El británico Allan Michael Lavell, especialista en gestión de riesgo en Latinoamérica, explicó por qué ya no es posible usar el concepto de ‘desastre natural’ en la región.
Las explicaciones históricas y hasta antropológicas que siempre culparon a la naturaleza de las tragedias humanas en las ciudades, están cada vez más por fuera del lenguaje de los expertos en gestión de riesgo y atención de emergencias.
Pese a que, según el profesor británico, Allan Michael Lavell, doctor en Geografía de la Escuela de Ciencias Políticas y Económicas de Londres, Coordinador del programa para el Estudio Social de la Gestión del Riesgo de Desastres y adaptación al cambio climático en la Oficina de la Secretaría General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (San José de Costa Rica) y fundador de la Red Latinoamericana de Estudio Social de Prevención de Desastres; entidades como el Banco Mundial todavía aceptan y usan el concepto de ‘desastres naturales’, mientras otras como la ONU ya dejaron de citarlo.
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“En causalidad se genera un determinismo, es la naturaleza la causa fundamental de los desastres, una cierta inevitabilidad. Cuando se pregunta a estudiantes qué es un desastre, los estudiantes de riesgo responden que es un sismo, un tsunami, una avalancha, un huracán, pero eso no es un desastre natural. Son fenómenos”, explicó el doctor británico en el marco del Tercer Congreso Internacional y Feria de Gestión de Riesgo de Desastres que se realizó en Medellín (Colombia) esta semana que culminó.
Al evento asistieron expertos y funcionarios de 14 países que abordaron distintos aspectos de la gestión del riesgo en distintos continentes. Allí el doctor Lavell abordó este tema que resulta crucial para una región en la que falencias en planificación, informalidad, corrupción, fragilidad institucional y por supuesto, aspectos culturales, han asignado al concepto de ‘desastres naturales’, la responsabilidad de la mayor parte de las tragedias.
El especialista hizo un recorrido histórico por distintos momentos del concepto hasta la actualidad en la que, explicó, ya los diversos actores de la vida urbana se han acercado más a comprender que es el ser humano el que se atraviesa en la naturaleza y no al contrario.
Citó distintos momentos entre los años 60 a 90 en todo el mundo. Sin embargo, dijo puntualmente que, en 1974, en la Universidad de Bradford, un grupo de investigadores publicó un artículo que discriminaba lo natural de la gestión de riesgo de desastres.
“Si bien el artículo abordaba un enfoque más sobre la sequía y la hambruna; se hablaba era de falta de acceso e ingreso y oportunidad, y derivó en esta teoría de la vulnerabilidad. En los 80 en Perú, otros trabajos derivaron en conclusiones de pobreza, de marginalización para concluir por qué Lima era tan vulnerable”, indicó el doctor en Geografía y experto en gestión del riesgo.
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Destacó en especial un momento hace poco más de dos décadas, en 1994, en el que la Red de Estudios Sociales de Prevención de Desastres de América Latina publicó un trabajo titulado ‘Los desastres no son naturales’, considerado de quiebre para la región.
“Hay distintas definiciones de desastre y una es cuantitativa: que es un evento de más de 10 muertos, más de un millón de dólares de pérdidas y otras que dicen que es una interrupción significativa en la cotidianidad de la comunidad donde los recursos locales no satisfacen la necesidad de enfrentar las emergencias. Son del 60, 70 y 80 y dicen que la única forma es responder a ellas. Pero este es el origen de la cítrica del término; pero sigue existiendo y ahora tenemos otras”, recalcó Lavell.
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Es este sentido, Lavell señaló que una vez que se ha conceptualizado, es posible construir una manera de enfrentarlo, como ocurrió con fenómenos como la locura en el siglo XIX, la pobreza en el XX, o como con la salud, que pasó del paradigma reactivo al preventivo; “antes hablábamos de manejo de emergencias y ahora hablamos de gestión integral de riesgo de desastres”.
Mencionó que, en gestión del riesgo, los conceptos, las transformaciones en los mismos, el trabajo de la academia por promover la evolución, no van a la par de la gobernanza, de la institucionalidad que, lamentablemente siempre van más lentas que todos.
Así las cosas, el doctor en Geografía, señaló que las nociones en gestión de emergencias son: gestión reactiva, gestión correctiva, gestión compensatoria y gestión prospectiva; “una forma de acercarnos al problema completamente distinto”.
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La primera es la que busca atender la emergencia, el hecho y termina allí su papel; la segunda la que busca corregir esos errores de la planificación y decisiones del pasado con medidas por ejemplo como la reforestación para evitar deslizamientos; la tercera es aquella que resarce los efectos de los hechos con rehabilitación, reconstrucción y la cuarta la que mejor puede ser sostenible y encajar con los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS.
Concluyó el experto al señalar que en prospectiva se evalúa y se decide que es lo nuevo, qué se va a construir y qué nivel de seguridad tendrá. Qué se va a incorporar, qué enfoque de género, qué concepto de desarrollo para las ciudades. Solo así se podrá avanzar en un elemento crucial para la vida urbana: gestionar bien los riesgos.