El proyecto “Huerto Urbano Comunitario y su efecto en la calidad de vida” se suma al objetivo principal del Programa de Acción Climática de la Ciudad de México 2014-2020.
La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México, en coordinación con el Instituto de la Juventud (INJUVE), la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC) y la Procuraduría Social (PROSOC), pusieron en marcha un proyecto piloto denominado “Huerto Urbano Comunitario y su efecto en la calidad de vida” en unidades habitacionales, esto con el propósito de incrementar la calidad de vida de los habitantes capitalinos.
El proyecto, que inicialmente es implementado en las colonias El Molino y San Juan Xalpa en la delegación Iztapalapa, así como en la azotea del edificio del INJUVE, ubicado en la Delegación Miguel Hidalgo, consiste en la creación de huertos urbanos en espacios comunitarios para la producción de alimentos orgánicos como rábano, papa, ejote, cebolla, betabel, zanahoria, calabaza, brócoli, jitomate, melón, lechuga, acelga y cilantro.
Con ello, se suman acciones en la capital mexicana buscando repercusiones ante la problemática que enfrenta la urbe relacionada con el abastecimiento de alimentos y los efectos adversos del cambio climático.
De acuerdo con la SEDEMA, esta apuesta propende porque a corto plazo los productos cultivados puedan ser destinados para autoconsumo de los 48 participantes y, a mediano plazo, podrán comercializarse los excedentes de la producción, ya que los invernaderos cuentan con suficiente capacidad.
El seguimiento de este proyecto está a cargo de la Secretaria del Medio Ambiente, quien realiza recorridos una vez por semana en los tres espacios donde ha mejorado el nivel de convivencia gracias a la participación de los vecinos, además de mantener un espacio sustentable que permite la producción urbana.
La mayor parte de los productos agrícolas que se consumen de manera local provienen de zonas de cultivo alejadas de la capital y, al ser transportadas, se incrementan las emisiones de bióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.
La finalidad con estos Huertos Urbanos es disminuir el efecto de las islas de calor, amortiguar el ruido y, además, fortalecer una fuente constante de alimentos frescos que no necesita de grandes inversiones económicas ni de espacio. Ello favorece la salud mental de las personas debido a que el contacto con la naturaleza influye positivamente en la cognición y el estado afectivo.