Con los alimentos que se desperdician podríamos evitar el hambre en el mundo

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Darnyn Ramírez
17 septiembre, 2017 - Ecología Urbana

Este video de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) nos ayuda a comprender mejor las consecuencias en materia ambiental, social y económica que tiene para el mundo el desperdicio de comida. Debemos pensarlo dos veces antes de dejar comida en nuestros platos o comprar alimentos que vamos finalmente a despilfarrar o dejar dañar.

De acuerdo con cifras oficiales de la FAO, en el mundo una tercera parte de todos los alimentos que se producen se estropea o se desperdicia antes de ser consumido por las personas.

Esto es sin duda un asunto casi criminal teniendo en cuenta que según el  informe publicado este viernes por la FAO tenemos actualmente 815 millones de personas padeciendo hambre en todo el planeta, además de representar este despilfarro una pérdida de mano de obra, agua, energía, tierra y otros insumos utilizados en la producción de esos alimentos.

¿Pero qué se entiende por pérdida y el desperdicio de alimentos? Hace referencia a la merma en las etapas sucesivas de la cadena de suministro de alimentos destinados al consumo humano. Los alimentos se pierden o desperdician en toda la cadena de suministro, desde la producción inicial hasta el consumo final de los hogares.

La disminución puede ser accidental o intencional, pero en última instancia conduce a una menor disponibilidad de alimentos para todos. Cuando los alimentos se pierden o estropean antes de llegar a su fase de producto final o a la venta minorista, hablamos de pérdida de alimentos.

Esto puede deberse a problemas en la recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructura o a los mecanismos de mercado, o de los precios, así como a los marcos institucionales y legales.

Las bananas recolectadas que se caen de un camión, por ejemplo, se consideran pérdida de alimentos. Cuando los alimentos son aptos para el consumo humano, pero no se consumen debido a que se deja que se estropeen o son descartados por los minoristas o los consumidores, se llama desperdicio de alimentos. Esto puede deberse a las reglas de etiquetado de fecha de caducidad rígidas o mal entendidas, o a prácticas de almacenamiento, compra o de cocina inadecuadas. Por ejemplo, cuando un establecimiento tira a la basura una caja de bananas porque tienen manchas marrones, se considera un desperdicio de alimentos.

La FAO viene coordinando iniciativas, actividades y proyectos sobre la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos asociándose con organismos de Naciones Unidas, otras organizaciones internacionales y partes interesadas de todo el mundo, incluido el sector privado y la sociedad civil. Pero finalmente todo depende de cada uno de nosotros, de tomar conciencia sobre esta situación y consumir de manera responsable.