Avanza con firmeza el movimiento para crear “una economía más incluyente y sostenible”: Jean Lebel

derecho_1
LA Network
5 diciembre, 2016 - Empresas

Redefinir el sentido del éxito en la economía no es un asunto que vaya a lograrse de la noche a la mañana. Esta intención –que avanza con optimismo y, por supuesto, sorteando dificultades e incertidumbres–, es impulsada por un movimiento global de personas y organizaciones que ya han logrado la articulación de casi 2.000 empresas en el mundo, 261 de ellas en América Latina.

Jean Lebel, presidente del International Development Research Centre Canadá (IDRC)
Jean Lebel, presidente del International Development Research Centre Canadá (IDRC)

Este movimiento es lo que se conoce con el nombre de Sistema B, o sea empresas y ciudadanos empeñados en hacer de su quehacer un emprendimiento con propósito hacia una nueva economía.

Medellín acaba de ser sede del Primer Encuentro B en Latinoamérica, en el que se evidenció el respaldo que a este movimiento le brindan el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), International Development Research Centre Canadá (IDRC), FOMIN Fondo Multilateral de Inversiones y, en Colombia, entre otras entidades, Bancolombia, Comfama y la Universidad Eafit, sede y convocante de la reunión realizada del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

El rector Juan Luis Mejía dijo que Eafit se asimila a la filosofía del Sistema B por ser una institución educativa comprometida con la transformación de la sociedad, con la protección del medio ambiente, con la formación de talento humano y con el aporte de soluciones a partir de la actividad investigativa.

Para Jean Lebel, presidente del International Development Research Centre Canadá, “las empresas con propósito, y en particular las empresas B, pueden jugar un rol importante para crear una economía más incluyente y sostenible”.

Para ello –afirma– “es imprescindible contar con evidencia rigurosa que demuestre los impactos de éstas empresas sobre el ambiente y la generación de oportunidades económicas para mujeres y jóvenes”.

Esa es la razón por la cual el IDRC también apoya el fortalecimiento de lo que se conoce como Academia B, o sea “el espacio para que miles de investigadores, docentes y estudiantes se sumen, aportando desde la mirada y la práctica académica como agentes de cambio hacia una nueva economía”, como lo define María Emilia Correa, cofundadora del sistema y de la academia.

“El Sistema B está pensado para que las empresas sean una solución positiva a los grandes problemas sociales y ambientales de sus regiones, a la vez que construyen riqueza económica. Se trata de una herramienta profundamente innovadora que es, a su vez, una esperanza para el mundo, y está presente hoy en 50 países para generar ecosistemas abiertos de innovación, en los que las decisiones económicas se hagan en consistencia con los valores humanos”, explicó María Emilia Correa.

El resultado que el IDCR espera del proceso formativo –según Lebel– es “generar esa evidencia y construir una comunidad de práctica para promover las condiciones y la expansión de empresas y negocios sustentables e inclusivos”.

Por su parte, Claudia Martínez, directora ejecutiva de E3, Ecología, Economía y Ética, manifestó que la aspiración es “fomentar un sistema que genere impacto y cambie el poder fiduciario”.

Anticipó que “ya estamos metiendo el tema en el Senado colombiano para generar las empresas que trascienden los beneficios financieros, y eso es innovador en el mundo”.

Al explicar que éste no es un movimiento solamente para generar las mejores empresas del mundo sino las mejores empresas para el mundo, a través de procesos simultáneos de comunicación y de academia, exhortó a que la “transformación económica trascienda la certificación corporativa y englobe un cambio de paradigma en términos de gobernanza empresarial”.

Los asistentes al encuentro en Medellín conocieron las experiencias empresariales de 16 emprendedores latinoamericanos que han sabido trascender la mera generación de ganancias económicas, impactando positivamente la solución de problemas comunitarios, sociales y ambientales.

Felipe Macías, director de Sostenibilidad de Crepes & Waffles, destacó el carácter familiar de esta empresa, la cual –dijo– se ha consolidado no sólo como una de las cadenas de restaurantes más grande de Colombia y la empresa número 39 más reconocida como marca en el ámbito nacional, sino por mantener una filosofía de ser generadores de oportunidades y servir de herramienta para cambiar muchas vidas.

“Tenemos 4.000 empleados, 91% de los cuales son mujeres y 75% de ellas cabeza de familia. Nuestros colaboradores gozan de planes de medicina premium; tienen acceso a la academia de artes para su desarrollo personal; obtienen préstamos para vivienda, salud y educación, y el salario mínimo es superior al legal”, explicó.

Este encuentro de líderes que buscan constituir una nueva economía celebró el avance firme del Sistema B en Latinoamérica, donde viene impulsándose desde hace cinco años.

Luego de su nacimiento hace una década en Estados Unidos, en la actualidad ya son 10 los países de la región con representación en el sistema a través de 261 empresas. En 2017 está previsto que lo hagan otros cinco países latinoamericanos.

También se destacó el aporte de organizaciones que promueven “un modelo de desarrollo sostenible, mediante operaciones de crédito, recursos no reembolsables y apoyo en la estructuración técnica y financiera de proyectos de los sectores público y privado de América Latina”, como es el caso de la CAF, al que están vinculados 19 países: 17 de América Latina y el Caribe, más España y Portugal, lo mismo que 13 bancos privados de la región.