“Cuando Nuestra Gente nació, hace 33 años, caminar Santa Cruz y la Comuna Nororiental de Medellín era un acto suicida, estábamos en peligro. Somos artistas para la vida, el arte comunitario nos permite mostrar las bellezas que hay en la gente de los sectores populares”, relata Jorge Blandón, fundador de esta organización cultural que ha sido inspiración para muchos movimientos culturales de la ciudad colombiana.
Cada rincón de Latinoamérica está copado de cultura. Cada espacio, cada muro, cada sonido, cada palabra, cada expresión, cada herencia… todo hace parte de la esencia de los pueblos y de la identidad con la que se referencia cada territorio.
En Medellín, una ciudad identificada culturalmente por el tango, los silleteros (campesinos que realizan obras a partir de las flores típicas de la región) y, actualmente, por la música urbana, el teatro ha avanzado a pasos seguros durante muchos años y desde las tablas hasta las calles, la dramaturgia se toma a esta urbe colombiana.
Precisamente, en ese recorrido por los barrios de la ciudad, nos encontramos con la experiencia de la Corporación Cultural Nuestra Gente, un espacio, que como ellos mismos se describen, son una “Casa Amarilla en busca de vida, paz y solidaridad, construimos sueños comunes con arte y cultura desde el barrio Santa Cruz en Medellín”.
Nuestro diálogo es con su fundador y director Jorge Blandón, con quien hablamos sobre sus actividades en esta “nueva normalidad” y cómo llegan hasta los jóvenes del barrio con su idea de arte y paz.
¿Cómo nació la Corporación Cultural Gente? ¿quiénes son los referentes de esa historia y a qué se dedican? ¿Cómo es el tema de la Casa Amarilla?
Nacimos en Medellín al mismo tiempo que fueron olvidados más de 30 mil jóvenes, asesinados entre 1987 y 1991. Quisimos oponernos a la muerte con actos de vida, con arte y cultura. Nos dedicamos a formar a artistas para la vida. Fuimos, somos y seremos una organización que se resiste a caer en el escepticismo. Somos y seremos, una organización que se resiste a la destrucción. Hacemos arte y cultura junto a la gente del barrio, con seres vitales de todos los pensamientos, deseos, diversidades y colores. Nuestro hacer es creativo, social, político y humano. La gente es mediadora de su propio desarrollo.
¿Cuál es el contexto del barrio Santa Cruz en Medellín? ¿Cómo ha evolucionado el ambiente social del barrio a partir de la presencia de la Corporación?
Un contexto de muerte se puede transformar en un contexto de vida, con nuevos referentes y sueños para la comunidad. Santa Cruz y la Comuna Nororiental son nuestra razón de ser, una oportunidad para que chicos y chicas sean protagonistas de sus propias historias.
Un contexto de muerte se puede transformar en un contexto de vida, con nuevos referentes y sueños para la comunidad. Santa Cruz y la Comuna Nororiental son nuestra razón de ser, una oportunidad para que chicos y chicas sean protagonistas de sus propias historias. pic.twitter.com/9G5fyw5uNM
— Corporación Cultural Nuestra Gente (@cultural_gente) November 6, 2020
¿Por qué apostarle al arte comunitario? ¿Cuál es la sensación que les deja su labor sabiéndola venida de los barrios populares de Medellín?
Cuando Nuestra Gente nació, hace 33 años, caminar Santa Cruz y la Comuna Nororiental de Medellín era un acto suicida, estábamos en peligro. El narcotráfico, la muerte de muchos jóvenes y en el arte encontramos la salvación, el escudo y el refugio. Somos artistas para la vida, el arte comunitario nos permite mostrar las bellezas que hay en la gente de los sectores populares, las alianzas y los desarrollos que con ellos podemos formar. Hoy muchos de los maestros artísticos de Nuestra Gente iniciaron en procesos cuando eran niños, llegaron a nuestra casa motivados por el arte, pero también por los alimentos que se brindaban después de cada ensayo. Formamos artistas para que elaboren el guion de su futuro.
¿De acuerdo con su experiencia, cómo transformar un entorno de violencia, en un espacio propicio para el desarrollo artístico?
Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros, la responsabilidad de un artista es la comunidad, en nuestro caso Santa Cruz. La violencia, el desplazamiento, el Estado nos ha golpeado y por eso con nuestras manifestaciones artísticas les gritamos a los bárbaros: ¡Basta! ¡Contra la muerte, coros de alegría! (Frase de William Ospina que nos acompaña a diario). Contra las armas y las balas en nuestras calles, decidimos crear espacios y tiempos para la alegría del arte y la Cultura Viva Comunitaria.
Hablemos un poco, ahora, de sus líneas de acción: teatro, música, danza, literatura, recuperación de memoria, comunicación, barricadas de historia… ¿Cómo desarrollan sus procesos culturales?
La propuesta formativa de Nuestra Gente es antropocéntrica, formadora de personas, por ejemplo, en el teatro, es pretexto o herramienta complementaria del proceso formativo. Nuestros artistas no tienen pretensiones de estrellas, sino de constructores de paz. Tenemos procesos de formación artística, humana y técnica. Pero todas se complementan y tienen el mismo fin: muchachas y muchachos con una mirada crítica al territorio y capaces de ser gestores de su futuro.
Una reflexión para terminar: a partir de sus experiencias ¿Por qué es importante la construcción de vida e historia a través de los recursos culturales que se presentan en los territorios más vulnerables de las ciudades?
El arte, la cultura son la esencia de los pueblos, las memorias y la configuración del territorio. No hay territorios marginados, hay territorios que no se reconocen como potencias creadoras, tenemos que entender al arte y la cultura como los mismos sueños.
El arte, la cultura son la esencia de los pueblos, las memorias y la configuración del territorio. No hay territorios marginados, hay territorios que no se reconocen como potencias creadoras, tenemos que entender al arte y la cultura como los mismos sueños. pic.twitter.com/4GqLyzF42y
— Corporación Cultural Nuestra Gente (@cultural_gente) November 6, 2020