Conversación entre dos ciudades.

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Bryan Castillo Dávila
10 marzo, 2024 - Derecho a la ciudad

Al momento de hablar de urbanismo o planificación de ciudades es posible que el ejercicio mismo nos invite a un comparativo con el ejercicio de la medicina; diagnosticar al paciente para a partir de eso buscar soluciones e incluso potenciar lo que bueno que ya tiene; es un ejercicio que aplica tanto para personas como para ciudades.

En ese sentido, al igual que con las personas y sus dinámicas interpersonales, las ciudades y sus dinámicas con otras ciudades pueden ser situaciones beneficiosas, aunque también perjudiciales. Muchas veces se habla de lo importante del trabajo conjunto y la articulación entre ciudades pero pocas veces se habla de las relaciones tóxicas entre ciudades. Las disputas de poder, las imposiciones, las dinámicas injustas e incluso la estigmatización o la invisivilización de una urbe puede terminar sucediendo por las influencias de otra urbe con mayores capacidades. Estas situaciones desfavorables tiende a ser poco analizada, quizá porque quienes escriben sobre ciudades tienden a estar habitando dichas ciudades poderosas.

Estas dinámicas negativas merecen mayor atención y análisis, sin embargo, en el presente artículo se invitará a la reflexión del lector a partir de la reproducción de una conversación que puede haberse dado entre dos ciudades que viven la situación descrita líneas arriba. Será materia del lector juzgar a partir de lo leído a continuación.

C: Creo que voy a empezar a mejorar en transporte y a planificar cómo mejorar todo lo que sucede dentro de mi.

L: NO! No puedes hacerlo sin pensar en mi. ¿Cómo se te ocurre hacer eso si tú y yo somos uno? Es una realidad, no puedes ni debes mejorar sin mi.

C: Creo que voy a promover el turismo, total yo tengo el puerto y el aeropuerto más importantes del país.

L: NO! imposible! ¿Qué turista va querer visitarte si tu solo tienes ghettos?, ¿Quieres que los maten? Primero arregla la inseguridad que es tierra de nadie.

C: Oye pero yo puedo planificarme solo y además tu también tienes robos y asesinatos, si vemos las cifras oficiales figura que…

L: NO! ¿Cómo vas a compararte conmigo? Soy más grande, a parte en tu eres peor, todo en ti es peor, lo peor del país.

C: Espera, pero eso que dices no es ciert…

L: No tapes el sol con un dedo! Eres el peor lugar del país y deberías desaparecer con algún cataclismo porque eres tierra de nadie.

C: Eso no es cierto, ¿por qué dices esas cosas?, ¿tienes un problema conmigo?

L: Es que quieres tapar la realidad.

C: Pero si te estoy diciendo que la realidad es que…

L: A parte tus autoridades corruptas..

C: Pero todo el país tiene autoridades así, incluso tú.

L: No, pero tu eres peor!

C: ¿De dónde sacas eso? Eso no es cierto, ¿por qué me tratas así?, me odias, ¿no?

L: No es odio, es la realidad.

C: Según lo que tu, pero no esa no es la realidad.

Disculparán lo caótica de la conversación, pero es el vívido reflejo de situaciones y conversaciones experimentadas con ciudadanos de una ciudad vecina a la mía, a lo largo de los últimos 10 años.