Para un economista peruano, un evento para salvar su hotel se convirtió en una organización que ahora transmite todo tipo de mensajes por la sostenibilidad, por la cultura y por la lucha contra el cáncer.
Benjamín Morales Irato, un economista peruano que nunca ejerció su profesión, se enamoró de la Cordillera Blanca, de las montañas, de los glaciares, desde cuando su padre, un glaciólogo, lo llevaba a sus exploraciones andinas.
Y su amor por las alturas lo llevó luego a un paso que parecería natural: abrir un hotel para que otras personas pudieran, cómo él, enamorarse de las montañas de la sierra peruana, allí en su región natal Ancash. Sin embargo, hacer turismo en un país con atractivos mundiales como Machu Pichu y Cuzco, no fue fácil: la falta de promoción estatal y momentos difíciles activaron la imaginación del economista que pensó en crear un evento deportivo de alta montaña para atraer la atención sobre su hotel y la Cordillera Blanca.
Tras algunas escaramuzas iniciadas en 2004, en el año 2012 nació el Festival del Andinismo, que en su momento convocó los deportistas, turistas, patrocinadores, acompañantes y la atención que Morales Irato quería para su actividad económica.
“Decidí empezar una iniciativa de hacer eventos deportivos que generaran convocatoria para deportistas nacionales e internacionales, que sirvieran de promoción que fuera importante para la prensa deportiva y eso generó por un lado promoción y por otro lado activó la economía y eso fue evolucionando”, recuerda el hoy promotor del Festival que en 2019 llegó a su octava versión.
Conocido ya popularmente en la región como ‘Benquelo’, Morales sacó sus dotes inactivas de economista y, a partir de las estadísticas, empezó a reconocer el impacto no solo económico sino mediático y social del evento y junto a su esposa, pensaron en llevar el evento a un nuevo nivel: el de ser un vehículo para transmitir poderosos mensajes en favor de la sostenibilidad, no solo de su actividad turística sino social y ambiental de la región.
Ya no solo era el Trek running, la escalada, el ciclomontañismo y la convocatoria alrededor de ello, sino que, como en el caso del Andes Challenge, un desafío por la cordillera y en el marco del Festival, en sus versiones de los años 2012 y 2013, las comunidades, al paso del evento fueron sembrando árboles para aportar en la reforestación de su región.
“Estamos convencidos de que la forestación es una de las estrategias más viables para combatir el cambio climático, el calentamiento global”, aseguraba entonces Benjamín Morales a los medios de comunicación locales.
Y esa posibilidad de comunicar, de fomentar e invitar a las acciones sostenible fue creciendo. De hecho, en las últimas versiones del Festival del Andinismo, Parques Nacionales ha calculado el impacto en hasta 15 000 personas. Y ese crecimiento le permitió a Morales imaginarse otras muchas acciones: trabajaron por la protección del medio ambiente, por la apropiación de la cultura y la historia local, por las víctimas de cáncer de mamá, por los damnificados de fenómenos climáticos.
“Descubrimos que, por cierta región, hace 9 000 años había tribus nómadas que cazaban por allí y trazamos una de las carreras por esa ruta. Y eso se convirtió en una plataforma de apropiación de la cultura para los niños de la comunidad local. Llevábamos ese relato a los colegios y eso nos ha permitido impactar a la población, involucrándolos no solo culturalmente sino económicamente también con empleo y participación en los eventos”, explica Morales quien agrega que cada mensaje por la sostenibilidad desde distintas dimensiones se multiplica gracias a las redes sociales, y los medios que acompañan el Festival del Andinismo.
Llamado a la ciudadanía activa
Tras el impacto positivo del Festival del Andinismo, Morales pensó en ir más allá y tras alejarse de la parte organizativa del evento, ahora se califica como “promotor” del mismo y con su inquietud como ciudadano activo, creó la iniciativa Ancash en Acción desde la que quiere incentivar a más ciudadanos a trabajar contra el cambio climático y cualquier otro tema que impulse la sostenibilidad económica, social y ambiental, ahora no solo de su región sino de otras también.
“Ya me he liberado de la parte organizativa y eso me permite trabajar para convocar con otros mensajes. Necesitamos llamar a la acción. Los ciudadanos criticamos mucho al estado, a las empresas, pero ¿qué hacemos nosotros por nuestra sociedad, por resolver nuestros problemas?, ¿cuál es nuestro aporte? Necesitamos empezar a actuar ante cualquier situación”.
Finalmente, el Festival del Andinismo que se realiza cada junio, llegará en este 2020 a su novena versión con la expectativa no solo de impulsar a los ciudadanos a la acción, de transmitir mensajes que incidan en temas importantes para la sociedad, sino también de un sueño de ‘Benquelo’: que el festival trascienda a otros países andinos.
“Ya hay interés de realizarlo en Bolivia. Un chico. competidor parapentista nos pidió la autorización para realizar el Festival del Andinismo en la Cordillera Real y estamos en ese proceso. También hay interés de Colombia (en Cañasgordas, Antioquia se realiza un evento denominado Bicitravesía con un enfoque similar). Sueño con hacer el festival en cada uno de los países de los Andes”, reveló Benjamín.
