Los mejores espacios públicos son los que invitan a las personas a caminar e interactuar con el lugar, son aquellos en donde cualquier persona se siente feliz, segura y tranquila y su entorno las invita a crear comunidad.
No es un secreto que la modernidad y la globalización nos unieron, gracias a sus hallazgos tecnológicos y científicos, con el otro extremo del mundo pero nos desconectaron de aspectos locales. Manuel Castells, sociólogo español, a fines del siglo XX, en su libro “La era de la información», vol. II: la sociedad red”, planteaba que el «rasgo distintivo de las megaciudades es el estar conectadas globalmente y desconectadas localmente, tanto física como socialmente».
¿Cómo podríamos volver a lo local y crear comunidades más resilientes?
Las formas pueden ser muy variadas, tan diversas como las comunidades. Sin embargo, existen aspectos básicos a considerar cuando se crea un lugar. En este texto, abordaremos uno de los puntos más importantes: la seguridad.
En México, la percepción de inseguridad en el espacio público es un tema preocupante. La inseguridad, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es el problema que más aqueja a la población de más de 18 años en todas las entidades.
Esa misma encuesta nos señala que en los últimos diez años la situación ha ido en aumento. Cada vez más familias se sienten inseguras en sus vecindarios y son las mujeres las mayores afectadas.
Esta situación ha modificado conductas en las comunidades, según la ENVIPE, principalmente permitir que sus hijos menores salieran de casa (61.9% contestó que era una medida que tomaron), usar joyas (55%) y salir de noche (49.9%).
Como parte de la solución, el diseño ambiental de los espacios y el Placemaking; hacer lugares, entran en acción para generar mayor seguridad en las comunidades, un desarrollo sostenible que abone a los esfuerzos de gobiernos para la prevención de delitos y victimización.
Las siglas en inglés CPTED de ¨Crime Prevention Through Environmental Design¨ y cuyo significado en español es “Prevención del crimen a través del diseño Ambiental¨, señala que el “diseño adecuado y el uso efectivo del entorno construido que puede reducir el miedo y la incidencia del crimen mejorando de esta manera la calidad de vida de una comunidad” según C. Ray Jeffrey, criminólogo precursor del término.
Es decir, cuando el crimen es visto desde la perspectiva urbana, identificamos que el miedo al crimen y percepción de inseguridad pueden contrarrestarse si se generan condiciones ambientales que se centren en la localidad, la responsabilidad y vigilancia natural de vecinas y vecinos.
Los problemas usuales en el diseño ambiental de los espacios, son con respecto a la vigilancia natural y el mantenimiento, ya que las características relevantes de cada entorno físico contribuyen a convertir las inclinaciones delictivas en acción.
Por una parte, el problema sobre la vigilancia natural se refiere a la relación exterior-interior deficiente, es decir, falta de puertas y ventanas, que sumado a la falta de mobiliario urbano, deriva en la escasez de actividades y poca presencia de personas. Por otro lado, un mantenimiento deficiente de fachadas y huecos o elementos que permitan la acumulación de basura pueden dar la sensación de abandono o poco cuidados. Ambos aspectos hacen que los espacios no inviten a ser ocupados y generen percepción de inseguridad.
¿Qué podemos hacer?
Aquí compartimos algunas recomendaciones de diseño que se dividen en 4 grandes puntos:
- Promover la vigilancia natural
- En los toboganes de juegos infantiles, promover materiales transparentes o en forma de U para evitar posibles escondites.
- En los toboganes de juegos infantiles, promover materiales transparentes o en forma de U para evitar posibles escondites.
- Colocar bancas cerca de los flujos peatonales y cerca de las actividades del parque para que los vigilantes naturales puedan ver y ser vistos.
- En los toboganes de juegos infantiles, promover materiales transparentes o en forma de U para evitar posibles escondites.
- Al incluir vegetación, mobiliario o bardas, colocarlos de manera que estos no obstruyan el campo de visión ni generen focos aislados y oscuros.
- Proporcionar la iluminación adecuada para las actividades de noche y senderos de circulación. Si es necesario, colocar más de una luminaria.
2. Fomentar el control natural de accesos
- Evitar el atrapamiento con 3 accesos y conexiones exterior – interior del parque.
- Respetar las líneas de deseo para generar los senderos de circulación.
- Mantener una distancia adecuada entre los mobiliarios para permitir posibles vías de escape en caso de emergencia.
- 3. Fomentar el control natural de accesos
- Incluir señales, obras de arte, materiales y vegetación local para crear una identificación de la comunidad con el parque.
4. Diseñar, gestionar y mantener el espacio
- Elegir materiales de bajo mantenimiento.
- Evaluar la colocación de botes de basura, dependiendo de la capacidad de gestión para su recolección.
- Podar regularmente la vegetación.
- Promover actividades de uso mixto.
Estas son algunas primeras recomendaciones que podemos considerar para mejorar la percepción de seguridad en un lugar mediante el diseño ambiental, sin embargo, es importante mencionar que el involucramiento de la comunidad es de suma importancia, ya que son las personas que lo habitan quienes les dan mantenimiento, y uso a estos lugares.
En cada recomendación, la comunidad es la clave y la experta para lograr que un lugar sea percibido como seguro, por ello, son las personas quienes deben acompañar este proceso de diseño.
Queremos seguir convirtiendo lugares por y para las personas, y motivando a las comunidades a mejorar su entorno para volverlo parte de su fuerza y una herramienta para ayudar en su desarrollo social, desde la metodología Placemaking.
Seguimos buscando aliados convencidos que el cambio existe y está en la comunidad.
¿Te unes?