Desde las aulas de clase surgen propuestas para producir energía de manera alternativa y aportar en la sostenibilidad de lugares de alto consumo como los centros comerciales.
Latinoamérica cuenta en su territorio con aproximadamente 2.000 centros comerciales según el informe de 2015 del ICSC, la entidad internacional que reúne a más de 70.000 miembros de la industria de este tipo de establecimientos.
Y para dimensionar este gran negocio y las necesidades de espacio y especialmente de energía que requieren, tan solo uno de los 340 centros comerciales que tiene Colombia (por cierto, el país tiene el doble de centros que Argentina) en la ciudad de Medellín, recibe en promedio por día, cerca de 4.500 vehículos en sus parqueaderos que requieren una infraestructura de luminarias para su funcionamiento. Además, cerca de 200 de esos centros comerciales tienen más de 5.000 metros cuadrados de área.
Y ese gasto energético fue el problema que un grupo de ocho estudiantes de distintos pregrados de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín abordó y para el que propusieron usar placas piezoeléctricas, en los ingresos de los parqueaderos de los centros comerciales, y así aprovechar el peso de los vehículos para generar energía.
“Cada vez el ser humano sigue consumiendo sus recursos no renovables y lo que quisimos con esta propuesta no era reemplazar el consumo pero sí al menos reducirlo y las placas piezoeléctricas no requieren mucho peso para producir energía”, explicó Juan Manuel Giraldo Valencia, estudiante de Ingeniería Administrativa y miembro del grupo.
El equipo de estudiantes propuso utilizar los resaltos o reductores de velocidad ubicados en los ingresos de los centros comerciales y poner debajo de ellos las placas piezoeléctricas. Luego de que el vehículo se detiene allí para recibir su tiquete, genera energía que es almacenada en un batería y luego distribuida para hacer un aporte de cerca del 30% del total necesario para iluminación y demarcación de las celdas de parqueo.
“No aspiramos con el proyecto a suplir toda la energía necesaria de un parqueadero pero sí a contribuir con un ahorro. Por ejemplo en uno de los casos que estudiamos de un total de consumo anual de 7.500 dólares, se puede economizar hasta 2.500”, comentó el joven.
Aunque el uso de plazas piezoeléctricas no está muy difundido en grandes (hoy se usa de manera masiva en los mecheros o encendedores) y en usos de alta tecnología como sonares y equipos quirúrgicos especializados, la inquietud de jóvenes estudiantes puede aportar en futuros desarrollos que reduzcan costos y mejoren su aprovechamiento en el objetivo de tener centros comerciales ambientalmente más amigables.
