Palacios para la gente

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Bibiana María Guerra De Los Ríos
29 mayo, 2024 - Derecho a la ciudad
Niño disfrutando de la biblioteca.

Hace rato vengo pensando en la importancia que tiene el sistema de bibliotecas públicas en Estados Unidos y su impacto social, especialmente, en las poblaciones más vulnerables. Actualmente, estoy leyendo un libro que traduce “Palacios para la gente”, del sociólogo estadounidense Eric M. Klinenberg. La conclusión principal es que los terceros lugares, con gran énfasis en las bibliotecas, son infraestructuras sociales clave para el desarrollo socioeconómico de las comunidades y deberían ser tratadas como tal.

El tercer lugar, desarrollado en la década de los 80’s por el sociólogo estadounidense Ray Oldenburg, es un concepto que se refiere, según la UNESCO, a un espacio de interacción social neutro, libre e informal, esencial para la democracia, la convivencia y la cohesión social. Se dice que están en la posición tres porque no son ni la casa ni la oficina. Como lugares de encuentro, el ejemplo clásico son los cafés, sin embargo, las bibliotecas están adquiriendo esta connotación poco a poco, así como otros sitios públicos como las piscinas y las canchas deportivas.

Siempre he admirado el poder e impacto que tienen las bibliotecas americanas, pues creo que juegan un rol crucial en sus comunidades, incluyendo las bibliotecas de las universidades que permanecen abiertas 24 horas y que sirven hasta de refugio para los estudiantes. En general, creo que hemos acotado la misión de las bibliotecas meramente a lo consultivo e investigativo, sin embargo, su rol es mucho más amplio y activo como forjador de tejido social y comunidad. Para poner un ejemplo, el autor Klinenberg asegura que los hacedores de política deben cambiar el enfoque en el tema penal y no pensar en condenar más personas y/o crear más cárceles, sino invertir en este tipo de infraestructura social como las bibliotecas, los colegios, iglesias y los parques, entre otros, que pueden mitigar desde el origen los comportamientos negativos de los ciudadanos.

Biblioteca Virgilio Barco en Bogotá.

Las bibliotecas son palacios para la gente porque son sitios gratuitos donde nadie interfiere con el trabajo propio, son espacios abiertos y seguros que no discriminan y tienen una oferta variada más allá de lo meramente literario. Para muchos, es el único espacio donde pueden ser verdaderamente ellos. En estados Unidos, por ejemplo, hay librerías que tienen clubes de lectura, sesiones de karaoke, espacios para el arte y la danza, así como practicar algunos deportes y competir con otras bibliotecas. El fin último es propiciar la interacción entre personas de distintos orígenes para incrementar la tolerancia e, incluso, convertirse en redes de apoyo cruciales en épocas de crisis y desastres naturales.

La inversión en infraestructura social es igual de importante que la inversión en infraestructura física, pues ante tantos retos que afrontamos como sociedad hoy en día, nada mejor que tener comunidades cohesionadas, interesadas en el bien común que legitiman las instituciones y fortalecen la democracia. Y, aunque puede que los componentes de este tipo de infraestructura no sean tan visibles y tangibles, cuando fallan el capital social se quiebra, aparecen las acciones violentas, el consumo de drogas, la falta de confianza en las instituciones y la baja participación ciudadana. Al final, como dice el autor: ambos tipos de infraestructura hacen de nosotros lo que somos y determinan nuestra forma de vivir.