Este colectivo tiene claras las necesidades de las mujeres y, más aún, entienden que, para avanzar en la consecución de ciudades más sostenibles, las políticas de género deben ser sólidas, estructuradas, colaborativas y con la mayor participación posible de las mujeres.
Los datos desfavorables contra las mujeres en el mundo son contundentes: cerca del 90 % de la población mantiene algún tipo de sesgo contra ellas, las ciudades no se planifican con perspectiva de género, cada vez son más los casos de feminicidio y ningún país ha logrado, a través de sus leyes, conseguir la igualdad de género.
Sin embargo, movimientos en todo el mundo se están dedicando a empoderar a las mujeres, buscando dar su lucha propia en favor de los derechos que, como seres humanos, todos tienen adquiridos y los cuales han sido vulnerados a lo largo de la historia en detrimento de ellas.
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Las Tesis, en Chile; “Ni una menos”, en Argentina; movimientos estudiantiles, en Colombia, y Women In Motion, desde México para todo el continente, son solo algunos ejemplos de mujeres empoderando mujeres con un objetivo claro de igualdad.
“Somos una red global de mujeres en transporte y sustentabilidad, y nos construimos desde lo local. Llevamos poder femenino a las tomas de decisión en nuestras ciudades. Desde la esfera pública, privada y ‘onegera’. La igualdad también se construye a nivel de calle”, destacó Laura Ballesteros Mancilla, cabeza del ‘Centro de Liderazgo que impulsa mujeres líderes en la agenda sustentable de nuestras ciudades’, llamado Women In Motion.
La propuesta nació hace dos años en el International Transport Forum y con el apoyo de TUMI (la principal iniciativa de implementación global sobre movilidad urbana sostenible), y hoy se ha convertido en un movimiento de más de 200 mujeres en 12 países en Iberoamérica.
En el caso de Colombia, por ejemplo, Andrea María Navarrete, integrante de Women In Motion, recuerda que la presentación fue llevada a cabo en el marco del Congreso 50-50 #MásMujeresEnBici. “En el caso de Colombia quisimos visibilizar los liderazgos y participación de las mujeres en clave de género, y del marco legal internacional que nos motiva a hacer activación de la participación de las mujeres en diferentes sectores. Nos juntamos en torno a la bicicleta, pero incluye más sectores”.
Navarrete, destaca que, por ejemplo, “el sector transporte es un sector masculinizado y lo que buscamos es ampliar el espectro de liderazgos. Por ejemplo, no queremos más mesas de discusión con participación mínima de mujeres”.
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En este camino, el descubrimiento comienza a plantear retos, uno de ellos, encontrarse con las normativas de las ciudades en las cuales, en su mayoría, no existe una planeación con perspectiva de género y, como en el resto del mundo, mucho menos políticas definidas de igualdad de género.
“Nuestras ciudades no están planeadas ni diseñadas con perspectiva de género. La violencia y desigualdades también parten de un ejercicio de poder público y técnico que no contempla a las mujeres. Y si miras de cerca, verás la falta de participación de nosotras en cada espacio”, agrega a LA Network, Laura Ballesteros, quien además fue subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Movilidad y Diputada en la Ciudad de México.
En tal sentido y buscando avanzar en sus propósitos, Women In Motion cuenta con redes locales que se organizan de forma colectiva y horizontal. “No replicamos las estructuras triangulares y jerárquicas del patriarcado”, resalta Ballesteros, quien agrega que tienen también una red de soporte global, que acompaña y abre brecha para conseguir espacios y financiamiento.
“Nuestras fundadoras han sido clave para crear estas conexiones. Todas, mujeres extraordinarias que han retado al patriarcado donde más le duele, el poder”, y desde las más importantes ciudades latinoamericanas, algunas de ellas: Paola Tapia Salas, Liza Castillo, Daniela Chacón Arias, Paula Bisiau, Marina Moscoso y Andrea María.
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De otro lado, Women In Motion se destaca en la región por el avance en sus actividades regionales que les permiten no solo crecer como Centro de Liderazgo para las mujeres, sino como una organización que hace transversales todas las necesidades femeninas en las ciudades, para así encontrar soluciones conjuntas a través un género empoderado.
De esta manera, este conglomerado avanza en tres esferas de acción: Incubadora de Lideresas Urbanas; Creación de conocimiento urbano; y una Red Global de Mujeres en Transporte.
Además, avanzan en la Primera Guía de Protocolos para eliminar violencias hacia las mujeres en transporte y espacio público, estrategia que será presentada durante el mes de junio en Santiago de Chile, y que representa a 40 mujeres con 40 proyectos de transporte con perspectiva de género, la primera generación en la Incubadora Urbana de Women In Motion.
Igualmente, “en la red Global se está impulsando el Programa para Lideresas urbanas: Movilidad y género en América Latina, que impulsará a 30 lideresas a formarse en networking, formación en transporte con perspectiva de género, y acercamiento a feminismos urbanos”, destaca Navarrete.
A lo largo del curso se profundizará en tres módulos de aprendizaje; siendo el primero, la formación en transporte con perspectiva de género; después la generación de capacidades de liderazgo emergente, para finalizar con un acercamiento a los feminismos urbanos.
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Este colectivo tiene claras las necesidades de las mujeres y, más aún, entienden que, para avanzar en la consecución de ciudades más sostenibles, las políticas de género deben ser sólidas, estructuradas, colaborativas y con la mayor participación posible de las mujeres.
Pero ¿qué debe tener una ciudad para decir que está planeada y diseñada con perspectiva de género? ¿Cómo sería esa ciudad ideal? Según Ballesteros, este modelo de ciudad debe tener mujeres en sus órganos de planeación, dirección y ejecución. Académicas, políticas, usuarias, activistas. Todas aportando su experiencia y talento. “Una ciudad ideal es aquella que construya igualdad y justicia desde las calles. Con acceso para todas. No hay una sola en Latinoamérica”.
A su vez, Navarrete destacó que en una ciudad ideal “es muy importante que se incluyan la participación de las mujeres en las decisiones de planeación. La perspectiva de género no solo es de un sector, es transversal y necesita de la participación de las mujeres y sus diversidades”.
“Una calle que construye igualdad se tiene que vivir con aceras iluminadas, amplias, con rampas, señalización. Paraderos seguros, buses amplios, con botones de pánico conectados a la Policía. Taxis supervisados. Sistemas de denuncia y de justicia que no revictimicen”, finalizó Ballesteros.