¿Cuándo comenzamos a ser ciudadanos?

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Miguel Ángel Morffe Peraza
14 julio, 2018 - Educación
  “El mayor de los beneficios que pueden hacerse a un pueblo, es enseñarle a la vez los deberes de un buen cristiano y un buen ciudadano.”
Jerónimo Usera

Ser ciudadano es más que el simple hecho de ser mayor de edad, de haber nacido en el país y poder votar en las elecciones para elegir a sus representantes. Ser ciudadano va mas allá de simples actos formales o informales que le caracterizan como exigir sus derechos, pero también cumplir con los deberes que le impone vivir en sociedad. Sentirse plenamente parte de una estructura social y política, infiere la necesidad de asumir responsabilidades y obligaciones que ayuden a construir una sociedad donde el respeto, la tolerancia y las buenas acciones, sean parte fundamental.

Cuando infringimos las normas de tránsito, quebrantamos las normas de convivencia y contravenimos las reglas que la sociedad impone para su buen funcionamiento. A su vez estamos confinando nuestro rol como ciudadano y facilitando acciones que promueven la anarquía y el mal ejemplo. En nuestras ciudades, el quehacer de la sociedad para que la ciudadanía se ejerza de manera eficiente es una ardua tarea en especial para aquellos ciudadanos que irrespetan las normas y a los cuales, el sistema tiene que sancionar para corregir las conductas impropias y muchas veces letales. Ejercer ciudadanía también requiere de cumplir con valores arraigados en nuestras sociedades y familias, así como también con principios que han bosquejado la historia de nuestras ciudades.


Muchos ciudadanos dentro de sus conductas erróneas, con modelos de comportamiento imitados de sus padres o sociedad, no cruzan las calles por los pasos peatonales ya definidos, se pasan las luces del semáforo o conducen a velocidades no permitidas, sin considerar que pueden ocasionar un accidente, en muchos de los casos originando lesiones y muerte.

Tanto los gobiernos en sus diferentes niveles como la misma sociedad organizada han presentado propuestas y acciones para vivir en sociedades donde la convivencia, el respeto y la calidad de vida sean baluartes en la familia, la escuela y todos los espacios donde la ciudad de hace presente.

“Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos.” Cicerón

El nuevo Código Nacional de Policía en Colombia, es un compendio de servicios, normas y límites que busca lograr una mejor convivencia entre los colombianos, pero que no logrará cumplir sus propósitos, sin la puesta en marcha de otras acciones que involucren transformar nuestra cultura como ciudadanos a bien de que el ejercicio de la ciudadanía sea modelo para el resto de América Latina y El Caribe.

Es por ello por lo que se impone la necesidad de invertir en políticas públicas que trasciendan mas allá de lo material en nuestras ciudades, e involucren inculcar valores ciudadanos en cada uno de sus espacios, ya sea familiares, escolares y sociales, entendiendo que solo con el compromiso y el cumplimiento de las normas, podremos comenzar a ser considerados ciudadanos, pero con deberes que no deben solapar los derechos de quienes entendieron la concepción de ciudadano.