La Economía Circular, la mejor para la post cuarentena

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Pedro Colmenares

Imaginémonos por un momento viviendo en una isla. Lo que tenemos es lo que ella nos ofrece, si consumimos todo, nos vamos a morir, si contaminamos todo, vamos a tener que vivir en esa contaminación. Para poder prosperar en esa isla, deberíamos de aprender a usar los recursos sin agotarlos y vivir sin acabar con el entorno.

El concepto de la economía circular es así de simple, se complica cuando lo introducimos en el esquema en el cual vivimos hoy.
Si buscamos la definición de economía circular en la wikipedia nos aparece lo siguiente: “es una estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los «bucles» o flujos económicos y ecológicos de los recursos”. La idea pues es ver nuestra actividad económica como parte de un “bucle” o “ciclo”, no solo la parte en la que consumimos o en la que trabajamos.

Cuando se mira nuestra actividad económica de esta manera, se puede comenzar a pensar más allá de simplemente comprar y vender. Debemos ser capaces de ser más sistemáticos con nuestra visión de futuro, debemos poder conectar los puntos.
Voy a poner un ejemplo, pues normalmente cuando hablo de estas cosas, en este punto es cuando mis escuchas, me miran como si les estuviera hablando en arameo.

Panamá tiene un alto nivel de enfermedades basadas en la mala alimentación y el sedentarismo. Si en vez de de comer tanto alimento procesado, promovieremos el consumo de comida frescasembrada localmente, mejoraría la economía de nuestros campesinos, creariamos nuevas redes de comercialización y de paso favoreceriamos la creación de nuevas empresas basadas en el procesamiento del producto local que sobre.

Además si se promoviesen los medios de transporte sostenibles, se bajaría el sedentarismo, pero como ya se ha visto en otras ciudades, cuando la gente camina más o va en bicicleta, los negocios como pequeñas tiendas o cafecitos y restaurantes mejorarian. Esos negocios son locales, y pueden vender los productos procesados que los campesinos locales han sembrado y los emprendedores locales hayan creado (mermeladas, salsas…etc.).

El ejemplo se puede expandir a otras áreas, sumando también el hecho de evitar la contaminación, y tener en cuenta que se pueden crear sistemas de empacado que no promuevan la generación de desechos.

Hace unos meses mis escuchas me hubiesen descartado por ”idealista”, pero ahora cuando hacen las cuentas, descubren que este tipo de visión si impulsa el consumo local, de manera sostenible y favorece la economía de nuestras ciudades y regiones, que es en primera medida la que nos va a ayudar a mover el país en los próximos meses.