemas ambientales.