Debate por el uso de diésel en los nuevos buses de Transmilenio en Bogotá

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LA Network
17 abril, 2018 - Movilidad

Mientras la Administración Distrital da mayor peso en la nueva licitación de Transmilenio a los buses con tecnología tipo Euro V, los detractores de este proceso critican que no se dé mayor valor a las tecnologías eléctricas y se siga condenando a la ciudad al uso del diésel. En Bogotá el 10,5% (3.219) del total de las muertes que se presentan en la ciudad, son atribuidas a la contaminación del aire urbano.

Debate abierto por licitación de TransMilenio en Bogotá
Sistema TransMilenio de Bogotá. Foto: Andres Virviescas –
Shutterstock

La controversia sobre el proceso de licitación para la renovación de buses de Transmilenio en Bogotá ha copado ya en los últimos días múltiples escenarios. Este lunes se trasladó a las redes sociales. Mientras la Alcaldía de Bogotá, a través de todas sus entidades, propuso en Twitter la etiqueta #BusesNuevosEnTransMi, la ciudadanía y los críticos del proceso posicionaron como tendencia #TransmilenioDejameRespirar.

El debate está abierto por lo que algunos académicos, científicos y colectivos ciudadanos consideran la falta de voluntad política de la administración de Enrique Peñalosa, al no querer hacer una apuesta más generosa hacia la masificación de verdaderas tecnologías limpias por medio de incentivos en los pliegos de la licitación.

Para el gobierno local, con el proceso de licitación y las observaciones ciudadanas (1.668 hasta el 13 de abril), se avanza en lo que espera sea una transición exitosa del sistema masivo de transporte hacia una flota más moderna y sostenible para los próximos 15 años.

En total, de acuerdo con lo revelado por María Consuelo Araujo, gerente de Transmilenio, la renovación, en sus fases I y II, contempla el ingreso de una flota de mil 400 buses gracias a una inversión de 1,6 billones de pesos (aproximadamente 580 millones de dólares).

Con la renovación del sistema se espera, entre otras cosas, mover más pasajeros en menos viajes. Para esto, la Alcaldía capitalina se hará a un mayor número de buses biarticulados, es decir, un 67 por ciento. El 33 por ciento restante será de articulados. Todo esto, teniendo en cuenta que los biarticulados tienen capacidad para 250 pasajeros y los articulados para 160, aumenta el espacio para los usuarios y se mejora la calidad en el servicio.

Pero además, según la administración distrital, al pasar de Euro II a mínimo Euro V, Bogotá se podría permitir tener reducciones de emisiones contaminantes. “Vamos a tener una reducción el 85 % del material particulado que se genera en el sistema”, explicó Juan Pablo Bocarejo, secretario de Movilidad. Eso, sumado a la cantidad del parque automotor existente y a la renovación de la flota, a nivel general la capital colombiana podría lograr reducciones del 54,7 % de la masa total de emisiones generadas por el sistema masivo de transporte en la capital, según la administración.

Y es aquí donde las críticas arrecian hacia este interés del gobierno de Peñalosa de mantener vigente el uso del diésel cuando muchas ciudades del mundo lo están prohibiendo y esperan erradicarlo para los años 2025. Justamente hoy la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, anunció que su ciudad estará libre de buses que usen combustibles fósiles para 2030.

Debate abierto por licitación de TransMilenio en Bogotá
Foto; Alcaldía de Bogotá

Uno de los defensores del uso de tecnologías limpias es el académico, hoy Vicerrector de Desarrollo de la Universidad de los Andes, Eduardo Behrentz, quien justamente argumenta su posición en una columna hoy en el diario El Tiempo. “La alcaldía de Bogotá se encuentra ad portas de cometer un error histórico al no reconocer la importancia de las tecnologías limpias en la nueva licitación de Transmilenio. En la definición de los buses que utilizaremos durante, al menos, los próximos doce años no existen incentivos reales para que éstos sean consistentes con nuestro estado de desarrollo económico ni con el severo problema de contaminación del aire que enfrentamos”, advierte Behrentz.

También la Mesa Ciudadana por la Calidad del Aire ha hecho reparos al espíritu del proceso licitatorio y las “bondades” del Euro V. “Utilizar una flota de buses diésel Euro V no produce eficiencia energética: pese a que se encuentra ampliamente documentado que el rendimiento es mejor para vehículos nuevos que para usados, no hay evidencia que sugiera que un bus Euro V nuevo consuma menos combustible”, afirman voceros de este colectivo ciudadano.

Es importante señalar que la Resolución 1111 de 2013 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, entre otras normas vigentes, establece requisitos para que la flota diésel que ingrese a los sistemas de transporte masivo cuente con tecnologías tipo Euro IV (que implica reducciones del 90% en las emisiones de partículas). Y es sobre esta normativa que la adminitración distrital está adelantando la licitación.

El gobierno local defiende que con estos nuevo buses la ciudad podría lograr la meta de reducir hasta 10 toneladas de material particulado (PM 2,5 y PM10) por año, debido a que actualmente la flota de TransMilenio, cercana a cumplir su ciclo, genera 17,2 toneladas de material particulado por año. Y además dice no descartar en la licitación la posibilidad de tener buses a gas o eléctricos. Pero ha argumentado que no se puede depender de una sola tecnología como la eléctrica y que además hacerlo implicaría un aumento en las tarifas.

Eduardo Behrentz no comparte estos dos argumentos. “Por numerosas ciudades del mundo circulan hoy cerca de 400,000 buses eléctricos y se espera que para 2025 la mitad de los buses municipales del planeta sean eléctricos. ¿Qué tiene Bogotá de particular para no ser parte de esa tendencia?”, interroga Behrentz.

Debate por el uso de diésel en los nuevos buses de Transmilenio en Bogotá
Presentación en Bogotá del proceso de renovación para la flota del TransMilenio. Foto: Alcaldía de Bogotá

Por lo pronto, un grupo de organizaciones civiles está promoviendo una petición en la plataforma change.org para que Transmilenio use solo articulados con tecnologías limpias y cero emisiones. A la fecha la petición ya ha sido firmada por 8.471 personas.

 

De acuerdo con un informe del Departamento Nacional de Planeación DNP,  “En Bogotá, el 10,5% (3.219) del total de las muertes que se presentan en la ciudad, son atribuidas a la contaminación del aire urbano, lo que generó costos estimados en $4,2 billones de pesos, equivalentes al 2,5% del PIB de la ciudad, para el año 2015”.

El debate sigue abierto y seguirá hasta que haya garantías reales para los bogotanos de poder respirar un aire limpio, un asunto que ya es materia principal de preocupación, por lo menos del 45 % de los ciudadanos, quienes según una encuesta realizada por el DNP, percibe la contaminación del aire como el mayor problema ambiental que enfrenta la ciudad.