Diversidad: el sello de la cultura en Medellín

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Laura María Gil Benavides
12 mayo, 2017 - Cultura

Medellín, una de las ciudades más importantes de Colombia, sufrió por varios años la mala reputación que dejó a su paso el narcotráfico. Sin embargo, en los últimos tiempos, es una ciudad que ha ido adquiriendo mayor visibilidad en la comunidad internacional, esta vez por razones más honorables. El crecimiento de la cultura ha sido un factor determinante, no sólo para el desarrollo local, sino también en la mejora de la imagen de la ciudad en el mundo.

La capital de Antioquia nunca fue carente de cultura. Aquí murió Gardel y con él, quedó impregnada de tango la ciudad. También, desde los años 50 contábamos, entre otros, con el Teatro Pablo Tobón Uribe. No obstante, hasta los 80, no era demasiada la oferta, llámese gastronómica (restringida sólo a los “frisoles”), o de teatro, música, danza u otras expresiones de la cultura. Hoy en día, puedo dar fe de un panorama diferente.

El sábado pasado tuve el gusto de asistir a un concierto. Uno sin precedentes, que se dio como parte de la celebración de los 30 años del Teatro Metropolitano. Fui a ver a un grupo de Hip Hop, que ni siquiera conocía, que se presentó junto a la Filarmónica de Medellín, la cual ejecutó arreglos sinfónicos para acompañar la música callejera. El show contó además con elementos de teatro y con bailarines de breakdance. Con inmenso gusto, fui testigo del público increíblemente diverso de la velada, compuesto por gente de todas las edades, de diversos estratos socio-económicos y con diferentes perfiles. Todos estuvimos juntos ahí, compartiendo el mismo espacio, en paz y con alegría, gracias al fomento de la cultura. Luego del concierto, no tuve que ir a comer “frisoles”, sino que me senté a comer un plato peruano.

En Medellín, curiosamente, se dio el fenómeno de que, al mismo tiempo que la era del narcotráfico estaba llegando a su fin, las administraciones locales empezaron a preocuparse por el desarrollo de la cultura y la construcción de infraestructura adecuada. Así pues, surgieron, entre otros, el anteriormente mencionado Teatro Metropolitano, el Teatro del Águila Descalza, los Parques Biblioteca, el MAMM, la Casa de la Cultura y Plaza Mayor. Éste último, desde su creación en 2006, ha sido uno de los edificios promotores de la cultura en la ciudad, pues ha sido generador de empleo, ha impulsado el turismo y la inversión extranjera, debido a que, como su misión lo expresa: crea experiencias memorables y exitosas para hacer latir el corazón de sus grupos de interés, a través de sus eventos y exhibiciones. Esta inversión en infraestructura y la apuesta por la cultura local demuestran que, entre más nos esforcemos por ser mejores y más orgullosos nos podamos sentir de nuestra comunidad, más vamos a motivar a los forasteros a enamorarse de la ciudad.

Para mí, es un motivo de felicidad ver en lo que se está convirtiendo la ciudad en la esfera cultural. Obviamente, es un proceso paulatino, pero con certeza puedo decir que estoy emocionada por ver qué traerá el futuro y espero formar parte de él.