¿Se ha preguntado si sus hijos y sus nietos tendrán acceso a la buena fortuna y las oportunidades que usted ha disfrutado durante su vida profesional? En una época de crecimiento económico mundial sólido, puede parecer paradójico que enfrentemos una crisis existencial en torno al futuro del trabajo. Pero el ritmo de la innovación se acelera, y los empleos del futuro —en unos pocos meses o pocos años— exigirán habilidades específicas y complejas. El capital humano llegará a ser cada vez más un recurso valioso.
En pocas palabras, la naturaleza cambiante del trabajo y cómo preparar mejor a las personas para los empleos del futuro son algunos de los desafíos más difíciles que enfrentan los países, y por esta razón estos temas son abordados en el Informe sobre el desarrollo mundial de este año.
Dado que el futuro del trabajo es importante para todos nosotros, decidimos que este informe se elaborara con un nivel de transparencia sin precedentes. Por primera vez desde que el Banco Mundial empezó a publicar el WDR en 1978, el informe es un proyecto de colaboración abierta. Todos los viernes por la tarde, se publica el último borrador (PDF, en inglés) del documento en el sitio web del Banco Mundial, de manera que cualquiera que tenga internet puede leerlo e interactuar con el equipo de autores. No puedo prometerle que el WDR no cambiará dentro de una semana, por ello lo invito a seguir visitando el sitio mientras continuamos trabajando en la actualización del informe.
A los nuevos lectores, les presento aquí algunas ideas sobre el contenido del informe que espero los haga reflexionar acerca del futuro del trabajo:
Primero, aunque el peligro del inminente y generalizado desempleo causado por la tecnología es una quimera, en la actualidad se están perdiendo trabajos y se pierden debido a la automatización. Pero la tecnología también crea nuevas oportunidades y mejora continuamente las condiciones de vida mundiales. El mundo está mejor conectado, las aspiraciones aumentan, y las opiniones discrepantes tienen más probabilidades de ser escuchadas.
Segundo, las habilidades requeridas para el trabajo cambian, literalmente, cada día. Los nuevos empleos exigirán habilidades específicas: una combinación de conocimientos tecnológicos, capacidad de resolución de problemas y pensamiento crítico, al igual que habilidades interpersonales, como la perseverancia, la colaboración y la empatía. Eso significa que los países deben invertir mucho más —y con mayor eficacia— en su gente para desarrollar el capital humano.
Invertir en el capital humano es el mecanismo fundamental para asegurar que la próxima generación esté preparada para los cambios continuos del trabajo; sin embargo, demasiados países no invierten lo suficiente en estas áreas críticas, en particular durante los años formativos de la infancia cuando se forja rápidamente la capacidad de adquirir nuevas habilidades. Al no invertir en el desarrollo del capital humano, los países ponen a generaciones consecutivas —especialmente las más pobres— en una grave desventaja, intensifican las desigualdades ya existentes, y pueden generar inestabilidad, ya que las crecientes aspiraciones de las personas se ven frustradas y no son satisfechas mediante oportunidades.
Tercero, deberíamos asegurar que las oportunidades, como el talento, se distribuyan de manera equitativa en todos los segmentos de la sociedad. Una de las maneras básicas para garantizar esto es proteger a las personas a través de programas de asistencia social y sistemas de seguros que se adapten a la naturaleza cambiante del trabajo. El actual modelo no funciona en la mayoría de los países en desarrollo, y además parece cada vez más obsoleto en la mayor parte de las economías avanzadas.
Los contratos sociales también se relacionan con la inclusión, lo que significa que los ricos tienen que pagar la proporción de impuestos que les corresponde. Si no existen suficientes ingresos tributarios, los Gobiernos no pueden cumplir con el actual contrato social. Los países en todas las regiones deben hacer más para terminar con la evasión fiscal, y la única manera en que pueden hacerlo, según los líderes de las 20 economías más importantes del mundo, es “poner fin al divorcio entre la ubicación donde se obtienen las ganancias y la ubicación donde se llevan a cabo realmente las actividades”.
Hay mucho más en el informe que espero usted analice a medida que el documento continúa evolucionando en las semanas venideras. Estoy seguro de que cuando se dé a conocer el borrador final en el otoño, el informe contribuirá de manera importante al debate sobre el futuro del trabajo. Si desea participar, puede empezar leyendo el trabajo en curso aquí. (PDF, en inglés)