Distrito SH, una red social en Santiago que fortalece los lazos entre los vecinos de barrio

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LA Network
2 octubre, 2016 - Ciencia y Tecnología

En Santiago de Chile, una plataforma digital acerca a los vecinos a partir de gustos e intereses comunes, para luego generar ciudadanía activa. Sus creadores pretenden replicar el modelo en otras ciudades de Latinoamérica.

ARIEL KEMELMAJER Y ALEJANDRO AVERBUJ
ARIEL KEMELMAJER Y ALEJANDRO AVERBUJ

Una visita a la ciudad de Medellín (Colombia) y la amabilidad de su gente, fueron los detonantes para que el mendocino Ariel Kemelmajer pensara cómo podría llevar ese espíritu de pertenencia y cercanía que sintió entre los habitantes de esa ciudad a los barrios de Santiago de Chile. Y la respuesta la halló en las nuevas tecnologías. Con su amigo y hoy socio Alejandro Averbuj, desarrolló la aplicación móvil Distrito SH (Smart Home), que pretende generar mayores vínculos entre vecinos de barrio y mejorar la convivencia y la solidaridad, en tiempos en los que los seres humanos estamos más apáticos y solos que nunca. El carácter innovador de este emprendimiento ya les ha permitido estar en el grupo de empresas que trabajarán juntas en el proyecto piloto de Smart City Santiago, que iniciará en las comunas de Santiago, Independencia y  Recoleta.

LA Network conversó con Kemelmajer para conocer los detalles de esta herramienta digital de ciudadanía activa.

¿Cómo funciona la aplicación, qué elementos tiene para lograr esa conexión entre vecinos?

La evolución de nuestras comunidades tiene tres momentos: el primero, es la validación del usuario, donde aseguramos que cada usuario de Distrito SH es un vecino real del barrio. Eso lo hacemos a través de códigos de validación que enviamos a las casas de cada uno de los vecinos. Cuando descargas la App llega a un punto donde te pide un código para poder ingresar a tu comunidad en tu barrio, entonces nosotros le mandamos el código al domicilio, la persona ingresa ese código y puede hacer parte de su comunidad; eso genera un alto grado de confianza. Segundo, pensando en que en estos barrios puede haber entre cinco mil y 20 mil vecinos, dividimos las conversaciones por canales; estos canales, pueden ser: seguridad, ayuda entre vecinos, un mercado interno, mascotas, etc…entonces cada uno puede configurar lo que quiere ver en el muro, es decir, yo puedo activar canales que me interesan y desactivar canales que no me interesan. Y, por otro lado, las notificaciones push -que son las típicas notificaciones que aparecen en los celulares en WhatsApp-, uno puede activar o desactivar por canales también de acuerdo con sus intereses. Por ejemplo, si la seguridad para mí es muy importante, enterarme al instante de lo que está pasando en mi barrio, la activo como notificación push. Del resto, me puedo enterar luego cuando abra la aplicación y no hay ningún problema. Entonces, el primer paso es la validación, el segundo una buena comunicación que sea ordenada, limpia y que mantenga al ciudadano y al vecino interesado en lo que se está dando en el distrito, y el tercero es empezar a fomentar la participación ciudadana, el compartir, colaborar,  desarrollar economía colaborativa.

¿Denos ejemplo de algunos de esos vínculos ya en la práctica?

Hemos tenido casos de distritos muy interesantes, desde vecinos que empiezan a compartir los libros que tienen en su casa, cada uno publica los libros que tiene, con su aplicación, y la van compartiendo en forma gratuita y van leyendo historias de manera gratuita y solamente con la idea de compartir, eso promueve también un lazo muy interesante entre ellos y  genera pertenencia a la comunidad. Además de eso, hemos empezado a intentar algo de participación ciudadana con las distintas municipalidades, donde hemos buscado rediseñar espacio público en algunos casos o mejorar la seguridad de otros donde algunos vecinos consideraron que su barrio era muy peligroso. En este caso, la construcción del barrio empieza de abajo para arriba.

¿Cuántas personas tienen registradas en la actualidad?

Nosotros arrancamos esta aventura, por decirlo de alguna manera, hace casi un año y ya llevamos más de cinco mil usuarios. En estos momentos, hace menos de un mes pasamos de la web a la App (aplicación) y empezamos a masificarnos en cuanto al uso, mejorando la cantidad de uso de la aplicación y la forma de interactuar con los vecinos. Volviendo a la pregunta, el 90% de nuestra comunidad está en Santiago en zonas como en Las Condes, Vitacura, Providencia o Ñuñoa. Luego tenemos comunidades fuera de Santiago como Concepción y Viña, y en Argentina tenemos en lo que es el gran Mendoza y en Buenos Aires en distintos barrios como Belgrano y Palermo. Ahí hemos logrado desarrollarnos. En Montevideo también hemos tenido un par de comunidades, son comunidades muy pequeñas que están comenzando a crecer muy de a poquito porque como se sabe, el crecimiento tiene que ser bien escalado para poder ir generando buenas vínculos.

¿Cuál es el tema más recurrente en la relación de los vecinos que ustedes han observado en la aplicación y en la plataforma?

Lamentablemente nosotros nos hemos dado cuenta que el primer contacto necesario que tiene la gente es por un tema de seguridad… cuando los índices de inseguridad comenzaron a subir los vecinos empezaron a  buscar esa conexión. Pero después de la inseguridad, el vínculo se empieza a dar por otros temas, como te contaba, el tema de compartir, de pedir datos de un buen electricista, el tema de las mascotas perdidas y todo ese tipo de interacciones que son bien urbanas empiezan a aparecer. Luego surgen unas más profundas que son justamente proponer ideas para cambiar ciertas cosas de la zona. Así es como se hace el camino de las comunidades: empieza por un miedo, continúa por generar confianza, y por último empezamos a construir entre todos.

¿Cómo ayuda Distrito SH a hacer ciudades más humanas?

Nosotros nos imaginamos la ciudad del futuro muy parecida a las ciudades del pasado. ¿En qué sentido? Yo nací en un barrio que no era muy lindo pero que era mío, yo ahí tuve mis primeros amigos, jugamos a la pelota en la calle, cuando a un vecino se le quedaba el auto parado le ayudábamos todos los chicos a empujarlo hasta que arrancaba, le pedías una tasa de aceite a algún vecino o una tasa de azúcar, ese tipo de interacción de alguna forma se perdió. Entonces, nosotros lo que estamos buscando es que esas interacciones vuelvan a pasar, pero esta vez aprovechando las tecnologías actuales. Google te permite saber absolutamente todo lo que está pasando en el mundo, pero no sabe si tu vecino tiene una escalera o un taladro para prestarte. El taladro se usa 15 minutos al año y sería bueno poder compartirlo y que sea más útil. Esa es nuestra filosofía.