Por qué los barrios caminables ayudan a disminuir la hipertensión

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LA Network
3 marzo, 2024 - Derecho a la ciudad

Diversos estudios han evidenciado las bondades de planificar y construir barrios caminables para disminuir los riesgos de enfermedades, entre ellas las cardiovasculares como la hipertensión arterial.

La hipertensión arterial es una condición médica prevalente y preocupante en todo el mundo, asociada con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y otras complicaciones de salud. La falta de actividad física y un estilo de vida sedentario son factores de riesgo conocidos para su aparición.

Con mil millones de casos en todo el mundo aproximadamente, la hipertensión constituye el principal factor de riesgo para la salud cuantificado en términos de años de vida ajustados por discapacidad. En 2015, por ejemplo, el 41 % de este tipo de casos se atribuyeron únicamente a la presión arterial sistólica elevada.

En los últimos años se han venido desarrollando estudios que han examinado los efectos del comportamiento al caminar y el entorno construido en el barrio o vecindario sobre la presión arterial en reposo y la hipertensión. 

Es claro que, el entorno urbano construido constituye un importante factor de riesgo modificable de enfermedades crónicas. Los espacios residenciales mal diseñados, por ejemplo, aquellos asociados con exposiciones reducidas a zonas verdes, tienen un menor potencial para aliviar el estrés, son perjudiciales para las interacciones sociales y, en general, se han asociado con una peor salud mental y bienestar. La baja densidad y la combinación de uso del suelo, generalmente sinónimo de espacios residenciales monofuncionales homogéneos, se han asociado con viajes más largos, peor accesibilidad física a nivel de calle a los centros de empleo y destinos de servicios y, por lo tanto, mayores kilómetros recorridos en vehículos particulares y una menor propensión a realizar actividad física.

Se sabe que el diseño urbano caminable, generalmente caracterizado por una mayor densidad de instalaciones residenciales, comerciales y de transporte público, una mayor conectividad a nivel de calle y proximidad a destinos atractivos promueve la actividad física a través de la caminata utilitaria y está asociado con menor riesgo de enfermedades, entre ellas las cardiovasculares

Uno de los estudios más significativos que evidencia estos beneficios se desarrolló con 429.334 participantes del Biobanco del Reino Unido en 2018. El Biobanco es una base de datos biomédica y un recurso de investigación a gran escala que contiene información genética y de salud detallada de medio millón de habitantes de ese país. La investigación reunió datos demográficos, historias clínicas y hábitos de vida de los participantes, incluyendo información sobre su actividad física diaria y la caminabilidad de sus barrios. La caminabilidad se evaluó utilizando un índice que tiene en cuenta factores como la accesibilidad a aceras, la presencia de áreas verdes y la proximidad de servicios esenciales.

Los resultados revelaron una asociación significativa entre la caminabilidad del barrio y la incidencia de hipertensión arterial. Los participantes que vivían en áreas con una alta caminabilidad mostraron una menor prevalencia de hipertensión en comparación con aquellos en áreas menos accesibles para caminar. Esta asociación se mantuvo después de ajustar otros factores de riesgo conocidos como la edad, el género, el índice de masa corporal y la historia familiar de hipertensión.

Se descubrió entonces que la caminabilidad por los barrios estaba asociada de forma independiente con presiones arteriales más bajas y un menor riesgo de hipertensión. Los resultados se mantuvieron consistentes en todas las escalas espaciales, fueron sólidos ante los ajustes y sensibles a los subgrupos. Los hallazgos resultaron de un gran valor dados los costos sanitarios y económicos de la hipertensión en todo el mundo.

La evidencia científica sugiere que vivir en áreas que fomentan la actividad física y ofrecen accesibilidad peatonal puede tener un impacto positivo en la prevención de la hipertensión arterial.

Hay, sin duda, una asociación protectora entre la caminabilidad del barrio y los resultados de la presión arterial. Dado el impacto duradero del diseño comunitario en la salud pública sobre el comportamiento y el estilo de vida individual, son de particular interés las intervenciones a nivel inicial en el diseño de la ciudad destinadas a optimizar la caminabilidad. Se requieren más estudios a largo plazo para evaluar sus efectos sostenidos sobre la prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares.

Estos resultados deberían ser considerados por los responsables de la formulación de políticas de salud y planificación urbana, con el objetivo de crear comunidades más saludables. Al abordar la caminabilidad del barrio como un determinante clave de la salud cardiovascular, podemos avanzar hacia sociedades más resilientes y sostenibles.