Nuestro especial de arte urbano quedaría incompleto si no tuviéramos en estas páginas a uno de los mayores exponentes en nuestra región. Es brasileño y su nombre es Luiz Santos Ribeiro. Pero el mundo lo conoce realmente como Binho Ribeiro
Es pionero del arte urbano en Brasil y en Latinoamérica. Es para algunos el artista más influyente de la región. Sus obras están repartidas por el mundo. Ciudades como Santiago, Buenos Aires, Tokio, Osaka, Paris, Los Ángeles, New York, Turín, Rochester, Cape Town, Hong Kong, Beijing, Amsterdam, Bruselas, Beirut, Accra y casi todos los estados brasileños tiene evidencias en sus muros de la calidad y talento de Binho.
Viaja constantemente para atender invitaciones de colegas suyos y para enseñar a otros todo lo aprendido en estos años como artista. Justamente sentado en una sala de espera de un aeropuerto atendió amablemente a las preguntas de LA Network sobre sus experiencias y cómo su ciudad sigue manteniendo un fuerte ritmo en este arte, por lo que es considerada hoy la capital mundial del Street Art.
¿De dónde surge su interés por el arte urbano y cómo se transforma en una misión y en un propósito de vida?
Yo siempre dibujé, desde niño. Entonces con 12 años tuve la oportunidad de estudiar comics. En la época no existía el computador ni nada de eso. Había que empezar estudiando dibujo. Después, con 14 más o menos, empecé a andar de skate board, también con hip hop, más break dance. Entonces el graffiti fue el lenguaje visual que a mí realmente me encantó. Empecé a hacer algunos tracitos, algunos dibujitos. Con 15 comprendí lo que realmente quería. Me dediqué a hacer graffitis como letras, monos y todo eso en la calle.
Hay un episodio en su vida como artista, pero sobre todo también para el impacto en la ciudad y es en 2011, cuando hace aquellos dibujos en el viaducto del Metro por Cruzeiro Du Sul y es detenido justamente por pintar sin autorización. ¿Cómo fue eso?
Sí. Creo que la parte más importante del arte urbano es que no esperamos a que nos inviten a hacer. Los muros nos invitan independiente si tenemos permiso o no. La ciudad es para todos y tenemos la oportunidad también de pintarla. Así pensábamos cuando fuimos a pintar, pero la policía no lo comprendió de la misma forma y nos llevó a todos para el Departamento de Policía. Adentro del Departamento empezamos a crear el evento. Al día siguiente empezamos a buscar los permisos y el patrocinio. Así, con cinco meses de trabajo muy duro, conseguimos hacer dos kilómetros de columnas del Metro donde estuvieron cerca de 150 artistas haciendo más de 200 obras. Esto pasó en 2011, cinco años atrás, y siguen siendo respetadas por los otros grafiteros que admiran el proyecto y no tenemos problemas, por ejemplo, con pinturas arriba de estas.
Y, ¿qué ha pasado en esos cinco años, qué tanto ha crecido el movimiento y cómo se ha fortalecido el arte urbano en tu ciudad?
Hay una movida muy bacana en Sao Paulo, en especial con el poder público, porque una parte nos bombardea mucho y otra nos auspicia mucho. Entonces, yo por ejemplo, hago la bienal de grafiti. Ahora en 2018 va a ser la cuarta versión. La hice ahorita en Miami, en Los Ángeles. En Sao Paulo tengo más de 20 exposiciones con grafiti. Todo eso siempre con algún apoyo del Gobierno o de la Municipalidad. Inclusive, voy ahora para Sao Paulo para estar junto con el Prefeito, Fernando Haddad, en la inauguración de un skate park, que es como un parque olímpico para deportes extremos, y que adentro siempre va a tener un espacio para grafitis, por un proyecto que yo empecé junto con el Prefeito directamente. Por eso estoy volviendo a Brasil. Entonces, con tanto trabajo en la calle y mucho respeto por la sociedad, ahora tenemos una gran oportunidad de hacer las cosas con más organización, junto al poder público. Esto es súper, creo que no hay ninguna localidad en el mundo donde haya tanto diálogo del poder público con el arte urbano, como en Sao Paulo. Hemos hecho muchas cosas en este tiempo, con participación de los jóvenes. Es muy importante cambiarle la cara a la ciudad, que se cambia con esto también.
¿Qué cree que le ha aportado el arte urbano desde la cultura a su ciudad y sobre todo también desde la ciudadanía?
Sao Paulo es una ciudad súper cosmopolita como Nueva York. Tenemos una escena como Nueva York en los años 80. Entonces, tú vas a la ciudad y hay mucha violencia, muchos problemas sociales, hay mucha gente viviendo en la calle, hay muchas situaciones muy complicadas, en la ciudad hay mucha basura… El grafiti hace parte de los elementos que recuperan a la ciudad, que invita a muchos jóvenes a buscar el camino del arte. Tenemos un proyecto artístico, social y también urbanístico. Creo que esto es súper motivador para que la gente que no sea realmente de la calle pueda comprender y apoyar la cultura de arte urbano como el graffiti.
¿Tiene en su cabeza un número aproximado de colectivos o de muchachos o de artistas que estén en Sao Paulo trabajando?
Bueno, en Sao Paulo hay por ejemplo dos caminos. Están los grafiteros, que son como más artistas, y también hay mucha gente que hace el estilo de las letras rectas que tienen por toda la ciudad de Sao Paulo. Somos grupos de personas que nos encontramos, pero no somos las mismas personas. Unos son más artistas y otros hacen más una contestación social. Sobre lo que me preguntas, hoy como artistas tenemos unas 500 personas o tal vez más, y los que utilizan los muros de la calle para hacer protesta en la cultura del bombardeo son como cinco mil personas. Entonces, casi seis mil personas usan el espacio público para algún tipo de manifestación artística o de protesta.
¿Qué características tiene el arte urbano de Sao Paulo? ¿Uno pudiera decir que se diferencia de los otros o es en general muy similar a lo que vemos en otras ciudades latinoamericanas o en otras ciudades del mundo?
Bueno. Brasil y Suramérica son casi que dos continentes: de Chile hasta México la comida, la música, las vestimentas, la cultura, es un poco parecida, cada país tiene la suya propia pero todo esto es muy parecido. Brasil es como súper alejado, nosotros hablamos otro idioma, la música y la cultura es totalmente diferente. Cuando tú piensas en Santiago de Chile y en Sao Paulo, por ejemplo, la cultura es súper diferente. Pero cuando se va adentro del grafiti, en Santiago se ven muchos text, muchos estilos de letras y en Brasil tú vas a ver otros estilos de letras, otros estilos de pintura. Lo que tenemos en Brasil y en especial en Sao Paulo de diferente, nació en medio de una gran falta de información. Yo empecé en el 84 cuando no había nada de información, nada. Entonces, tuvimos que comenzar con cualquier cosa posible, no teníamos libros, no teníamos revistas, ni videos, nada. Esto nos regaló la oportunidad de encontrar un camino que hoy podemos mirar como diferente de lo que pasa en todo el mundo. Técnicamente usamos pintura como late que es mucho más barata y eso nos ayudó mucho a crear estilos diferentes. Ahora, es muy difícil hacer un rótulo, una única diferencia. Lo que me parece más fuerte, más identificable en Sao Paulo es la cantidad de estilos y propuestas totalmente diferentes, mientras que en otro países siguen otro camino muy similar a como cuando comenzó todo en Nueva York. Sao Paulo tiene su propio camino y es muy común que vengan artistas de otros países y se queden en Sao Paulo para pintar con la gente y cuando vuelven, seguramente las obras de ellos se crecen y quedan más vistosas comparadas con otras que quedan más normales.
¿Qué recomendaciones darías a todos aquellos jóvenes que comienzan en el arte urbano y que ven la posibilidad de alejarse de los problemas, de los vicios, de la violencia tan propia de nuestras ciudades latinoamericanas?
Bueno, qué les puedo decir. La cultura de pintar es algo que deben estudiar mucho. Deben tener mucho respeto por los otros artistas y por toda la gente que vive en la calle: los pobres, los ricos, los intelectuales y todos. Para quien quiera empezar, que lo haga como una terapia, no como una profesión, no para ganar plata. La plata tiene que llegar como resultado de la historia, de la vida, del trabajo y de la dedicación. No pensar sólo en la plata. Hay que pensar en divertirse, en conocer gente, en abrir la mente, en la oportunidad de viajar, de pintar con otras personas, y siempre pensar que somos solamente casi nada. Juntos somos alguna cosa muy grande, pero solos, cuando somos solamente nosotros, somos casi nada en el mundo. Creo que la humildad es la parte súper importante en la cultura del arte urbano.
En definitiva, ¿cómo definir el arte urbano?
Yo diría que el arte urbano es una cosa que sale afuera del cuerpo, es una muestra del alma de las personas. Entonces, si una persona empieza a hacer una pintura como una terapia, en poco tiempo esa persona va a encontrar en la pintura algo que realmente lo representa. Esto para mí es lo que hace del arte algo realmente importante y significativo. Los animales no hacen arte, los robots no hacen arte, las máquinas no hacen arte, el arte es para los seres humanos que podemos hacerlo como una tontería, pero esto es lo que nos diferencia de otros animales. Poder hacer algo que es del alma, no del cuerpo.