Un mundo cada vez más conectado gracias a la tecnología, pero que nos expone a nuevas formas de relacionarnos y sobre todo, a nuevas amenazas para nuestra privacidad e intimidad, es sobre lo que nos pone sobre aviso esta serie documental en Netflix.
Niños usados y abusados para el cibersexo en Filipinas; moderadores que ven lo peor de Internet para que los usuarios no nos encontremos con ello; una dominatriz estadounidense que controla a su esclavo a través de Skype y las redes sociales; un periodista que confiesa su pedofilia, son solo algunos de los personajes y las historias que nos ofrece La Red Oscura (Dark Net), una serie documental original de Showtime, pero que en el mundo podemos ver gracias a Netflix.
El concepto de red oscura, también como conocido por su nombre original en inglés Dark Net, ha ido evolucionando con el paso del tiempo desde su definición original. Actualmente el término alude a una colección de redes y tecnologías usadas para compartir información y contenidos digitales (como textos, software, canciones, imágenes, películas) que está «distribuida» entre los distintos nodos y que trata de preservar el anonimato de las identidades de quienes intercambian dicha información, es decir, persiguen el anonimato del origen y el destino cuando se produce la transferencia de información.
Y es sobre este concepto que en Netflix encontramos esta serie que a través de capítulos cortos fáciles de ver (de 25 a 30 minutos), nos expone los enormes riesgos de las nuevas tecnologías para todos los escenarios de la vida cotidiana.
El primer capítulo, por ejemplo, muestra cómo esas tecnologías abren un mundo de posibilidades para las relaciones románticas, físicas o sexuales con una asombrosa velocidad, pero cómo a su vez son inquietantes. Vemos entonces los casos de una pareja sadomasoquista, un chico japonés enamorado de una novia virtual y una chica víctima de exhibición sin consentimiento de contenidos sexualmente explícitos.
Otro de los capítulos deje ver una asunto cada vez más frecuente y es el de seres conectados o biohacking. En este episodio vemos a una madre sueca que eligió vivir con un chip de radiofrecuencia implantado, un cineasta que perdió un ojo y lo reemplazó con una cámara y al llamado “hombre más conectado del mundo”, que usa 700 dispositivos para monitorizar cada aspecto de su vida, pero cuya existencia solitaria nos deja ver que el uso de esa tecnología es solo un síntoma de un asunto personal más complejo.
Esta serie fue escrita por el emprendedor tecnológico israelí Mati Kochavi y fue producida por Vocativ, su compañía de medios y tecnología de Nueva York, una plataforma web que encuentra historias por minería de datos en la Internet profunda y utiliza un software de datos patentado para dirigirse a los movimientos emergentes y las personas en ese lugar de la red.
Cada episodio presenta a personas con las que los espectadores podríamos identificarnos fácilmente. De esta forma nos damos cuenta que todos estos escenarios que plantea la serie son cercanos a nosotros y sin darnos cuenta podríamos ingresar a ellos con los peligros que conlleva.
Entender la tecnología, cuáles son sus riesgos ocultos y cuáles son sus inmensas posibilidades en la sociedad actual, es clave y La Red Oscura nos ayuda a comprenderlo de una manera fuerte pero a la vez didáctica.
