LA Network habló con la directora de esta experiencia definida desde las comunidades de base y cómo ellos al trascender el concepto de museo, aportan en la reconstrucción de un país.
Mulaló, un corregimiento del municipio de Yumbo (Valle del Cauca – Colombia) y su museo es una de las experiencias presentes en el evento El Museo Imaginado 2017. Pertenece a la Red de Museos Comunitarios de Latinoamérica y LA Network dialogó con su directora, Esmeralda Cuero Ortiz sobre lo que representa esta experiencia para su comunidad, integrada por 1.149 personas afrodescendientes.
¿Qué representa para su comunidad el museo y hacer parte de la Red?
“No nos podemos pensar como la comunidad sola sino como protagonista de un proceso de cambio y transformación social que surge de la voz y el enfoque de museos comunitarios que propone la Red de América. La comunidad étnica de Mulaló que es un comunidad afrodescendiente en términos de proceso organizativo y la relación con el museo que se crea en 1983 y es un museo que siempre lo mencionamos porque es el pretexto para la cohesión de la comunidad”.
¿Por qué se inicia el museo?
“Entorno al Museo hay procesos organizativos muy fuertes de cohesión de la comunidad. Nació cuando se generó la discusión de que el museo hablaba del Libertador Simón Bolívar y nos preguntamos qué narraba y la comunidad se preguntó ¿dónde están narrados nuestro abuelos, nuestros bisabuleos, nosotros?
¿Cómo y cuándo se integra el museo a la Red de Museos Comunitarios de América?
“Nos encontramos con Teresa Morales Lersh en el 2008 en Bogotá, ellos presentando la Red de Museos Comunitarios de América y nosotros presentando la propuesta de un museo comunitario en un contexto muy pequeño. Pero en qué coincidimos, en que nos encontramos en el sentir tan fuerte de cómo las comunidades participan de manera activa de la discusión que dábamos en el momento y allí empieza la relación con la Red.
¿Qué más quedó de ese encuentro?
Nada menos que tuvimos la posibilidad de ir a México y participar del Taller de Facilitadores de Museos Comunitarios y de allí se integró un contacto muy fuerte. De hecho Mulaló será la sede del noveno encuentro de Museos Comunitarios en julio del próximo año. Después, en 2010, se asumieron compromisos muy fuertes en Costa Rica, como hacer los talleres de formación de facilitadores de la Red de América que dictamos bajo el enfoque de que las comunidades tienen la responsabilidad de contar su propia historia, desde nuestra voz y con la participación activa de todos sus integrantes.
¿Cómo se viven estas dos etapas, la del museo sin integrarse a la Red y una vez integrado?
En esa primera parte identificamos que la comunidad de Mulaló siempre ha tenido un fuerte componente de accionar comunitario en pro de mejores condiciones de vida del territorio y fortaleciendo un proyecto de vida desde lo turístico y dónde las matronas mayores cumplen un papel muy importante en términos de una propuesta gastronómica y de saberes ancestrales. Y el segundo momento es pensar el museo no como un espacio físico sino desde la misión que tiene el museo en términos de cohesión con la comunidad, lo que la comunidad quiere contar y tener un enfoque claro y construirlo colectivamente desde lo que inspira la Red de América.
¿Cuál es para usted el valor de preservar las riquezas inmateriales y materiales de las comunidades?
Hablaré de la disonancia en términos del ruido que se está generando desde el proceso de museos comunitarios para hablar a ese reconocimiento del derecho de ser diferentes, al contar, al hablar desde la propia historia que no es la historia que han contado los otros y es la posibilidad de visibilizar. Es la posibilidad de decir que es importante, necesario, regresarle la voz a las comunidades para que desde esa voz, el otro reconozca que otros estamos pensando, resignificando, queriendo ser y eso en este contexto como es el colombiano en donde estamos recomponiéndonos como país es lo más importante”.
