De acuerdo con el estudio realizado por la entidad, el Perú posee el 80% de la población mundial de alpacas.
Cinco municipalidades del departamento peruano de Arequipa, serán las beneficiadas con los 2.94 millones de dólares que el Fondo de Adaptación de las Naciones Unidas, aprobó otorgar al Banco de Desarrollo de América Latina – CAF para ejecutar un proyecto que pretende reducir la vulnerabilidad de las comunidades altoandinas en esta zona del Perú.
Esta iniciativa, nacida desde el CAF, busca desarrollar una estrategia integral de adaptación al cambio climático, por medio de la cual se puedan fortalecer la actividad de crianza de alpacas para la producción de fibra, principal medio de vida de dichas comunidades.
Además, será la posibilidad para apoyar a las comunidades de Arequipa, Caylloma, Castilla, La Unión y Condesuyos, donde el retroceso de los glaciares ha reducido la disponibilidad de agua y ha llevado a la desertificación y a la degradación del suelo.
También, otros factores climáticos asociados a cambios inesperados, como la exposición de las alpacas al frío intenso, sumado a la carencia de pastizales para su alimentación adecuada, han venido impactando su salud e induciendo mortandades estacionales en los rebaños.
De acuerdo con el estudio realizado por la entidad, el Perú posee el 80% de la población mundial de alpacas, lo cual lo convierte en el principal productor de la fibra obtenida del pelaje de estos camélidos, la cual es muy cotizada en todo el mundo. A este detalle, se le suma que los productos elaborados con fibra de alpaca son reflejo de una rica y ancestral cultura.
Esta apuesta, permitirá fortalecer la capacidad institucional para reducir los riesgos asociados a las pérdidas socioeconómicas y ambientales inducidas por el clima; creará mayor conciencia y apropiación de los procesos de adaptación y reducción del riesgo climático a nivel local.
Igualmente, posibilitará la resiliencia de los ecosistemas en respuesta al cambio climático y al estrés inducido por la variabilidad climática; y será la oportunidad para que estas comunidades rurales puedan fortalecer los medios de subsistencia y las fuentes de ingresos de las poblaciones vulnerables de las zonas seleccionadas.