La ekística es, en latín, la ciencia de los asentamientos humanos. En el último artículo escribí sobre los retos actuales y globales de la educación, sobre la Universidad del Rosario y cómo, con su slogan de lo nuevo y lo viejo, viene innovando con una oferta educativa actualizada y muy acorde a las realidades. En esta entrega escribiré, precisamente, sobre una de esas carreras novedosas para su época, la que originalmente llamaron ekística.
Gestión y desarrollo urbanos fue, para el momento en que fue lanzada hacia los 2000, una carrera muy novedosa e innovadora. Cuando apenas se escuchaban los temas de cambio climático y riesgo, y los problemas que ocasionaba vivir en grandes ciudades, ya la universidad ofertaba esta linda y útil carrera. En la página web del pregrado se afirma que “ésta brinda las herramientas necesarias para formar profesionales capaces de liderar proyectos que contribuyan al desarrollo sostenible y a la transformación de las ciudades, con el propósito de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los habitantes”. Sin duda, la realización profesional de cualquiera.
Cuando tuve que elegir qué estudiar siempre supe que economía era mi mejor elección. Para esa época también ingeniería industrial dominaba los rankings, sin embargo, por herencia, afinidad, interés y gusto me quedé con economía. Casi hacia el final de la carrera decidí hacer doble programa con gestión y desarrollo urbanos. No hay duda que, fue una excelente decisión. Cuando mencionaba que estudiaba ekística muchos no entendían y preguntaban si era algo relacionado con la equitación. Nada más alejado de la realidad. Hoy puedo decir que soy economista urbana de formación, un perfil del que me siento más orgullosa cada día que pasa. Esta carrera, con mi vocación de servicio, han hecho una interesante mezcla.
En lo personal creo que, como egresados y profesionales, tenemos lo mejor de todos los mundos, de todas las profesiones. La mayor ventaja, a mi juicio, es que tenemos una visión integral de los problemas; vemos materias de muchos ámbitos, podemos comprender un problema de forma global y después ir yendo a sus particularidades dependiendo del enfoque, somos generalistas. Este concepto puede tener todo de bueno como de malo, depende de cómo se mire. Ser generalista es tener conocimientos amplios de muchos temas; es el antónimo de un especialista si se quiere mirar así. Un gestor urbano ve materias de geografía, diseño, movilidad y espacio público, derecho, estadística, economía urbana y políticas públicas, entre otras. Tenemos un fascinante plan de estudios que nos permite tener herramientas para enfocarnos después en los temas que nos apasionan y contribuir al desarrollo sostenible y equitativo de las sociedades.
El mundo necesita de nosotros, necesita personas que entiendan los retos de manera multidisciplinar. El libro Walkability, escrito por Jeff Speck, dice que para que las ciudades funcionen bien se necesita que estén planeadas por generalistas, profesionales con conocimientos amplios y generales que entienden los temas a nivel macro y hacen preguntas que relacionan varios sectores y temas.
Vuelvo y repito, a nivel profesional, ¡Estamos más vigentes que nunca!