Quito fortalece su capacidad resiliente y consolida proyectos en seguridad alimentaria

Quito fortalece su capacidad resiliente y consolida proyectos en seguridad alimentaria

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LA Network
29 julio, 2020 - Resiliencia

LA Network dialogó con el jefe de Oficina de la Red Global de Ciudades Resilientes en la capital ecuatoriana: así enfrenta sus retos.

Quito fortalece su capacidad resiliente y consolida proyectos en seguridad alimentaria
Plaza San Francisco en Quito, Ecuador.

La capital ecuatoriana pasa un duro momento debido a la pandemia por coronavirus. Tan solo el viernes anterior Quito superaba a Guayaquil en el número de contagiados por COVID-19 al registrar 11 900 infectados frente a los 11 788 de la ciudad portuaria.

A las distintas estrategias resilientes dispuestas para responder a la crisis sanitaria, se suman otras que se han venido consolidando con la articulación de la Oficina de Resiliencia de la Red Global de Ciudades Resilientes con el objetivo de superar un problema estructural: la inseguridad alimentaria.

Este reto, de no haberse enfrentado con distintas articulaciones y alianzas, podría haber contribuido a agudizar la crisis actual sumando una tragedia más a las que integran la pandemia por coronavirus.

LA Network dialogó con David Jácome Polit, Chief Resilience Officer y además director Metropolitano de Resiliencia, con quien se abordó la actualidad de la capital ecuatoriana, tanto desde sus falencias como de su capacidad resiliente para superarlas y constituirse en un ejemplo de buenas prácticas y aportes en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Cuál es el panorama actual de la ciudad respecto a la pandemia, teniendo como premisa que Quito está viviendo un momento crítico por la COVID-19?

Esta emergencia pone en evidencia dos cosas: la debilidad de sistemas gestionados por diferentes niveles de gobierno en el Ecuador, como el de salud, el gobierno central o el alimentario (en parte) por el gobierno local, por un lado y que quienes tienen menor capacidad de respuesta son los marginados y menos oportunidades tuvieron desde antes de la misma.

Si la resiliencia es una capacidad de un sistema que funciona bien, entonces tenemos mucho por trabajar en construcción de resiliencia porque la exclusión o la inseguridad alimentaria son indicadores de sistemas que funcionan mal.

Y, en relación con estos aspectos, ¿qué acciones puede destacar de las que se están tomando para superar este momento tan desafiante y cómo participa la Oficina en la ciudad y el distrito metropolitano?

Podría mencionar algunas, como mejorar los sistemas de distribución de alimentos al trabajar con sistemas de información, donde se utilizó el Índice de Riesgos de la ciudad construido en el 2016 y localizado en el portal de gobierno abierto del Municipio de Quito, que cuenta con base de datos territorializados sobre población vulnerable, o el haber apoyado en las agendas de formación de líderes barriales, que posteriormente apoyaron las labores de ayuda, sobre todo a los más vulnerables.

Otra acción es el haber apoyado junto a @conquito la constitución del Pacto Agroalimentario de Quito @PactoQuito, que facilita la articulación de diferentes actores en la respuesta.

En ese mismo sentido, ¿qué nivel de articulación están alcanzando los distintos niveles de la gobernanza para apoyar a Quito?

La ciudad tiene a su disposición mecanismos de coordinación importantes, como los COE a nivel nacional y metropolitano, que son espacios de coordinación y articulación entre autoridades en momentos de emergencia. A nivel local se han creado otros, muchos de la mano del Municipio de Quito. Los que mejor funcionan son los que tienen claridad en sus objetivos y en los roles de los diferentes actores.

Todos los procesos de coordinación que iniciaron antes de la emergencia son los que mejor han funcionado, un gran ejemplo es la articulación con actores privados del sistema agroalimentario llevado a cabo por @desarrolloquito y @conquito.

Para terminar con este contexto y pidiéndole mencionar en último lugar el tema de la seguridad alimentaria para dar paso al tema, ¿cuáles son los principales retos de Quito y su Distrito metropolitano que agudizan esta situación de crisis sanitaria?

Un sistema de salud débil y poco preparado. Una crisis económica nacional que afecta la oferta laboral. Exclusión socioeconómica, sobre todo en jóvenes y mujeres jefas de hogar y madres solteras. Exclusión espacial debido a un desarrollo urbano espontáneo y por lo tanto poco controlado y regulado. Sistemas de movilidad centrados en vehículos particulares y, por último, la inseguridad alimentaria distribuida de manera heterogénea en la ciudad, afectada por los factores arriba mencionados.

Ahora sí, comencemos de lleno el tema que nos atañe hoy: descríbanos, por favor, ¿cómo la seguridad alimentaria en Quito y el distrito se han constituido en un reto en los últimos años?

En el 2002 inicia Agrupar, el programa participativo de huertos urbanos agroecológicos de la ciudad impulsado por @conquito como una respuesta a un problema que se venía evidenciando desde tiempo atrás, y a partir de ahí la ciudad comienza a trabajar en agendas alimentarias. En el 2017 Global Resilient Cities, Quito Resiliente y el Municipio de Quito lanzan la Estrategia de Resiliencia de Quito y proponen la economía alimentaria como uno de los ejes importantes de construcción de Resiliencia Urbana.

Este documento reconoce a la Seguridad Alimentaria como estratégica ya que asegura mejores condiciones para la educación y después para el acceso a mercados laborales. De hecho, el impulso de esta agenda promete contribuciones a varios de los ODS.

Quito fortalece su capacidad resiliente y consolida proyectos en seguridad alimentaria
David Jácome Polit, Chief Resilience Officer y además director Metropolitano de Resiliencia de Quito.

Ante ese reto han surgido múltiples respuestas resilientes; ¿podría destacar los principales programas o alianzas que responden a este desafío?

Los más importantes por su impacto en cuanto a apoyo a los más vulnerables son en el nivel local: Agrupar, el programa participativo de huertos urbanos agroecológicos de la ciudad impulsado por @conquito en cuanto a producción de alimentos. También el Banco de Alimentos de Quito y @PatronatoSJ en cuanto a distribución de alimentos; y Líderes Barriales en labores de coordinación.

A nivel nacional: @HivosAmLatina y @WFP (PMA) en cuanto a distribución de alimentos.

@rikoltoLA en cuanto a facilitación logística. @PNUDEcuador y @ruaf en apoyo institucional, entre otros.

Todos funcionan con alguna sinergia dentro de un sistema que puede parecer disperso.

Por otro lado, ¿en qué consiste el Consejo Alimentario para Quito y como se articula con lo metropolitano?

El Pacto Agroalimentario de Quito @PactoQuito es una plataforma multi actores conformada por 25 organizaciones de consumidores, productores agroecológicos y convencionales, las ONG, colectivos sociales, universidades, sector privado y ello en los niveles municipal, provincial y nacional de gobierno a través de los cuales se elaboró la Carta Alimentaria de la ciudad.

Esta fue firmada por más de 1.800 organizaciones y personas, y resume una aspiración común por contar con una ciudad donde se aborde la alimentación como un derecho de todos, buscando su integración transversal en los diversos ejes de la planificación y la política local con énfasis en la salud, la nutrición, la sostenibilidad, la resiliencia, la equidad, la educación y el desarrollo económico.

¿Cómo han aportado estas iniciativas a reducir los impactos en materia de seguridad alimentaria durante la actual crisis en la población en general y en la población vulnerable en particular?

El aporte más importante se da por dos aspectos. Primero, estas iniciativas y la consecuente planificación, levantamiento de datos e información han permitido entender mejor la inseguridad alimentaria, sus causas, a quién afecta más, cómo, en dónde y por qué.

Segundo, el trabajo colaborativo entre diferentes organizaciones que ha permitido una mejor coordinación durante la emergencia sanitaria, por otro. Esto permite salir a enfrentar el reto mucho mejor preparados y hacer eficiente la ayuda, sobre todo para quienes más lo necesitan.

Retomando una respuesta anterior en relación con los ODS, estos Objetivos tienen metas que consideran retos como la seguridad alimentaria. ¿Cómo se avanza en ellos?

Los ODS funcionan como un sistema de indicadores que permite evaluar los avances de la gestión de un estado analizando varias dimensiones al mismo tiempo. El ODS 2 #HambreCero es uno de los que deben ser cumplidos. Sin embargo, el lograr la Seguridad Alimentaria requiere trabajar sobre el ODS 1 #ErradicaciónPobreza, sobre el ODS 5 #IgualdaGénero o sobre el ODS 11 #CiudadesyComunidadesSostenibles. El trabajar de manera sistémica, que es el planteamiento de Quito Resiliente, permite lograr múltiples contribuciones.

Y en ese camino, que además es relevante también por su talante colaborativo, ¿qué importancia tiene la participación ciudadana en los distintos proyectos resilientes de Quito? Cuál iniciativa podría destacar.

Quito Resiliente y su agenda, parten de contar con una ciudadanía empoderada e inclusiva como la base de cualquier proceso de planificación y gestión urbana. Además de lo mencionado arriba, podría destacar tres, aunque hay varias.

  1. Las agendas barriales de desarrollo bajo un lente de resiliencia, que prepararon a 300 líderes para que puedan guiar estos procesos.
  2. Soluciones basadas en la naturaleza donde el barrio San Enrique de Velazco junto a @CLEVER_Cities trabaja de manera participativa en procesos de planificación para reducir su vulnerabilidad.
  3. El proyecto piloto de reforzamiento estructural de viviendas precarias llevada a cabo junto al @CAEPichincha”.

Y ya que todo se ha afectado tanto, ¿qué proyectos adicionales gestionaba la Oficina de Resiliencia previo a la pandemia y cuáles han logrado continuar?

Además de los mencionados anteriormente, se gestionan proyectos relacionados a desarrollo orientado al transporte y captura de valor de suelo y de economía circular en polígonos industriales junto al BID y la Fundación AVINA, entre otros, donde también participan Buenos Aires con David Groisman, Ciudad de México y Salvador Bahía.

Finalmente, tomadores de decisiones y expertos han destacado la falencia de las ciudades latinoamericanas en materia de datos de su población, en especial la que está en el sector informal. ¿Cuál es la situación actual y qué se ha logrado hacer en este sentido?

Pienso que el caso de Quito no es diferente al de muchas otras ciudades en la región. Si bien es cierto que los datos territorializados del censo ayudan a partir de algo, estos son del 2010 y no dicen todo lo que se necesita saber, por ejemplo.

Es aquí donde el trabajar de la mano con la ciudadanía toma mayor sentido, porque son ellos los que tienen mayor claridad sobre lo que pasa en sus territorios y se convierten en aliados potentes del gobierno local.