¿Cómo estamos en Latinoamérica en materia de Desarrollo Humano, según el PNUD?

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LA Network
14 diciembre, 2019 - Inclusión

La entidad asumió las protestas sociales recientes como un signo de la frustración ante las desigualdades: “algo no funciona”. Nuevos retos como la equidad de género se suman.

La cultura sigue siendo el recurso más importante de nuestro planeta
Población indígena en La Paz, Bolivia.

El Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ‘Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI’, entregado el lunes pasado en Bogotá (Colombia), señala que ya el aspecto económico no es el fundamental para determinar las iniquidades sino que a este se agregan otros como el acceso a la tecnología, la desigualdad de género, los impactos por el cambio climático y los conflictos violentos.

En cuanto a Latinoamérica se refiere, Chile, Argentina y Uruguay fueron los tres países de la región mejor ubicados en el listado que encabezan 1 Noruega (0,954), 2 Suiza (0,946), 3 Irlanda (0,942), 4 Alemania (0,93), 4 Hong Kong (0,939), todos ellos ubicados en la categoría Muy Alto del índice que además también se divide en Alto, Medio y Bajo.

En este sentido, Chile se ubicó en el lugar 42 con un indicador de 0,847; Argentina en el puesto 48 con 0,830 y Uruguay ocupó la casilla 57 entre 62 naciones del sector Muy Alto con 0,808; ubicaciones que llaman la atención al incluir dos de nuestros países con actuales crisis –sociales, políticas y económicas-, pese a que el informe se ocupa del 2018 cuando aún no se registraban las protestas chilenas, por ejemplo, o la transición política en Argentina con su debacle económica.

“Me parece importante que nuestros países, los que tienen un nivel de desigualdad tan evidente, podamos generar estos indicadores no solamente para los valores promedio del país sino también para distintos quintiles de ingreso de las sociedades. En el caso de Chile es evidente que todavía hay gente que vive en un espacio urbano y con un nivel de ingreso muy similares a las de los países europeos y en la misma ciudad tenemos un montón de personas que viven en condiciones mucho más parecidos al nivel tres por las condiciones de servicios que ellos reciben en educación, salud, que afectan directamente el Índice Nacional de Desarrollo Humano y con condiciones de equipamiento urbano también muy, muy precario en comparación con los ingresos altos”, expresó a LA Network Juan Carlos Muñoz, Director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Agregó que es valioso para Latinoamérica aspirar a estar en los sectores alto y muy alto del ranquin, pero sin olvidarse que “también debemos hacernos cargo -y esto es muy relevante- sobre qué es lo que pasa con aquellos sectores de menor ingreso”.

En el nivel dos del listado, el Alto, figuran Panamá en el lugar 67 del listado (0,795). Le siguen 68 Costa Rica (0,794); 72 Cuba (0,778); 76 México (0,767); 79 Brasil (0,761); 79 Colombia (0,761); 82 Perú (0,759); 85. Ecuador (0,758); 89 República Dominicana (0,745); 96 Venezuela (0,726); 96 Jamaica (0,726); 98 Paraguay (0,724); Belice 103 (0,720) y 114 Bolivia (0,703).

Llama la atención que países como Venezuela se ubiquen por encima de otros como Paraguay y Bolivia, aparentemente más estables y con mejores condiciones socioeconómicas para 2018.

Ahora, en el nivel Medio, se ubicaron la mayoría de los países centroamericanos, encabezados por 124 El Salvador (0,667); 126 Nicaragua (0,667); 126 Guatemala (0,651) y 132 Honduras (0,623).

En el nivel bajo del Informe se ubicó Haití ocupando el lugar 169 del listado con un indicador de 0,503 y en la mitad de este grupo de 39 países en su mayoría africanos.

Más allá de…

El informe presentó en esta versión lo que podría denominarse un enfoque distinto y propuso ir más allá de los análisis económicos: “Más allá del ingreso, más allá de los promedios y más allá del presente”.

En ese orden de ideas estableció varios ‘mensajes claves’ con los que se pretende avanzar en el cierre de las brechas y le mejoramiento de la calidad de vida.

El primero es “continúan existiendo amplias disparidades en el terreno del desarrollo humano, aunque se está avanzando en la reducción de las privaciones extremas”. El segundo: “Está surgiendo una nueva generación de desigualdades y se observa divergencia en las capacidades aumentadas, pese a la convergencia de las básicas”; haciendo alusión a los nuevos retos como el ya mencionado acceso a la tecnología partiendo del acceso a telefonía móvil hasta la conectividad a través de banda ancha y también en el de equidad de género en el que el informe reporta que “El sesgo contra la igualdad de género va en aumento: la proporción de hombres y mujeres que no presentaban sesgos de género en cuanto a las normas sociales descendió entre 2009 y 2014”.

A ello se agrega la declaración de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, quien señaló que “El acceso a la salud, la educación, las nuevas tecnologías, las áreas verdes y los espacios libres de contaminación son cada vez más un indicador de la forma en que las oportunidades y el bienestar se distribuyen entre grupos de personas e incluso entre países”.

Sin embargo, ello no es un reflejo de coyunturas sino el resultado de procesos como lo indica el tercero de los puntos clave es “Las desigualdades se acumulan a lo largo de toda la vida, reflejando a menudo profundos desequilibrios de poder”. El cuarto indica que “La evaluación de las desigualdades del desarrollo humano y la respuesta a este problema requieren una revolución en lo que atañe a su medición”.

A su vez, el quinto y último mensaje clave del informe expresa que “Podemos corregir las desigualdades si actuamos ahora, antes de que los desequilibrios de poder económico se trasladen al ámbito político”.

Finalmente, el informe señala que se debe orientar el trabajo a la reducción de la concentración de poder, de los monopolios, que generan intereses muy particulares profundizando las desigualdades y desembocando en grandes tensiones políticas y sociales.

“En concordancia con lo propuesto por la ONU, la reducción de las desigualdades seguirá siendo fundamental para garantizar del desarrollo humano. Aquí todos, desde gobiernos hasta ciudadanos, tenemos grandes desafíos en la incorporación de nuevas capacidades para enfrentar los retos de la Cuarta Revolución Industrial y el cambio climático, temas que durante el 2019 abrieron muchas conversaciones en el entorno de la sostenibilidad”, concluyó Alejandro Zapata Arango, Director de Portafolio Verde, organización privada colombiana que desarrolla y promueve acciones innovadoras para la sostenibilidad.