¿Cómo el buen planeamiento urbano puede impactar en la salud?

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Un enfoque de salud en todas las políticas se convierte en una oportunidad para que los gobiernos locales de nuestra región puedan replantear acciones coordinadas e intersectoriales en materia de salud y desarrollo urbano. Imagen: Quito, Ecuador

Por Ángel Cárdena – Gerente de Desarrollo Urbano, Agua y Economías Creativas de CAF -banco de desarrollo de América Latina

La rápida y poco planificada urbanización de América Latina y el Caribe ha derivado en muchos retos tales como la asequibilidad de la vivienda, la sostenibilidad del transporte o el acceso seguro a los servicios de agua y saneamiento. Si bien muchos de los problemas de una urbanización mal gestionada pueden impactar en múltiples aspectos la calidad de vida de las personas, el de sus efectos sobre la salud física y mental merece ser destacado. 

Algunos ejemplos pueden dar cuenta de esto: Se estima que el 21 % de la población urbana vive en asentamientos informales sin un acceso a servicios e infraestructura adecuados, fundamentalmente de agua potable, provocando que millones de personas no tengan un acceso seguro y generando una alta exposición a enfermedades de transmisión hídrica, lo cual incide especialmente en la mortalidad de niños y niñas menores de 5 años. 

Un 36 % del ruido que se genera en las ciudades proviene del tráfico generado por los automóviles particulares y el transporte público. Este fenómeno, al que los residentes de las ciudades prestan poca atención, tiene, por ejemplo, una importante incidencia sobre el aumento de la presión sanguínea de la población infantil. 

Otro ejemplo es que la ausencia de infraestructura adecuada (plazas, parques, ciclovías) desalienta la práctica de actividades físicas.  En la región, la cantidad de personas que no realizan actividades de este tipo se ha incrementado a un 39 % en los últimos años. Esto puede derivar en enfermedades como el cáncer de mama o la diabetes y, además, impactar de manera diferenciada sobre las mujeres, ya que cuando existen factores de inseguridad, las mujeres y niñas suelen verse desalentadas a realizar menos actividad física que los hombres. 

La pandemia por el COVID-19 ha reflejado la relación entre la salud y el desarrollo urbano, ya que nos permitió observar aquellas ciudades que implementaron intervenciones que contribuyeron a reducir el contacto y por ende los contagios. Muchas de estas iniciativas han sido un punto de partida para que los gobiernos locales puedan plantear acciones que permitan promover una vida más sana donde es fundamental pensar en infraestructura de salud y a su vez en satisfacer las necesidades de infraestructura, buenos servicios, alimentación, vivienda adecuada y cuidado del medio ambiente. 

Desde CAF –banco de desarrollo de América Latina- hemos desarrollado una guía para ciudades más saludables que brinda marcos conceptuales, recomendaciones y ejemplos prácticos para una vida más saludable en las ciudades a partir del trabajo conjunto entre la agenda de planificación urbana y salud a nivel municipal, de acuerdo con las mejores prácticas disponibles a nivel internacional. 

Esta guía presenta recursos con los que un gobierno local puede contar para producir entornos urbanos más saludables, por ejemplo, reglamentar el uso del suelo puede asegurar y preservar la calidad de los recursos naturales; fomentar la actividad física; promover simultáneamente el buen uso de la infraestructura y hacerla económicamente viable; y facilitar el acceso a alimentos frescos y de calidad. 

La gestión integral de los residuos sólidos urbanos es una pieza crítica para planear, consolidar y sostener ciudades más saludables. También son esenciales la infraestructura segura para la accesibilidad y la movilidad sostenible. Los gobiernos locales tienen un papel fundamental a la hora de mejorar la seguridad en puntos críticos de la infraestructura vial, promover la aplicación del marco regulatorio y asegurar su cumplimiento. 

Un enfoque de salud en todas las políticas se convierte en una oportunidad para que los gobiernos locales de nuestra región puedan replantear acciones coordinadas e intersectoriales en materia de salud y desarrollo urbano. Esta guía busca convertirse en un aporte para lograr este objetivo.